Internacional | Política

May logra el apoyo de su Gobierno para proponer a Europa un Brexit "suave"

La nueva propuesta británica contempla la creación de un área de libre comercio para los bienes y mantendría abierta la frontera con Irlanda

May consigue el respaldo del Gobierno para plantear a Europa un Brexit "suave".
La primera ministra británica, Theresa May, en una reunión con los miembros de su Gobierno. | EFE

El camino hacia el Brexit sigue sorteando dificultades. En la noche de este viernes, la primera ministra de Reino Unido, Theresa May, obtuvo el respaldo de sus ministros a su plan de desconexión con Europa, que supone una suavización de los términos frente a propuestas anteriores.

Tras una tensa reunión que se extendió durante casi doce horas en la residencia oficial de Chequers (sureste inglés), el Gobierno británico alcanzó "in extremis" un acuerdo que permite desbloquear las negociaciones con Bruselas para seguir adelante con el Brexit.

Salvando la oposición de un grupo de ministros encabezado por el exalcalde de Londres Boris Johnson, May ha logrado el apoyo necesario para sacar adelante un plan por el cual se propondrá a la Unión Europea crear, una vez finalice el periodo de transición de 21 meses posterior al Brexit -que está previsto para el 29 de marzo de 2019-, un área de libre comercio para los bienes, lo que evitaría los controles de aduanas y mantendría abierta la frontera con Irlanda.

Para hacer posible ese libre comercio, el Reino Unido conservaría una equivalencia regulatoria con la UE para bienes, aunque no para servicios, se indica en el comunicado difundido tras la reunión.

El plan británico apoya una normativa común para bienes industriales y productos agrícolas

Según declaró May, el plan británico creará "un área de libre comercio Reino Unido-UE que establecerá una normativa común para bienes industriales y productos agrícolas", si bien el Parlamento británico deberá aprobar cualquier futuro cambio en estas regulaciones.

"Como resultado, se evitarán fricciones en el campo del comercio, lo que protege el empleo y las formas de sustento, al mismo tiempo que cumplimos nuestro compromiso con Irlanda del Norte" y se mantiene la soberanía parlamentaria del país, afirmó.

El texto acordado admite, no obstante que, si el Parlamento de Londres rechazara la armonización normativa, el Reino Unido podría perder "acceso al mercado" y habría consecuencias también para las fronteras y los acuerdos de seguridad.

El Gobierno de May también propone poner en marcha un sistema de aduanas llamado "dispositivo aduanero facilitado", que evitaría los controles fronterizos en ese área común, de modo que el Reino Unido aplicaría sus tarifas y políticas comerciales a los bienes destinados a su territorio y las comunitarias a los que se dirigieran a la UE. Esto, según la primera ministra, permitiría al Reino Unido forjar acuerdos comerciales con terceros países.

Londres quiere mantener fuera del acuerdo de libre comercio propuesto al sector de los servicios, pues piensa que es el que más puede expandirse mediante futuros tratados comerciales.

El Reino Unido propone además crear un "marco institucional conjunto" que asegure la "interpretación y aplicación consistente" de los acuerdos bilaterales británico-comunitarios, que tendría en cuenta la jurisprudencia del Tribunal europeo de Justicia e incluiría mecanismos de resolución de disputas.

Según el texto consensuado, se pondría fin a la libertad de movimiento, si bien se introduciría "un marco de movilidad" para asegurar que los ciudadanos británicos y comunitarios pueden seguir viajando y estudiando en los respectivos territorios.

El plan británico mantiene su oposición a la libertad de movimientos de ciudadanos europeos

Previamente, el negociador jefe de la UE, Michel Barnier, afirmó en un acto en Bruselas que podría "adaptar" su posición si el Reino Unido cambia sus "líneas rojas" respecto al mercado único, la unión aduanera y el Tribunal europeo de Justicia, aunque subrayó que "queda poco tiempo".

Barnier indicó que responderá a la posición británica cuando se le presente formalmente en un Libro Blanco que Londres prevé enviar la semana próxima, pero advirtió de que en ningún caso "se dañará al mercado único".

Además del plan acordado hoy, el Gobierno de Londres decidió "acelerar los preparativos" para el caso de que no se llegue a un acuerdo con la UE sobre la futura relación bilateral para la fecha límite del Consejo Europeo del próximo octubre.

Pese al éxito cosechado en esta ocasión por parte de May, persiste la amenaza de fisuras en el Ejecutivo y dentro del Partido Conservador, donde varios diputados ya han indicado que se oponen a los principios pactados.

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