CriteriaCaixa, el mayor holding industrial de España, ha elevado su participación en Telefónica al 5,007%. Si a a ese porcentaje sumamos el 2,5% que está en poder de CaixaBank, el resultado es que, en conjunto, el conglomerado que tiene como cabeza vivible a Isidro Fainé se consolida como el mayor accionista de la empresa de telecomunicaciones.

Desde septiembre de 2022, CaixaBank venía reduciendo su participación en Telefónica, siguiendo las indicaciones del BCE de reducción de concentración de riesgos. Primero fue un 1%, y, en el pasado mes de marzo, otro 1%, con lo que el banco ha reducido a casi la mitad la posición que tenía hace año y medio.

Lo importante es que ese movimiento, forzado por la regulación del BCE, no ha supuesto una disminución del peso del Grupo Caixa en Telefónica. Es más, tras la entrada de STC y la decisión del Gobierno de igualar su peso hasta alcanzar, a través de la SEPI, el 10% de la participación saudí en el capital, el paso dado por Criteria cobra un sentido estratégico.

Mientras que otros accionistas relevantes, como el fondo BlackRock o el BBVA mantienen sus posiciones en torno al 4,9% cada uno, CrieteriaCaixa pasa a convertirse, de facto, y hasta que los saudíes y la Sepi alcancen sus objetivos, en el accionista más relevante de Telefónica.

Es evidente que las relaciones de Pedro Sánchez, antes optimas, con Álvarez Pallete no pasan por su mejor momento. Sobre todo, desde que la saudí STC entró en Telefónica sin previo aviso y sin que hubieran saltado internamente las alarmas. Esa compra por la espalda generó tensiones dentro del propio Gobierno. Mientras la ministra de Defensa, Margarita Robles, era partidaria de pararles los pies en seco a los saudíes, tanto Economía (todavía con Nadia Calviño al frente), como Exteriores, recomendaron no ir al enfrentamiento directo con Arabia Saudí. De hecho, el Gobierno intentó que STC se quedara sólo con un 4,9% de Telefónica, desechando la idea de alcanzar el 9,9%, pero los saudíes rechazaron la sugerencia.

Cualquier movimiento del Gobierno en Telefónica tendrá que ser pactado con Criteria

Dado que Telefónica es una compañía estratégica, sobre todo las tecnologías que tienen que ver con la ciberseguridad y la IA, Sánchez no tuvo más remedio que improvisar la entrada de la SEPI en su capital para impedir que STC actuara como su dueño y señor. La operación le costará al estado unos 2.000 millones y ha requerido de algunos apaños un tanto chapuceros.

El Gobierno ha modificado la normativa de la Sepi para que el consejero que va a reclamar en la junta de accionistas de Telefónica pueda ser designado presidente de la compañía. Algunos nombres de reconocidos socialistas ya han salido a la luz.

Sin embargo, el movimiento de Fainé (que es y seguirá siendo vicepresidente primero de la compañía) obliga al Gobierno a pactar con él su política en Telefónica, incluyendo el hipotético nombramiento de un futuro presidente. Por ahora, en CriteriaCaixa siguen apostando por Álvarez Pallete.

El Grupo Caixa lleva más de tres décadas en el capital de Telefónica, y Fainé es hombre que no toma las decisiones a la ligera. Evidentemente, no se puede enfrentar al Gobierno (no olvidemos que el Estado es uno de los principales accionistas de CaixaBank), pero tampoco Sánchez podrá hacer nada en Telefónica sin hablar previamente con Fainé.

Viendo lo ocurrido en dos empresas tan importantes como Naturgy y Telefónica se entiende bien por qué el Estado debe preservar de las aspiraciones soberanistas la independencia del Grupo Caixa.