Ciudadanos está de celebración. Han ganado una batalla al PP, o así lo consideran ellos, con la dimisión del presidente de Murcia, Pedro Antonio Sánchez, imputado por el caso Auditorio y al que el juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco, pide imputar también por la trama Púnica. En total siete delitos que han pesado demasiado sobre el presidente del Ejecutivo regional apenas 24 horas antes de que se debatiera la moción de censura presentada por el PSOE. El portavoz de Ciudadanos en Murcia, Miguel Sánchez, ha aprobado el nombre de su sustituto al frente del Ejecutivo, Fernando López Miras, mientras que a nivel nacional ironizan con su juventud: "Por lo menos nos aseguramos de que está limpio. Aunque nunca se sabe".

Durante los 45 días que lleva imputado el presidente regional, la opción de Ciudadanos siempre ha sido la misma: dejar que el PP siga gobernando, pero con otro candidato. El único requisito ha sido que su imagen estuviera limpia de casos de corrupción y el nombre propuesto ha sido el de López Miras, un lorquino de 33 años que estará al frente del Ejecutivo nacional al menos hasta las elecciones de 2019 y que en principio cumple este requisito.

Con él tendrán que sentarse a reformular el acuerdo entero porque "ya no se trata de un pacto de investidura, sino de un gobierno hasta que se convoquen las elecciones de 2019", explican desde la formación naranja. En el nuevo acuerdo, Ciudadanos pretende poner negro sobre blanco algunas cuestiones que durante este tiempo han dado lugar a interpretaciones por parte de los dos partidos. Uno de ellos será el primer punto, sobre regeneración política, que incluye "separar de inmediato de cualquier cargo, público o de partido, a imputados por corrupción política hasta la resolución completa del procedimiento judicial". Una redacción que ha utilizado el PP para aferrarse al cargo hasta la decisión definitiva el juez. De esta forma, no habrá lugar a discrepancias.

La dimisión forzada de este martes por el temor a que Ciudadanos apoyara la moción de censura socialista ha enfriado las relaciones en la región de Murcia, pero en ningún caso peligra el pacto a nivel nacional, aseguran los naranjas, que, con aire triunfal, señalan: "Se puede pactar con Ciudadanos, pero luego hay que cumplir". Con estas palabras sacan pecho por haber provocado otras dimisiones de cargos públicos en la misma región, aunque de menor relevancia. Los nombres más conocidos son los de Chaves y Griñán en Andalucía tras su imputación en el caso de los ERE. A ellas se suma la un presidente regional como Sánchez, con la que creen que se ve reforzada su imagen de apuesta por la regeneración.

La moción ya estaba acordada, pero sin tripartito

Ciudadanos ha querido desmentir las palabras del ya ex presidente de Murcia, que justificaba su dimisión por el conocimiento del tripartito que saldría de esa moción de censura, que ya ha decaído. Desde la formación naranja niegan tajantemente esta afirmación ya que siempre han rechazado formar parte de un gobierno con Podemos, como manifestaron al PSOE en uno de sus ofrecimientos, pero su posición con respecto a la moción de censura podría haber precipitado la dimisión ya que, aseguran, la noche antes informaron al PP de que habían llegado a un acuerdo con los socialistas.

Después de semanas de negociación con el PSOE, Ciudadanos tenía decidido apoyar la moción de censura con la condición de que el gobierno resultante no contara con miembros de Podemos y respetara los presupuestos aprobados. La fecha para convocar nuevas elecciones ya no era una condición, por lo que C's votaría a favor de esa medida. Así se lo hicieron saber al PP, que no tardó en reaccionar. Ciudadanos se apunta así el tanto de la dimisión de Sánchez, tras la que espera solucionar la crisis institucional con el nuevo candidato con López Miras.