La gota que ha colmado el vaso. La airada respuesta de FAES a unas palabras de la vicepresidenta, Soraya Sáenz Santamaría, cuestionando la recogida de firmas contra el Estatut catalán, en 2006, ha terminado por desbordar un vaso que ya estaba muy, muy, lleno. La arremetida contra un PP que tiende a "asumir el relato que hacen de él sus adversarios", aspira a "congraciarse con los prescriptores de la izquierda" y tiene "carencias" de discurso, ha confirmado lo que la dirección del partido en el Gobierno venía sopesando desde hace meses, esto es, la necesidad de constituir "nuestra propia fundación", ajena a la de José María Aznar.

Desde Génova confirman a El Independiente que  la cuestión se ha tratado de manera oficiosa en distintas conversaciones que han tenido de interlocutores a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, a los vicesecretarios y a secretarios ejecutivos, muy críticos con el posicionamiento, cada vez más duro, de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales, que actúa a modo de trinchera ideológica del ex presidente del Gobierno. "No lo hemos tratado formalmente en ningún órgano del partido, pero ése es el ánimo que tenemos", narra uno de esos interlocutores, que adelanta el acuerdo tácito de que "sea ya la dirección que surja del XVIII Congreso la que aborde el asunto".

Será la dirección popular que salga del XVIII Congreso nacional la que abordará el asunto

El distanciamiento entre Aznar y su partido, del que es presidente de honor, resulta cada vez más evidente y la situación parece haber llegado a un punto de no retorno. Que el ex líder del PP use una Fundación asociada a las siglas populares para "atacarnos" es incomprensible para Génova.

Otro alto dirigente se pregunta cómo es posible que "después de años de recibir subvenciones públicas por su vinculación al partido y de haber absorbido al resto de las fundaciones ligadas a las siglas populares", Aznar "se haya quedado con la FAES como si fuera de su propiedad".

A la medida de Aznar

El que es ahora uno de los más importantes think tank político de Europa, nació en Valladolid en la época en que Aznar presidía la Junta de Castilla y León de la mano del diputado Miguel Ángel Cortés. Años después de su regreso a Madrid para hacerse con las riendas del PP, terminó por engordar la Fundación mediante la absorción de otras históricas, en concreto, la Cánovas del Castillo, la Popular Iberoamericana, la Popular Iberoamericana de Estudios Europeos y al llamado Instituto de Formación Política. Sólo se salvó de la quema Humanismo y Democracia, reconvertida jurídicamente en ONG.

Dirigentes populares critican que Aznar se haya quedado con FAES "como si fuera de su propiedad"

El laboratorio de ideas popular ha venido funcionando a pleno rendimiento desde la década de los 90. Además, Aznar lo diseñó a su medida para que le sirviera de retiro tras cumplir su promesa de estar solo dos mandatos al frente del Ejecutivo. Desde ese despacho ha venido ejerciendo de contrapoder a la planta séptima de Génova conforme las relaciones con Mariano Rajoy se deterioraban.

Los desencuentros han sido públicos y constantes frente a un Rajoy que ha evitado siempre responderle. Aznar se ha mostrado crítico con la política económica y fiscal del Gobierno; con la estrategia respecto a ETA y a las víctimas del terrorismo; con el trato que el PP dispensó a la ex alcaldesa de Valencia hoy fallecida, Rita Barberá; con lo que creía de ausencia de discurso político y de liderazgo del hombre que eligió de sucesor, en fin, no ha habido capítulo en el que no haya confrontado con el actual equipo dirigente popular y miembros del Gobierno.

No hay capítulo en el que la Fundación no haya confrontado con el PP y el Gobierno de Rajoy

Con más de 800.000 militantes, lo que les convierte en el mayor partido de Europa, entiende la dirección popular que necesita de una fundación propia, de referencia, "al estilo de las grandes formaciones políticas europeas". Bien es cierto que ese espacio se lo ha comido FAES, que mantiene su presencia y actividad "en aquellas redes y organizaciones internacionales a las que actualmente pertenece", según el acuerdo al que llegó con el PP recientemente, lo que podría limitar la expansión futura de la nueva fundación.

"Convenio regulador"

La ruptura de derecho --que de hecho ya se había producido-- tuvo lugar este mismo año, el 3 de octubre, cuando acordó desvincularse del PP para renunciar a las subvenciones públicas. Todo ello pasaba por el nombramiento de un nuevo órgano de gobierno que prescindía de dirigentes populares en activo, para terminar nutriéndose de críticos a Rajoy.

Eso sí, PP y FAES decían entonces estar "abiertos y dispuestos a seguir colaborando en el futuro desde sus respectivos ámbitos de actividad” después de haber desarrollado una "relación estrecha y fructífera en los terrenos ideológico y programático", según rezaba el "convenido regulador" de aquel divorcio, que hoy se antoja definitivo.