El titanio ya no brilla tanto. Hace semanas que se ha apagado, que se ha oscurecido. En Bilbao había logrado iluminar un nuevo tiempo en forma de museo emblemático con aires neoyorkinos y junto a él, arrastrar hasta el olimpo el alicaído orgullo bilbaíno de tiempos de crisis. Y así ha perdurado gran parte de los últimas dos décadas. Pero en los últimos tiempos algo ha cambiado. Hace dos meses que la capital vizcaína vive preocupada. Demasiadas preguntas sin respuesta. Los graves incidentes ocurridos la noche del jueves en la previa del partido de la Europa League entre el Athletic Club y el Spartak de Moscú, y en los que falleció un ertzaina, han sido la última gota de la inquietud.

La ciudad nunca fue insegura. La percepción tampoco lo era. Los responsables políticos de la capital vizcaína insisten en que continúa sin serlo, que los índices de criminalidad y de delincuencia de Bilbao están por debajo de los de otras capitales españolas. Pero la sensación ha cambiado. Y los hechos no ayudan a que números y percepciones coincidan.

La ola de dudas, preguntas y temores se inició hace sólo dos meses. La noche del 23 de diciembre dos menores agredían a un hombre, un ex jugador de fútbol del Amorebieta, Ibon Urrengoetxea, en pleno centro de la ciudad, para robarle. El golpe que le propinaron le provocó la muerte. Tres días después, un hombre arrollaba con su coche a otro en un barrio de la ciudad. El agredido está ahora en silla de ruedas y ha perdido un ojo. Dos semanas más tarde, otro sobresalto dejó muda a la ciudad; dos menores de 14 años agredían a dos ancianos de 87 años en su propia casa en el barrio de Otxarkoaga hasta matarlos.

Jornadas durante las cuales por las redes sociales un vídeo mostraba cómo cinco adolescentes cantaban en el metro de Bilbao mientras mostraban navajas de grandes dimensiones. Los incidentes del jueves por la noche ante San Mamés completan la fotografía de los dos meses que más han inquietado a Bilbao.

Eventos internacionales

Las autoridades insisten en el mensaje. Ni la delincuencia ha aumentado ni en la ciudad se han instalado bandas. Todo ha sido más fruto de la casualidad temporal que de un cambio de rumbo en el habitual tranquilo clima social. Los indicadores sitúan a la capital vizcaína con una tasa de 41 delitos por cada 1.000 habitantes, similar al de ciudades como Sevilla o Valencia y muy por detrás de capitales como Barcelona o Madrid.

Sin embargo, la imagen que se pueda estar dando y que el jueves dio la vuelta al mundo por los lanzamientos de bengalas, piedras y pelotas de golf entre radicales rusos y del Athletic preocupa. Y mucho. El Ayuntamiento de Bilbao y la Diputación foral llevaban meses vendiendo la idea de que este 2018 debía ser un año espectacular para la ciudad. Y el calendario así lo promete. En los próximos meses los bilbaínos acogerán la celebración de una larga lista de eventos internacionales de primer nivel que para sí querrían muchas ciudades.

En mayo el estadio de San Mamés acogerá el mayor evento de rugby de Europa, el European Rugby Challenge Cup; en junio el Museo Guggenheim celebrará la gala del The World´s 50 Best Restaurant Awards en los que se elegirán los mejores restaurantes del mundo; el 30 de junio los mejores saltadores del planeta participarán en el Red Bull Cliff Diving; el 12 de septiembre la Vuelta Ciclista a España recalará en Bilbao y como colofón, el 4 de noviembre el BEC acogerá los European MTV Awards. Y no es todo, en el horizonte, el Tour de Francia estudia que el próximo año Bilbao sea punto de llegada de una de sus etapas y la UEFA ya ha designado a San Mamés como una de sus sedes para la Eurocopa de 2020.

Baja tasa de delincuencia

“Esta noche me preguntaba cómo se despertarán el director del Tour viendo esta noticia de Bilbao, o los rectores de los premios MTV o de la liga europea de clubes de rugby”. La reflexión la hizo el alcalde de Bilbao, Juan María Aburto, en Radio Bilbao apenas 24 horas después de los incidentes registrados a las puertas de San Mamés.

La suerte tampoco está aliada con la ciudad. En apenas tres semanas la ciudad tendrá otra prueba de fuego que puede poner en riesgo su imagen. El bombo de la European League ha querido que el Athletic Club se enfrente contra el Olympique de Marsella, un club con un grupo de aficionados radicales especialmente violento. El club galo ya visito Bilbao en febrero de 2016 y en aquella ocasión un grupo de sus aficionados provocaron graves incidentes por el centro de la ciudad.

Desde el Consistorio se han puesto a trabajar para frenar datos y percepción. El alcalde quiere aprobar un Plan que incluye una treintena de medidas para reforzar la seguridad. Incluso o descarta ampliar la plantilla de su policía municipal.

Los últimos datos aportados el pasado 30 de enero por la Ertzaintza apuntan hacia un leve repunte de la delincuencia en el conjunto del País Vasco pero que en realidad es casi impredecible. En el conjunto de Euskadi cada día se cometen 224 infracciones penales, lo que representa una tasa de 37 delitos por cada 1.000 habitantes.