Su apodo es Lolo, es el testigo protegido A1 de la Guardia Civil y es la persona clave en la operación antiyihadista Serkan, desplegada por la Policía Nacional en vísperas de Nochevieja en Madrid por orden de la Audiencia Nacional y saldada con la detención de dos ciudadanos españoles, de ascendencia gambiana y marroquí, por enaltecimiento del terrorismo y depósito de municiones y armas de guerra.

El pasado 28 de diciembre, agentes de la Brigada Provincial de Información de la Policía de Madrid arrestaron en el parque de Valdebernardo a Edrissa Ceesay Sanuwo y Samer Sennouni Mouh, que en diversos vídeos intervenidos durante el registro de sus domicilios aparecían portando un fusil de asalto AK-47 (kalashnikov) y un machete militar junto a atributos del Estado Islámico y cantos y frases de corte yihadista. Ésta fue la prueba determinante para que el magistrado del Juzgado Central de Instrucción 1 de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, decretara dos días después prisión comunicada y sin fianza.

Fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por Elindependiente.com confirmaron que la Policía Nacional había recibido antes del verano los vídeos en los que los ahora encarcelados aparecían realizando proclamas yihadistas junto a atributos del Estado Islámico, entre ellos la bandera de la organización terrorista. Tras las pesquisas llevadas a cabo por los agentes, Pedraz ordenó la detención y registros en las viviendas de los arrestados ante la sospecha policial de que éstos disponían de "armas de fuego" y que su intención era utilizarlas "para cometer una grave acción delictiva de carácter terrorista" en Madrid con motivo de las fiestas navideñas, riesgo que se descartó posteriormente y al que ya no aludió el instructor en la resolución por la que envió a prisión a Edrissa Ceesay y a Samer Sennouni.

La 'operación Serkan' vuelve a poner de manifiesto la rivalidad entre la Policía Nacional y la Guardia Civil

Según ha avanzado este jueves El Mundo, el juez ha practicado diversas diligencias esta semana tras las versiones contradictorias entre un supuesto integrante de la célula yihadista -Lolo, antiguo confidente de la Policía Nacional y del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y desde hace un mes testigo protegido A1 de la Guardia Civil- y los dos detenidos en el marco de la operación Serkan. Éstos sostienen que Lolo les tendió una trampa y que fue él quien les incitó a grabar los vídeos que se hallaron en una tarjeta SD incautada durante el registro practicado en el domicilio de Edrissa Ceesay, mientras que el antiguo confidente responsabiliza a los hoy encarcelados.

Las fuentes consultadas aclararon que ya han comparecido ante el juez tanto Lolo como otros dos amigos de los encarcelados, cuyos testimonios también serían incriminatorios hacia éstos. Santiago Pedraz tiene previsto tomar hoy más declaraciones, sin que hayan trascendido las identidades de las personas que han sido citadas, mientras se analiza la documentación intervenida en los registros para tratar de determinar el grado de radicalización de Ceesay y Sennouni.

Las fuentes precisaron que si el juez no ha ordenado todavía la detención de Lolo ha sido porque no aparecía en las cintas, a diferencia de Ceesay y Sennouni, y aseguran que el AK-47 que aparecía en los vídeos era "auténtico". Este fusil ha sido buscado en la zona que frecuentaban los supuestos yihadistas, pero no ha aparecido. Sí se han encontrado cinco cargadores vacíos de arma larga, 37 cartuchos del calibre 7.62 y una funda de arma larga.

El juez Santiago Pedraz trata de esclarecer el papel de 'Lolo', antiguo confidente de la Policía Nacional y del CNI

En el auto, Pedraz detallaba cómo los dos presuntos yihadistas habían llegado a mantener una reunión con un traficante de armas para conseguir fusiles AK-47, "armas cortas y granadas de mano", por los que llegaron a ofrecer "6.000 euros", pero sin que conste que finalmente fueran adquiridos. Según el citado diario, el supuesto traficante de armas que le vendió a los detenidos al menos un cargador de arma larga era un agente infiltrado de la Brigada Provincial de Información de la Policía de Madrid.

Este dispositivo ha vuelto a poner de manifiesto la antigua rivalidad existente entre la Policía Nacional y la Guardia Civil en un momento de máxima sensibilidad hacia la amenaza yihadista tras el atentado de Berlín, la última masacre llevada a cabo por el Estado Islámico en Europa y que se saldó con 12 fallecidos. España mantiene el nivel de alerta 4, indicador de riesgo alto, pero no elevado.

Las fuentes  sitúan en la Guardia Civil el origen de la filtración que ha arrojado las dudas sobre la operación llevada a cabo por la Policía Nacional el pasado 28 de diciembre y niegan que la Audiencia Nacional haya cuestionado la investigación, como acreditaría el hecho de que el fiscal es partidario de que los encarcelados continúen en prisión. "Lo que se cuestiona es la versión de unos y la de los otros", zanjaron.

La Policía, que investigaba a esta célula yihadista desde antes del pasado verano, sostiene que el kalashnikov es auténtico

El pasado 9 de enero, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, descartó abiertamente que en algún momento hubiera habido riesgo de atentado -ni "inminente" ni "remoto", sentenció- y negó la existencia del fusil AK-47. "Hasta donde llega mi información, el kalashnikov no existe", declaró Zoido a Antena 3.

El titular de Interior hacía estas manifestaciones después de que se hubiera encontrado la culata y diversas piezas del disparador de un falso kalashnikov y de recibir información de la Guardia Civil en la que descartaba que el arma exhibida por los presuntos yihadistas en los vídeos fuera real, al tiempo que alertaban de que la operación Serkan ("líder" en turco) se sustentaba en un confidente. Fueron agentes de este cuerpo los que, en vísperas del Día de Reyes, encontraron fragmentos del supuesto kalashnikov en la misma zona de Valdebernardo donde se sitúa "la caseta" que frecuentaban los dos presuntos yihadistas y donde la Policía había hallado diversa munición. Con los interrogatorios, Pedraz trata de esclarecer cómo la consiguieron Edrissa Ceesay y Samir Sennouni y aclarar el papel de Lolo, el testigo protegido A1 de la Guardia Civil.