El psicólogo del centro penitenciario de Valdemoro (Madrid) se ha entrevistado con Francisco Correa para valorar el riesgo de suicidio después de que el recluso no haya facilitado ni un número de teléfono ni el nombre de un familiar como contacto. El principal implicado en la trama Gürtel cumple desde mediados de febrero la pena de 13 años de prisión a que le condenó días antes el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) por la comisión de delitos de malversación de caudales públicos, cohecho, asociación ilícita y tráfico de influencias en el denominado caso Fitur.

Según las fuentes consultadas por El Independiente, el director de la cárcel considera que Correa reúne los requisitos para que se le aplique el Plan de Prevención de Suicidios (PPS) y ha dado órdenes al psicólogo y al médico para que evalúen al máximo responsable de la trama corrupta, que no ha sido visitado por ningún familiar durante su primer mes de estancia en prisión. Es el primer paso antes de adoptar otras medidas con las que se trataría de minimizar las posibilidades de que el recluso pueda poner fin a su vida, como su acompañamiento por un preso sombra.

Lejos de ofrecer un mensaje de preocupación, fuentes cercanas a Correa aseguran que éste se encuentra bien. Esta versión contrasta con la que ofrecen funcionarios del centro penitenciario, que describen a este recluso como muy deprimido.

El director de la prisión de Valdemoro aprecia riesgo porque no lo visita nadie de su familia

Francisco Correa tenía conversaciones muy avanzadas con la fiscal de la causa que se enjuicia ahora en la Audiencia Nacional, lo que explica la confesión que hizo cuando declaró a mediados del pasado mes de octubre. Y por ello esperaba que la condena impuesta por el TSJCV no fuera tan severa, lo que ha supuesto un duro golpe anímico para él.

Correa ingresó a mediados del pasado mes de febrero en el centro penitenciario de Picassent (Valencia), pero días después fue trasladado al penal madrileño de Valdemoro para que pueda estar más cerca de la Audiencia Nacional a fin de que pueda asistir a la vista oral en la que se enjuicia la primera época de la trama Gürtel (1999-2005).

No es la primera vez que Correa ingresa en la cárcel. En febrero de 2009, el juez Baltasar Garzón ya lo mandó a prisión preventiva cuando investigaba el caso Gürtel y estuvo privado de libertad hasta que, el 12 de junio de 2012, su madre depositó la fianza de 200.000 euros que había fijado el instructor -entonces Pablo Ruz- y pudo abandonar el centro penitenciario de Soto del Real.

Sindicatos aseguran que el líder de 'Gürtel' está recibiendo un "trato de favor" en la cárcel

La inclusión en el programa de prevención de suicidios está regulado por la instrucción 5/2004 de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, que obliga a poner en conocimiento de la Junta de Tratamiento la inclusión de un preso en este programa especial en su primera sesión ordinaria.

La citada orden fija un periodo de permanencia mínimo de dos semanas en dicho protocolo, dependiendo la duración máxima de la evolución del recluso. Para garantizar la observación de estos internos, se evita su ubicación en módulos de respeto de alta exigencia o nivel 3 y en casos se refuerza con un preso sombra que acompaña las 24 horas al interno para evitar que pueda suicidarse.

Entre los factores que pueden propiciar la conducta suicida en prisión se incluyen el impacto psicológico de la detención y el encarcelamiento o del estrés cotidiano asociado a la vida de la cárcel, el desequilibrio emocional que puede suponer un horizonte de prolongada estancia en el centro penitenciario o la resonancia mediática de la actividad delictiva por la que una persona cumple condena o permanece de forma preventiva privada de libertad. La citada instrucción también advierte del "abatimiento que la reducción a un género de vida penitenciario produce en personas que han cometido delitos de carácter económico y ven esfumarse un prototipo de realidad económica largamente soñado y al que han dedicado muchos años de vida", entre otras situaciones.

Panorama judicial sombrío

Tras la petición de la Fiscalía Anticorrupción, el tribunal que enjuició a Francisco Correa por el amaño de contratos del expositor de Valencia en la Feria Internacional de Turismo (Fitur) de Madrid entre los años 2005 y 2009 ordenó el ingreso inmediato del cerebro de la trama y de Pablo Crespo y Álvaro Pérez, El Bigotes, sin esperar a que el Tribunal Supremo resuelva los recursos ante las "patentes" sospechas de una posible fuga. No sólo por la severidad de la condena -13 años-, sino también por el sombrío panorama judicial que le espera: desde octubre es enjuiciado por la actuación delictiva de la primera etapa de la trama corrupta y aún habrán de señalarse juicios para otras piezas en las que está imputado y en la que se enfrente a "importantes penas".

Fuentes sindicales consultadas por este diario consideran que la inclusión de Francisco Correa en el programa de prevención de suicidio es una muestra más del "trato de favor" que está recibiendo desde su ingreso en prisión a mediados del pasado mes de enero. "En la cárcel hay cientos de internos que no comunican con nadie y no se le somete a esa valoración. Es evidente el trato de favor", señalaron.

El pasado 28 de febrero, cuatro sindicatos con representación en Instituciones Penitenciarias -Acaip, CCOO, UGT y CSDIF- presentaron un escrito en el que denunciaban los "privilegios" que está recibiendo Correa, entre los que citaban que este preso sea trasladado "en vehículo policial y no en furgón por sus problemas de claustrofobia" o que haya sido internado en "el módulo más cómodo de prisión".