La nueva presidenta socialista, Cristina Narbona, ha sido el epicentro de dos terremotos en los pilares del nuevo PSOE y el partido ha tomado medidas en las últimas horas. Han querido poner orden sobre las manifestaciones públicas de los miembros de la nueva ejecutiva y se ha impuesto una ley del silencio. Un estado de excepción que es consecuencia de los últimos tropiezos públicos, en los que se establecían posturas oficiales del PSOE sin que fuera debatido en el seno del partido.

El primer sobresalto llegó el martes, cuando rechazó el CETA después de que su partido votara a favor en comisión, y el segundo tuvo lugar la tarde de este viernes, cuando la ex ministra lanzó un mensaje en Twitter en el que dejaba en el aire la continuidad del portavoz del PSOE en la Comisión de Exteriores, Nacho Sánchez Amor, y le nombraba como el "todavía portavoz".

Narbona dejaba en el aire la continuidad del portavoz del PSOE en la Comisión de Exteriores

Sánchez Amor fue quien tuvo que defender en un primer momento el apoyo del PSOE al tratado de libre comercio entre la UE y Canadá -CETA-, y también fue el encargado de comunicar al partido de Iglesias que su apoyo no había cambiado después de que Podemos llamase a su formación a dar marcha atrás. Poco después de su defensa, Narbona le desautorizó en las redes confirmando el rechazo a la iniciativa y despertando recelos entre multitud de dirigentes, que se enteraron de la noticia por los medios.

El desliz en esta ocasión ha sido más explícito y la puesta en duda de Sánchez Amor ha provocado la reacción inmediata de algunos dirigentes, que han contactado con la Ejecutiva para pedir explicaciones. Poco después del incendio, el polémico mensaje de Cristina Narbona desapareció de las redes sin dejar rastro. La confusión provocada en las últimas horas por este tipo de comunicaciones ha hecho saltar las alarmas en el PSOE y han obligado a la reacción inmediata del equipo de prensa socialista.

La jefa de comunicación del PSOE, Maritza Ruiz, adoptó medidas de excepción ante el descontrol informativo y con el objetivo de evitar la polémica respecto a asuntos que aún tendrán que debatirse en la nueva dirección. Así, se ha impuesto la ley del silencio en las últimas horas y por un plazo todavía indeterminado, señalan fuentes del partido. Las medidas adoptadas consisten en estrechar los cauces de comunicaciones públicas por parte de la Ejecutiva, que tienen que pasar por el equipo de prensa para cualquier tipo de manifestación.

Así, los dirigentes socialistas tienen la orden expresa de contar con permiso previo antes de dar declaraciones a los medios o hacer cualquier publicación. En los mensajes lanzados en las redes, además, está la petición de cautela extrema, para evitar que tuits como  los de la presidenta Narbona pongan en riesgo la estabilidad de un PSOE que aún asienta sus cimientos.