"Por nosotros no quedará" aseguran desde el ámbito independentista para reafirmar su deseo de apoyar una moción de censura del PSOE para echar de la Moncloa a Mariano Rajoy. El problema es que nadie del PSOE ha llamado todavía a su puerta. Los portavoces parlamentarios de ERC y PDeCat, que se lanzaron entusiastas el viernes a ofrecer su apoyo al líder del PSOE, han elevado hoy el precio de su apoyo con la sospecha de que Pedro Sánchez no los quiere como socios parlamentarios y el temor a quedar atrapados entre el rechazo socialista y la presión de Carles Puigdemont para que no olviden a los "presos y exiliados".
El socialismo catalán sí quiere ese apoyo, como ha dejado claro Miquel Iceta al afirmar que en el Congreso hay 350 diputados "y todos sus votos valen lo mismo". El PSC se ha esforzado en las últimas horas en frenar las exigencias nacionalistas, pero no oculta su interés en un acercamiento a las fuerzas independentistas que permita romper el frentismo en Cataluña y desligarlos del "bloque del 155". Aún así, dejan claro que la negociación corresponde al PSOE.
Pese a que el Comité Federal de esta tarde debía ser un trámite para el secretario general del PSOE, Sánchez no se ha atrevido a llamar a los partidos independentistas sin cerrar el apoyo de los barones, y desde el independentismo insisten en que debe ser él o su equipo quienes deben dirigirse a sus interlocutores del PDeCat y ERC para recabar apoyos si quieren que la moción salga adelante sin depender de C's. En eso los dos grupos catalanes son claros, su voto es "incompatible" con el partido naranja.
Tardà, interlocutor en ERC
La interlocución tampoco será fácil, especialmente en el caso de los ex convergentes. En ERC tienen claro que el interlocutor debe ser Joan Tardà, portavoz en el Congreso y, hoy por hoy, el político con más experiencia en la cúpula republicana tras el encarcelamiento de Oriol Junqueras y la huida de Marta Rovira. Pero el PDeCat ha vuelto a mostrar con motivo de la moción la distancia entre la ex convergencia y el nuevo núcleo de poder tejido entorno a Carles Puigdemont.
El ex presidente no tiene poder orgánico sobre el grupo en el Congreso, ni demasiado ascendente sobre sus diputados. Tanto Carles Campuzano como Jordi Xuclà estuvieron en los intentos frustrados de la dirección de Marta Pascal por recentrar el partido antes de que Puigdemont ganar las elecciones en el ámbito independentista y se convirtiera en líder indiscutible del bloque secesionista. Pero nadie se atreve a discutir ahora ese liderazgo, lo que significa que el ex presidente marcará las negociaciones, aunque sea a través de declaraciones públicas como las que han obligado hoy a Marta Pascal a reclamar contrapartidas en la situación de los políticos imputados por el 1-O o el reconocimiento del derecho a la autodeterminación.
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