La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, se ha erigido este miércoles en azote de Podemos en el Congreso. En su primer cara a cara con la nueva portavoz del partido, Irene Montero, la vicepresidenta le ha reprochado sus modos y modales, el "pseudoparlamentarismo" que practica, su cuestionamiento constante de las instituciones del Estado, de "todo lo que no controlan", y hasta su defensa de los que exaltan el terrorismo frente a quienes lo sufren.

Jaleada por Pablo Iglesias, Montero lanzó ocho preguntas sobre las filtraciones de antiguas grabaciones de conversaciones privadas al Rey Emérito, la posible participación del comisario Villarejo en ellas y las informaciones en medios de comunicación al respecto. "Si lo que quería era marcar estilo, creo que lo ha conseguido. Hace unos días, su portavoz en el Senado, Ramón Espinar, calificaba esa filtraciones y preguntas como pseudoperiodismo, hoy usted ha instaurado el pseudoparlamentarismo. Enhorabuena", ha respondido.

La vicepresidenta ha recordado que esas grabaciones del CSID se remontan a los años 90, "cuando usted estaba en primero de Infantil y yo en primero de carrera", antes de criticar las "crónicas de conspiraciones" que Podemos relata en el Congreso, "como si fuera una asamblea de Podemos" y su afán por "desprestigiar las instituciones". "Cada uno interpreta la realidad como la conoce", ha asegurado, para reprochar los "modos y modales" de sus portavoces en la Cámara, que "son los mismos que utilizan con otros miembros de su partido".

Las instituciones funcionan y ustedes denuncian todo lo que no controlan", reprocha

"Las instituciones funcionan, pero ustedes lo cuestionan todo, critican a la Justicia, a la prensa... Les preocupan más los que exaltan el terrorismo que los que lo sufren", ha denunciado.

"Ya les he dicho hoy en la sesión de control al señor Iglesias y a la señora Montero lo que pienso sobre su comportamiento. Mientras la señora Montero me preguntaba, el señor Iglesias aplaudía y yo les he respondido como diputada. Si se toman medidas es decisión de la Presidencia, nosotros somos el Gobierno y no nos corresponde", explicaba después en los pasillos luego la vicepresidenta.

Posteriormente, a través de las imágenes en televisión se ha percibido que Iglesias ha llamado entre dientes "sinvergüenza" a Soraya Sáenz de Santamaría mientras aplaudía. Y el número dos de la formación, Pablo Echenique, ha escrito en su muro de Facebook un texto dirigido "metafóricamente" al PP titulado "Mearse encima del Parlamento.

La tensión que ha inaugurado la sesión de control al Gobierno se ha mantenido con las preguntas al ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, que respondió varias preguntas sobre el intento de adjudicación de una vivienda de la Guardia Civil al director general de Tráfico, dentro de la Cámara y fuera, mientras su mentora, Dolores de Cospedal aseguraba en voz alta por los pasillos indignada que "todo es mentira y ya está".

Zoido reprocha a PSOE y Podemos que cambien sus preguntas por oportunismo

El diputado socialista Artemi Rallo ha insistido en que se había cometido una "ilegalidad", por lo que el Gobierno debía rectificar y pedir disculpas. Además, Pablo Iglesias ha realizado cinco preguntas al ministro y ha insistido en que la noticia podía formar parte de la conspiración del comisario Villarejo contra Interior.

Ambos habían cambiado las preguntas que tenían previstas en la sesión para atender esta cuestión. El socialista dejó de interrogar al ministro sobre los planes del Gobierno para mejorar las condiciones de vida en los centros de internamiento de extranjeros (CIE), y el de Podemos no preguntó sobre la regularización salarial de la Guardia Civil. Zoido reprochó a ambos ese oportunismo político y que obviaran debates de mayor interés ciudadano que la polémica sobre la vivienda.

"En pocas horas han cambiado dos veces las preguntas para que explique el uso de un pabellón de la Guardia Civil, cuando la cuestión de los CIE es muy importante. Pues muy bien, le diré que el director de la Dirección de Tráfino no ha ocupado el pabellón de la Guardia Civil. Además, les pido más seriedad", respondía Zoido, que recordaba que ese cargo tiene un "derecho histórico" a vivienda, como lo han hecho todos los que le han precedido en el cargo, tanto del PP como del PSOE.

"Se solicitó una permuta y no fue aceptada. Por tanto, no se ha hecho una vivienda, ni se ha iniciado los trámites de cesión, ni ha habido una solicitud a Patrimonio, ni nada. Así de simple. No se ha producido ninguna ilegalidad ni se ha concedido ningún piso", ha insistido Zoido en respuesta al diputado socialista.

Para Iglesias, el ministro del Interior se ha guardado críticas más duras:"Aunque usted no se lo crea, en España siempre han funcionado perfectamente la Administración. Hoy viene usted aquí a querer defender a la Guardia Civil y ha cambiado su pregunta porque usted tiene un problema con su diputado el señor Delgado" -agente y parlamentario de Podemos- "porque ha preferido hacerse una foto con los que atacaron a la Guardia Civil en Alsasua".

Pastor pone orden

El acaloramiento del debate ha continuado con las preguntas del diputado del PP Rafael Merino, al que la presidenta de la Cámara, Ana Pastor, le ha retirado la palabra, después de que pidiera respeto a su "libertad de expresión". "Señorías, no me obliguen a tener que expulsar a alguien, que alguno  esta mañana ha hecho méritos", ha advertido.

El enfrentamiento se produjo cuando el diputado del PP aprovechó una pregunta al ministro del Interior, sobre personas desaparecidas para arremeter contra la oposición. Rafael Merino, presidente de la Comisión de Interior, había registrado una pregunta al ministro Zoido sobre el Centro Nacional de Desaparecidos, pero cuando le tocaba formularla, más allá de mencionar "el dolor de las familias" y "la preocupación" del Grupo Popular, aprovechó para cargar contra la oposición, que había pedido cuentas al ministro por la polémica del piso de la Guardia Civil reservado al director general de Tráfico.

"Venía al Poder Legislativo y me he encontrado en el Poder judicial con fiscales, con jueces, con verdugos", comentó con ironía, aconsejando a la oposición preocuparse "de verdad" por los problemas de la gente.

"Señor Merino, le llamo a la cuestión por segunda vez y si no va a la cuestión, no seguirá haciendo uso de la palabra", le volvió a avisar la presidenta, que acabó retirándole la palabra al habérsele acabado su tiempo de intervención.