La de Unidos Podemos el pasado junio fue la tercera moción de censura en la historia de la democracia española. Pablo Iglesias no consiguió sacarla adelante. El pleno del Congreso la rechazó con 170 votos en contra, 82 votos a favor y 97 abstenciones. Este viernes, el PSOE ha registrado una nueva moción contra Mariano Rajoy tras conocerse la sentencia de la primera parte del caso Gürtel, donde se condena al Partido Popular por corrupción a pagar 245.492,80 euros.

Este camino lo abrió en 1980 Felipe González con una moción de censura contra el entonces debilitado Gobierno de Adolfo Suárez. Pero a pesar de esta debilidad, no logró sacarla adelante. El PSOE recabó entonces 152 apoyos (sus 120 más los 23 de PCE, cinco del Partido Andalucista, uno de ERC, uno de Euskadiko Ezkerra, uno de la Unión del Pueblo Canario y uno del Grupo Mixto), contra 166 rechazos, 21 abstenciones y 11 ausencias, entre ellas las del PNV y Herri Batasuna.

La siguiente moción fue precisamente contra Felipe González. Se produjo en 1987 cuando el entonces senador y líder de Alianza Popular, Antonio Hernández Mancha, se erigió como candidato alternativo al socialista que llevaba cinco años al frente del gobierno. Condenada al fracaso desde su nacimiento -sólo obtuvo 67 apoyos-, el movimiento fue el intento de presentar a Mancha ante la opinión pública y darle voz en un Congreso de los Diputados al que entonces no tenía acceso.

Cabe recordar que el mecanismo de la moción de censura no implica que el candidato propuesto deba ser diputado en el momento de la presentación, sino que permite la presentación para el puesto del presidente del Gobierno de cualquier ciudadano mayor de 18 años consensuado entre los partidos impulsores.

El reglamento prevé además que en los dos primeros días tras la presentación de la moción se pueden presentar iniciativas alternativas. La original, sin embargo, no puede votarse hasta pasados cinco días y, en caso de ser rechazada, sus signatarios no podrán presentar otra durante el período de sesiones en curso.