Uno de los hechos más interesantes que nos brinda la política china es que muchas veces las mismas expresiones que utilizan sus políticos tienen significados distintos al depender del contexto en el que se utilicen. Esto tiene como consecuencia que discursos que parecen de última hora, si no estás familiarizado con ello, parezcan una novedad aunque haga décadas que no hayan cambiado ni un ápice. 

Un ejemplo de ello lo hemos visto en las declaraciones del embajador de China en la Unión Europea, Fu Cong, al afirmar que China no reconoce la anexión rusa de Crimea, ni de ningún otro territorio. Algunos lo han vendido como exclusiva, pero desde 2014 que no lo reconocen, y desde 1949 que la soberanía e integridad territorial son uno de los pilares fundamentales de la República Popular de China.

Otro ejemplo de ello es la sorpresa que levanta el interés de China por comerciar, y al mismo tiempo por protegerse y tener la capacidad de ser autosuficiente, un hecho que las Analectas de Confucio, escritas hace 2.300 años, ya recogen como primordial para ser un buen gobernante.

Es por este motivo que podemos encontrar cinco aspectos clave para entender la retórica política china, sea en su política doméstica, como también en la política exterior. Estos son el Confucionismo, la Guerra Civil China, la Conferencia de Bandung de 1955, la Reforma y Apertura, y los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008 y 2022. 

1. Confucionismo

A excepción del período de la Revolución Cultural, la retórica política del Partido Comunista de China ha bebido del Confucionismo en muchos aspectos, como también sus bases doctrinales. La política confuciana, recogida en las Analectas, donde se plasman los ideales de Confucio y Mencio, muestra que algunas reformas que se han llevado a cabo los últimos cincuenta años tienen sus raíces en la tradición y el costumbre.

El Partido tiene el deber de garantizar el bienestar del pueblo y el pueblo de obedecer. La legitimidad surge del buen gobierno"

Un ejemplo de ello se puede observar en el concepto de lealtad al Partido, donde este ocupa la antigua posición de los gobernantes imperiales, y como todo queda sujeto a la lealtad hacia el partido y al país. Es en esta senda donde nos encontramos los deberes y obligaciones. El Partido, como gobernante, tiene el deber de garantizar el bienestar del pueblo, y el pueblo de obedecer, y la legitimidad de gobernar surge del buen gobierno. 

Es por este aspecto que asuntos como la corrupción, el soborno, la mala gestión o la desobediencia son fuertemente castigadas. Pero si indagamos en el corpus ideológico del Partido Comunista de China nos encontramos como el concepto del buen gobierno surge de nuevo, y se mantiene igual que hace 2.300 años. El buen gobierno es aquel que trabaja por el bienestar del pueblo, y que aspira al equilibrio, y si lo mezclamos aparece un término que se repite miles de veces, el crecimiento armonioso de la sociedad.

Sí, es un concepto que aparece con Deng Xiaoping, que se repite con Jiang Zemin, después Hu Jintao le da un carácter doctrinal socialista y finalmente Xi Jinping lo proyecta hacia el futuro. Sencillamente el término significa que la sociedad debe prosperar sin desbarajustes sociales, y sin provocar desigualdades que generen tensión social.

Jiang Zemin con la teoría de la Triple Representatividad hace una cosa muy confuciana, y es que incluye a los empresarios y comerciantes dentro del esquema y organigrama del Partido Comunista de China. Les da su lugar en el poder, y como Confucio, no los pone en un pedestal, sino que los supedita a la voluntad del partido. Y después Hu Jintao vincula el crecimiento económico no al éxito de crear más riqueza per se, sino que esta se vea repartida y exista una inversión proporcional.

Hu Jintao comete un error en su gestión al respecto, que posteriormente corregirá Xi Jinping, y es que bajo Hu se premiaba con más inversión pública aquellas regiones que más producían, un hecho que Xi corrigió y eliminó por romper, a medio plazo, con el crecimiento armonioso del país.

2. La Guerra Civil china

Si en Confucio encontramos las bases teóricas del Partido Comunista de China, es en su propia historia donde encontramos las bases prácticas de la política china. Y el punto más importante no es el llamado "maoísmo" en sí, sino el período de la Larga Marcha y la Guerra Civil china. Es en la llamada Larga Marcha, la primera etapa de la Guerra Civil china cuando comunistas de Jiangxi se dirigen hacia Zunyi, después hacia Luding, y finalmente hacia Yan’an. El movimiento de 12.500km que hizo la facción armada del PCCh para huir de las tropas de Chiang Kai-shek. Es allí donde surgió Mao Zedong como mito político, y al mismo tiempo donde se vertebraron dos de las ideas fundamentales de la diplomacia china: la soberanía e integridad nacionales. 

Fue durante la Guerra Civil China donde las proclamas comunistas iban dirigidas al Kuomintang por seguir manteniendo que las empresas extranjeras operaran en China sin control, con una alta corrupción, y al mismo tiempo incluso tuvieran presencia militar en el continente más allá de Hong Kong y Macao. Los distritos consulares de Shanghái se consideraban una afrenta a China, y el hecho que los países de los Tratados Desiguales continuaran teniendo tanta fuerza en el país tampoco gustaba.

Las primeras proclamas comunistas exaltaban a la Rebelión Taiping, y consideraban mártires de la revolución y de la nueva China a los caídos en la primera Guerra del Opio. De allí que se pueda leer en la plaza de Tiannanmen, en el monumento a los Caídos escrito con la caligrafía de Mao: "Gloria eterna a los héroes del pueblo caídos desde 1840". 

La República Popular de China nunca ha cerrado las puertas a negociar con gobiernos diferentes siempre que se respete su soberanía nacional"

Por ello la República Popular de China nunca ha cerrado las puertas a negociar con gobiernos socialistas, comunistas o capitalistas, siempre que se respetara la soberanía y la integridad de China. A diferencia de la Unión Soviética, por ejemplo, el gobierno de Pekín se mostró menos dogmático muchas veces en el momento de negociar y establecer acuerdos. La ruptura Chino-Soviética a finales de los años 50 demuestra esta diferencia de comprender llegar a acuerdos con posiciones discordantes: un ejemplo de ello fue la relación entre Tokio y Pekín, que siempre fue cordial y de cooperación incluso sin reconocer al gobierno comunista como legítimo. Este hecho no gustaba a los soviéticos. 

3. Conferencia de Bandung

Para entender la visión diplomática de China, después de abordar donde están las raíces de los conceptos políticos de lealtad, el rol del partido comunista, el concepto de soberanía e integridad nacionales y de diplomacia sin dogmas, debemos entender cómo se percibe el mundo, y los llamados bloques. Esto nos lleva a Indonesia, a la Conferencia de Bandung de 1955. Fue allí donde la diplomacia china moderna sentó sus bases al establecerse como tercera posición entre Moscú y Washington DC, y que todos los Estados entre ambos debían colaborar más entre sí que con Estados de uno u otro bloque.

Siempre actúa como puente entre las partes, pero luego negocia con cada una de ellas"

La visión de China es anárquica, y por lo tanto realista, en relaciones internacionales. La diplomacia como intercambio de intereses para beneficiarse mutuamente, y que solamente las partes implicadas hablen entre sí. De ahí que siempre actúe como puente entre las partes, pero individualmente después negocia con cada una de ellas. Un último ejemplo de ello lo hemos visto con el acuerdo entre Irán y Arabia Saudí

4. Reforma y Apertura

China ha manifestado muchas veces desde la "Reforma y Apertura" de Deng Xiaoping que el comercio con ellos los beneficia primero sí mismos, y luego a quien negocie con ellos. Y el motivo es el crecimiento confuciano que decía anteriormente; si deseas el progreso para tu pueblo, la máxima es el progreso, no el dogmatismo, sino la mutabilidad. No importa de qué color es el gato, mientras cace ratones, que decía Deng. Por ello, su legado es muy importante, y conocerlo ayuda a comprender la China actual.

No es en el conflicto donde China puede crecer, es una posición observante, imparcial, neutral, y de actuar según sus propios intereses. Muchas veces debemos entender las decisiones de los dirigentes chinos en esta clave, por ejemplo en el conflicto con Taiwán, o en la actual invasión rusa de Ucrania. 

El papel de China en Ucrania se entiende al conocer su historia: considera que las fronteras ucranianas, como las de cualquier otro Estado, son y deben ser invulnerables, y los Estados tienen el derecho legítimo de protegerlas, y salvaguardar su integridad. Pero, por otro lado, los efectos económicos que tendría para China una Rusia en bancarrota y aislada completamente con la cantidad de inversiones cruzadas que existen entre ambos, tampoco conviene en Pekín. Y es en este extraño equilibrio donde encuentra la manera de crecer económicamente por Asia Central y África, quedándose parte del mercado ruso.

La China post-COVID necesita expandirse económicamente por su propio bien para recuperarse, de la misma manera que restablecer los vínculos con la Unión Europea son tan trascendentes. 

5. Juegos Olímpicos de Pekín

Para entender el proyecto de la China moderna debemos centrarnos en la trascendencia de organizar los Juegos Olímpicos de Verano en 2008, y los Juegos Olímpicos de Invierno en 2022. Para la política y diplomacia china fueron importantes porque situaban a Pekín, no ya como una ciudad "oriental" o "exótica", sino al mismo nivel que el resto de las sedes olímpicas, París, Roma, Tokio, Barcelona, Londres… Y al mismo tiempo le daba un carácter político interno importante.

Hemos pasado del Gran Salto Delante de 1958 a unos Juegos Olímpicos de Verano en 2008, en tan solo 50 años. De este modo, se consideró un éxito político para Hu Jintao. China se abre al mundo y tiene interés en que el mundo se fije en ella. Y por otra parte en Pekín 2022 se consolidó el éxito de la visión deportiva de 2008, pues la tradición de deportes de invierno en China era nula hasta ese momento.  

Quiere mostrarse como un país moderno, avanzado y puntero, y dejar atrás clichés y tópicos

Este hecho demuestra que no quiere conservar la visión folklorizada de China, sino que desean preservar su historia, su cultura, su identidad, y al mismo tiempo que se deje de ver como una mezcla de 55 días en Pekín y El último emperador. Quiere mostrarse como un país moderno, avanzado, puntero y dejar atrás clichés y tópicos. 

En conclusión, debemos prestar atención a las declaraciones de los políticos chinos para entender qué dicen. Hemos de conocer el trasfondo y el por qué dicen según qué cosas o cómo lo dicen. O qué trascendencia tienen términos como "sociedad armoniosa" o "lealtad". O qué significa "progreso", "ayuda mutua", o 2interés mutuo", que muchas veces mutuo vendría a significar compartido o en común.

La política china siempre ha tenido muy pocos sobresaltos, pero hay períodos convulsos largos y reformas muy lentas. Acostumbrados a nuestra inmediatez, podríamos decir que las cosas en Zhongnanhai, o los Palacios del Mar, donde está la oficina central del Partido Comunista, van despacio.


Guillem Pursals es doctorando en Derecho, máster en Seguridad, especialista en conflictos, seguridad pública y Teoría del Estado. Puede leer aquí sus artículos en www.elindependiente.com