Lula da Silva ha sido condenado a nueve años de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero, debido a su implicación en la red que operó en Petrobras.

El juez Sergio Moro, que ha dictado la sentencia, ha determinado que el ex presidente recibió sobornos de una de las empresas constructoras más grandes de Brasil, entre los que destacan un tríplex en un complejo de lujo en el estado de San Pablo. A cambio del cual, Lula da Silva habría facilitado contratos millonarias a la compañía Petrobas, según ha puesto en evidencia la investigación.

Además, la justicia brasileña ha asegurado que el ex mandatario era el "jefe del esquema de corrupción". De esta manera, Lula da Silva se convierte en el primer presidente brasileño condenado.