La ausencia de Mariano Rajoy en el proceso de Gürtel ha sido una sombra que ha planeado insistentemente sobre la instrucción del caso y su posterior juicio. Pero, finalmente, a petición de la acusación popular, rechazada previamente en varias ocasiones, los jueces Ángel Hurtado, Julio de Diego y José Ricardo de Prada, de la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, han decidido esta semana citar al presidente del Gobierno como testigo en la causa.

Rajoy será el primer presidente español en comparecer ante un tribunal durante su periodo en activo, y no como ex, como hicieron Adolfo Suárez en 1995 por el caso Banesto y Felipe González en 1998 por el secuestro de Segundo Marey.  No se sabe aún cuándo, ni cómo, pero Rajoy aseguró este jueves que declararía "encantado" y que lo haría, atendiendo a la forma, "como me diga el tribunal". No se descarta, en cualquier caso, la videodeclaración, aunque sí la comparecencia escrita.

El líder del Gobierno cierra una lista de más de 300 testigos de la macrotrama corrupta, desarrollada en esta primera parte (1999 - 2005) y que juzga la Audiencia Nacional.

'Luis, sé fuerte'

Mucho han cambiado las cosas desde aquel 11 de febrero del 2009. Respaldado, entre otros, por Ana Mato, Francisco Camps, Ana Botella y Rita Barberá, Rajoy se lanzó con aquel mítico: "Esto no es una trama del PP como algunos pretenden. Esto es una trama contra el PP, que es una cosa muy distinta", y no dudó en afirmar que: "Todas las contrataciones de esta casa se han hecho en el marco de la legalidad". Pero no fue la única, dos meses después de aquella intervención, se desmarcaba con otra declaración para el recuerdo: "Nadie podrá probar que Bárcenas y Galeote no son inocentes".

18 de enero de 2013. Fue cuatro años después cuando una portada del diario El Mundo marcaba un antes y un después. "Bárcenas pagó sobresueldos en negro durante años a parte de la cúpula del PP". Comenzaba el via crucis de Rajoy que alcanzaría su punto álgido con otra portada del mismo periódico, que revelaba los SMS de apoyo del presidente del Gobierno al ex tesorero:  "Luis. Lo entiendo. Sé fuerte. Mañana te llamaré. Un abrazo" -hoy Podemos lo reproduce en su 'Tramabús'-.

Acorralado, tardó más de dos años en reconocer que "todos cometemos errores". Fue en Foro de El Mundo al responder a preguntas de un jubilado gallego. La reacción, tardía y comedida, no ha conseguido nunca que su nombre se desligue del de el ex tesorero, que fue precisamente quien volvió a hacer emerger el nombre de Mariano Rajoy durante su comparecencia ante el juez, a mediados de enero.

Bárcenas declaró en el juicio que Rajoy dio la orden en 2003 de 'romper' con las empresas de Gürtel

En ella, Bárcenas señaló que fue Rajoy quien dio la orden en el año 2003 de “romper” con las empresas de Gürtel, que operaban bajo al paraguas de Francisco Correa después de que el actual presidente del Gobierno se enterase de los manejos de Correa gracias al empresario Joaquín Molpeceres, propietario de Licuas, y su yerno, quienes le habrían avisado de que Correa “se dedicaba a actividades ilícitas en ayuntamientos de la Comunidad de Madrid y cualquiera que quisiera hacer negocios en esos municipios tenía que pasar por su despacho”.

El nombre de Molpeceres ha vuelto a cobrar actualidad estos días a raíz de la operación Lezo, en la que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha registrado la sede de sus empresas en busca de documentos que acrediten irregularidades en adjudicaciones públicas. Los investigadores, incluso, tienen una sospecha mayor: que Molpeceres actuase durante años como testaferro de Ignacio González para camuflar bienes de lujo que pareciesen estar fuera del alcance del sueldo público del ex presidente madrileño.

También ha vuelto a escucharse esta semana en la sede de la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares el nombre del presidente. Y no fue Luis Bárcenas, sino de Esperanza Aguirre, quien insistió en que conoció la existencia de varios pelotazos inmobiliarios, que después trató de frenar en Arganda del Rey y en Majadahonda, durante una reunión con el ex tesorero Álvaro Lapuerta en el despacho de Mariano Rajoy en la que él también habría estado presente aunque, según el relato de la ex presidenta madrileña, no se pronunciase sobre el caso.

El rol de los secretarios generales

A buen seguro, ésta será una de las preguntas que el presidente del Gobierno tendrá que responder ante los magistrados de la trama Gürtel, por su relación directa con los hechos juzgados. El resto es más evidente: los jueces tratan de averiguar si en el PP se cobraban comisiones a empresarios a cambio de posteriores adjudicaciones, si el destino de esas comisiones era la ‘caja B’ del partido y si ese dinero se utilizaba después como dopaje electoral para financiar campañas, en concreto las de las municipales de Majadahonda y Pozuelo de Alarcón.

Pablo Crespo, número dos de la trama, declaró a este medio que los secretarios generales conocían 'perfectamente' la caja B: Rajoy lo fue entre 2003 y 2004

Una caja B que, según declaró a El Independiente desde prisión Pablo Crespo, número dos de la trama y ex secretario de organización del PP gallego, conocían "perfectamente" todos los secretarios generales del partido. Mariano Rajoy ocupó ese cargo entre 2003 y 2004, antes de convertirse en presidente del partido. Antes, durante más de una década, Rajoy había ejercido como vicesecretario general de la formación y, por tanto, había tenido relación directa con la organización de las campañas, uno de los temas centrales de la investigación.

Es presumible, por tanto, que los magistrados cuestionen a Mariano Rajoy por la cadena de mando en el partido, por la familiaridad con la que el cabecilla de Gürtel, Francisco Correa, recorría la sede de Génova, o por la operativa habitual en las funciones de tesorería general de la organización.