El anuncio de la liberación de la región de Kokang, en la frontera de Myanmar con China, marca un punto de inflexión en la Guerra Civil Birmana. Aunque la Junta Militar que gobierna el país destinó ingentes recursos militares para confrontar la guerrilla y los diferentes grupos insurgentes, estos han pasado de una posición defensiva a una ofensiva, y finalmente ocupar Laukkai y vencer. Todo esto ha sido gracias al esfuerzo que ha hecho el MNDAA, el Ejército de la Alianza Democrática Nacional de Myanmar, quien desde 1989 resiste los embates de la Junta Militar. Con la liberación de Kokang se corta el acceso de la Junta Militar con China, uno de sus principales aliados.

El gobierno opositor en el exilio, el Gobierno de la Unidad Nacional (NUG), ha expresado en un comunicado a principio de año que su voluntad es mantener los acuerdos comerciales con China establecidos antes del golpe de Estado, y que revisará los actuales vigentes al ser hechos por un gobierno ilegítimo. Es un movimiento diplomático importante, pues hay importantes inversiones chinas en Myanmar, y el país, con Junta Militar o sin ella, es y será un importante socio comercial de China. Y así se desvanecen dudas sobre si corren peligro o no las empresas chinas en el país. Que desde el NUG empiecen a hacer declaraciones así es un paso diplomático importante, pues tal como avisaron en el inicio de la Operación 1027, esta solo terminará cuando la Junta Militar haya sido derrotada.

La Operación 1027 recibe el nombre por el día que empezó, el 27 de octubre de 2023, y es impulsada por la unidad de las guerrillas de las minorías étnicas, la Alianza de la Triple Hermandad. Triple porque fue la unión del Ejército Arakan, el citado anteriormente Ejército de la Alianza Democrática Nacional de Myanmar y el Ejército de Liberación Nacional Ta’ang. Desde el inicio de la operación se han capturado 23 pueblos y 423 puestos militares. Además, los ejércitos milicianos de la Alianza de la Triple Hermandad cuentan con el apoyo del Ejército Popular de Liberación, el brazo armado del NUG, como también la Fuerza Popular de Defensa de Mandalay, el Ejército Bamar de Liberación Popular y el Ejército de la Independencia Kachin. Las Fuerzas de Defensa Karenni también se sumaron. Es decir, todas las milicias étnicas y políticas contra la Junta Militar.

Ahora, pero, se quiere ir más allá según los anuncios oficiales del NUG y las diferentes facciones. Por un lado, se quiere unir y coordinar a todas las fuerzas y facciones opositoras, pues hay que tienen interés nacional, otras regional, otros étnico, algunas son secesionistas, otras no, etc. Es por este motivo que surge la necesidad de empezar a hablar del escenario posterior a la victoria militar, por si se da, haya una planificación. Y por otro lado existe el anuncio de diferentes facciones armadas insurgentes de llevar el conflicto a las principales ciudades del país. Actualmente las conexiones entre la capital Naypydaw y Yangon, actual Rangún, están cortadas por el papel que han tenido las Fuerzas Populares de Defensa y el Ejército de Arkan, como también Mandalay estará próxima a estar bajo sitio por las mismas fuerzas.

Si era un conflicto que nos puede parecer lejano, ahora nos tiene que parecer cercano por todo lo que está en juego

La liberación de Kokang es un síntoma de la situación defensiva en la que se encuentra la Junta Militar. A pesar de destinar ingentes recursos a una de las regiones donde más fuerzas había concentradas, y se han concentrado, han perdido. Es por esto por lo que debemos prestar atención a Myanmar. Si era un conflicto que nos puede parecer lejano, ahora nos tiene que parecer cercano por todo lo que está en juego. Más allá de la Junta Militar, el gobierno de Myanmar es uno de los principales socios comerciales de China, como se ha dicho anteriormente, exportando gas natural, arroz, madera, minerales y piedras preciosas. Además, es uno de los principales productores de drogas sintéticas del mundo, desplazando a Afganistán en la producción y comercio de opio. Kokang es una de las principales zonas donde se cultiva el opio del país.

En conclusión, lo que suceda estas semanas en Myanmar puede definir el rumbo del país en décadas, y al mismo tiempo consolidarse la idea que los militares no tienen que tutelar la democracia, cuando ha habido posibilidad de ejercerla desde la independencia. A pesar de la dura represión militar, pues las ciudades y los pueblos cercanos al frente están siendo bombardeados por el gobierno militar para ahuyentar las ganas de quien quiera unirse a la revolución, esta no cesa y cada vez va ganando más apoyos. Tal como dijo el poeta birmano asesinado por la policía en las protestas de 2021, Khet Thi, "Disparan en la cabeza, pero no saben que la revolución está en el corazón".