El resultado de las elecciones en el País Vasco no va a alterar el tablero de la política nacional. El PNV necesita al PSE para gobernar en Euskadi. El PSE ha tenido un muy buen resultado, con 12 escaños (ha subido dos respecto a 2020) y el PNV, aunque ha empatado con Bildu a 27, sumando con los socialista pueden gobernar con tranquilidad.

El PSOE se garantiza, de esta forma, que los cinco escaños del PNV le van a ser fieles en el Congreso. Hoy Pedro Sánchez podrá dormir tranquilo porque uno de sus socios, que podía haber tenido la tentación de romper, va a seguir fiel, no se va a mover. Y el otro tampoco.

El otro, que es EH Bildu, ha sido el gran triunfador de la noche. Bildu ha empatado a 27 escaños con el PNV, lo cual significa algo muy importante: que la negativa de Peio Otxandiano en calificar a ETA como terrorista no ha tenido ningún coste electoral y esto hay que tenerlo muy en cuenta para saber cómo se están moviendo la opinión pública y los votantes en el País Vasco. Gran éxito, por tanto, de Bildu, que consigue un éxito histórico. Es verdad que se ha quedado 30.000 votos el PNV, pero le ha empatado en escaños, ganando en Guipúzcoa y en Álava.

Por otro lado, en la izquierda, Podemos ha desaparecido. Sumar ha conseguido un escaño que, desde luego, no es ni mucho menos como los seis que tenía ese espacio, entonces Unidas Podemos, en las anteriores elecciones. Es decir, que la izquierda del PSOE pasa de 6 a 1, pero no desaparece.

También es importante que VOX haya mantenido en Álava su escaño, lo cual ha impedido que el Partido Popular, que podía haber aspirado a ocho escaños, se haya quedado con siete. Sube el PP, pero se queda como un partido todavía irrelevante en la política vasca.

Pero, en definitiva, lo importante es que este resultado mantiene sólido el bloque de investidura. La segunda conclusión importante es ese éxito de Bildu, a pesar de no calificar a ETA como banda terrorista.