Jaume Roures es uno de los grandes personajes de la escena audiovisual española, con conexiones en todos los sectores. Su aparición junto a Pablo Iglesias en el Instituto 25M de Podemos no podrá sorprender a nadie que conozca los orígenes de este periodista nacido en Barcelona en el año 1950.

En su juventud, Roures fue uno de los militantes de la Liga Comunista Revolucionaria, un partido político de ideología trotskista que nació en el año 1951, y estuvo adscrito a la IV Internacional. Este partido comunista acabó por disolverse en el año 1991 y entre sus principales principios estaba el rechazo a la colaboración entre clases y la demanda de establecer una organización territorial basada en la confederación de repúblicas.

Durante su periodo más activo en política Roures fue detenido en varias ocasiones y estuvo encarcelado en la época franquista por esas conexiones con la extrema izquierda. De hecho, se le asoció con ETA por las relaciones que mantenía el partido en el que militaba con la organización terrorista (hubo una organización llamada LCR-ETA VI Asamblea). A título individual, a Roures se le llegó a acusar de dar alojamiento y ayudar al terrorista Iñaki Ibero, secuestrador de Saturnino Orbegozo, que llegó a la Ciudad Condal huyendo de la Policía para reconstruir el comando Barcelona, aunque finalmente no hubo cargos.

Debido a esa ideología de extrema izquierda, que nunca ha escondido, Roures siempre se ha posicionado de forma clara a favor de la autodeterminación de los pueblos, aunque en varias entrevistas ha dejado claro que votaría no a la independencia de Cataluña.

Periodista destacado

Precisamente en la televisión pública catalana, TV3, fue donde Roures se formó a nivel profesional. Allí trabajo entre 1984 y 1991, una época en la que estuvo muy activo también a nivel empresarial con la fundación de Mediapro en 1993.

Cuando salió de TV3 unió su ideología de izquierdas con el periodismo y creó el diario Público en el año 2007, posicionándose en un nicho ideológico que no estaba demasiado representado en los kioskos. La edición en papel se editó hasta el año 2012, cuando los problemas económicos provocaron que los despidos fueran la tónica general. Finalmente Roures acabó por salir y la cabecera quedó en manos de un grupo de particulares que terminaron por fundar La Marea, una publicación de carácter mensual.

Público ha seguido su camino sin Roures, y actualmente funciona en formato digital dirigido por Ana Pardo y en manos de Display Connectors, una sociedad que hace las veces de editor.

Roures encauzó su carrera hacia el mundo audiovisual tras el palo que supuso el final de Público, y sus conexiones le ayudaron a conseguir la última licencia de televisión analógica que se adjudicó en España, durante el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, para crear La Sexta.

Su gran éxito, en cualquier caso, ha sido acaparar los derechos del fútbol que comercializó a través de Mediapro, aunque le costó mucho controlarlos. Tuvo que hacer frente a un largo proceso judicial iniciado en 2007 con Prisa que acabó por provocar que su empresa incurriera en concurso de acreedores, por la necesidad de provisionar 100 millones de euros por lo que pudiera pasar. Cuando acabó la disputa, en la que el juez decidió que Mediapro no debía pagar los 320 millones de euros que pedía Prisa, Roures puso al día los pagos.

Venta de Mediapro

La situación de Roures es compleja ahora mismo. La escalada de precios en los derechos deportivos, el principal negocio de Mediapro, ha provocado que el empresario catalán haya decidido poner en venta el grupo audiovisual, por el que pide 1.500 millones de euros, tal y como informó El Independiente.

Tras meses de negociaciones con un grupo de fondos de inversión chinos y uno británico, la puja ha quedado reducida a Orient Hontai Capital, el único actor interesado con el músculo financiero necesario para satisfacer las demandas de Roures, que todavía se resiste a perder el control total de la sociedad.

El catalán considera que no hay margen de crecimiento en el sector de los derechos deportivos. Actualmente en su cartera están dos de los más codiciados: la Liga Santander española y la Champions League en España, además de la Europa League o la Euroliga de Baloncesto.

Los partidos de la Primera División de fútbol le costaron a Mediapro 1.900 millones de euros en el año 2015, tras una dura batalla con Telefónica. Apenas dos meses después los vendió a la plataforma del gigante de las telecomunicaciones por 2.400 millones de euros para que emitiera la Liga Santander hasta 2019. Roures sabe que esos derechos son el gran activo real de la compañía y va a intentar sacar el máximo posible de ellos.

Su presencia junto a Pablo Iglesias en la Universidad de Verano de Podemos, presentando el documental Las cloacas de Interior, entra dentro de la normal. Roures siempre ha sido un activista político de izquierdas, un trotskista millonario que es el dueño del fútbol en España, una rara combinación que él mismo ha explicado alguna vez: "El Manifiesto Comunista no dice en ningún sitio que la gente tenga que ser pobre".