Pedro Sánchez, en Santiago con los presidentes de del Congreso y del Senado de Chile, Maya Fernández, y Carlos Montes.
El Gobierno considera una buena noticia que la demanda del ex presidente Carles Puigdemont contra el juez instructor de la causa del procès, Pablo Llarena, incluya frases alteradas. "El Gobierno no va a estropearlo cuando las cosas salen bien", aseguran fuentes de la Moncloa, que han restado importancia a la reprobación de la ministra de Justicia, Dolores Delgado, en el Senado por la polémica sobre la defensa del magistrado.
El presidente Pedro Sánchez se mantiene en contacto permanente con su titular de Justicia desde su gira latinoamericana y ayer hablaron de las novedades sobre la demanda a Llarena. "Es una ministra fantástica que cuenta con la absoluta confianza del presidente. Hablan todos los días y tiene el respaldo absoluto del Gobierno", explican en la comitiva presidencial en Santiago de Chile.
Estas declaraciones se producen horas después de que Sánchez ordenara a Delgado apagar el 'incendio' que generó al renunciar a defender al magistrado del Tribunal Supremo en Bélgica; un hecho que se vio por la mayoría de asociaciones de jueces y fiscales como una "total dejación de funciones" por parte de la titular de Justicia.
Sin embargo, el Ejecutivo considera "cortoplacista" y previsible la ofensiva de PP y Ciudadanos contra la ministra Delgado. En esta línea, en la Moncloa insisten en aplicar la política de luces largas respecto a Cataluña y destacan la reunión del Consejo de Ministros que próximamente se celebrará en Barcelona, especialmente porque se producirá en otoño coincidiendo con el aniversario del aniversario de la consulta ilegal del 1 de octubre.
El Ejecutivo promete tomar decisiones en esa reunión "que afectarán a los problemas reales de los catalanes" que adquieren mayor relevancia por "la falta de gestión de la Generalitat", recalcan.
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