Política

Santamaría desea la intervención de Rajoy para forzar un congreso de unidad

El sector que apoya a Casado cuenta compromisarios para presentar batalla los días 20 y 21 en el cónclave popular

Soraya Sáenz de Santamaría aplaude a Mariano Rajoy.

Soraya Sáenz de Santamaría aplaude a Mariano Rajoy. EP

El sector que apoya a la ganadora de las primarias del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, espera que Mariano Rajoy rompa su mutismo para apostar por un congreso de unidad e integración que permita consensuar una sola lista.  La exquisita neutralidad que el todavía presidente de los populares ha tenido en todo este proceso comienza a incomodar a los que temen que la ex vicepresidenta pueda verse descabalgada por un acuerdo del resto de las candidaturas en torno a Pablo Casado. Uno de los más sólidos apoyos de la candidata, explica que "los cuadros del partido de manera mayoritaria estamos en contra de ir al congreso con dos listas" y que Rajoy "debería" intervenir.

Advierte además, sobre el riesgo de que se produzca "un choque de legitimidades" entre la militancia y los delegados que les representan si éstos no acatan el veredicto de las primarias, que han colocado a la hoy diputada a la cabeza aunque sea tan sólo por 1.546 votos de ventaja sobre el ex portavoz del PP. Otro de sus partidarios arguye que "un congreso a degüello rompe el partido" y contempla al silente ex presidente del Gobierno como pacificador en una situación "extremadamente complicada".

Los partidarios de la ex vicepresidenta alertan del "choque de legitimidades" si el congreso da la vuelta al resultado

Todos miran hacia un Rajoy que optó por pasar las primarias en Sanxenxo (Pontevedra) dejándose ver en un agradable restaurante al aire libre almorzando con su esposa, Elvira Fernández, y con su ex secretaria de Estado para la Comunicación, Carmen Martínez Castro. No acudió a votar a su colegio electoral por entender que "no sería justo por su parte privilegiar a un precandidato sobre los demás, dado que todos -según un comunicado que hizo público a través de Génova- han sido leales colaboradores" durante su etapa de partido y de gobierno. Pero una cosa es que no se implicara en las primarias y otra que no interceda para evitar la colisión, aducen en la candidatura de la ex vicepresidenta.

Santamaría admitió la noche de su triunfo que "Mariano Rajoy ha sido la primera persona con la que he hablado. Es el presidente de nuestro partido". No abundó en el contenido de la conversación pero usó un tono de complicidad que no pasó desapercibido. Su alegría era lógica al imponerse en la votación y hundir las opciones de María Dolores de Cospedal que, paradójicamente, tiene en sus manos decidir el nombre de quien se sentará en el despacho presidencial de la planta séptima de Génova.

Rajoy sí tomará la palabra en el congreso para despedirse y pasar el testigo a la persona que le suceda

Un dirigente popular que intenta mantener un difícil, por no decir imposible, equilibrio en este proceso cuestiona, sin embargo, que Rajoy tenga "la misma autoridad ni la misma capacidad de maniobra de cuando era presidente". Es más, el ex presidente del Gobierno "es consciente de que no tiene la misma fortaleza que antes para dar instrucciones y jamás lo haría", pero sí admite que pueda hacer un llamamiento genérico "a la integración y a la unidad" del partido. Pese a que se ha mantenido apartado, Rajoy sí tomará la palabra en el congreso extraordinario del PP para despedirse de los suyos y dar el relevo a quien le suceda. Sin embargo, para entonces puede resultar demasiado tarde. El sector de Santamaría desea un pronunciamiento antes de que se llegue a esa cita "a cara de perro".

Para evitarlo, esta fuente resalta en conversación con El Independiente, que Santamaría debe hacer "una oferta realmente integradora y no sólo desde la cúpula sino para afrontar el proceso electoral que se avecina y sin cortar cabezas puesto que sólo ha ganado por 1.500 votos."

Los "sorayistas" confiaban en que la presión de los barones territoriales, que "son los primeros interesados en que no se rompa el partido antes de unas municipales y autonómicas", doblarían el pulso a Casado, pero no ha surtido efecto. Es más, el presidente de la Xunta gallega, Alberto Núñez Feijóo, sin duda, el más poderoso de todos ellos, salió este viernes en auxilio del diputado al revalidar el sistema de doble vuelta y quitando dramatismo a un congreso de confrontación. La unidad, prosiguió, "se puede lograr antes del congreso, se puede conseguir incluso durante el congreso, o se puede conseguir inmediatamente después del congreso".

Integración tras el congreso

Palabras muy parecidas a las que pronunció ayer mismo Casado en declaraciones a los periodistas antes de participar en la Cumbre de Innovación Tecnológica y Economía Circular, a la que también asistieron líderes internacionales como Barack Obama . El candidato defendió que la "integración" llegará tras el congreso y que eso fue lo que les pidió Rajoy, esto es, unidad "sincera".

De momento, mientras Santamaría llama a los líderes territoriales para articular una mayoría, el equipo de Casado escruta los votos de las primarias y el reparto de compromisarios, cuya composición no se conoce pues el escrutinio es más lento y hay un plazo de 24 horas para presentar recursos y alegaciones y otro igual para responderlas. Los resultados se proclamarán el lunes, tal y como explicó este jueves el presidente de la Comisión Organizadora del Congreso, Luis de Grandes.

Quedan por delante quince días en los que, todavía, puede pasar de todo.

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