Política

Frontera, fin a un viejo 'coladero' para la inmigración irregular

Las fronteras españolas concentran hoy el 50% de los detenidos por inmigración ilegal. Hace una década rondaba el 6%. En diez años las expulsiones han caído un 61%.

Un grupo de inmigrantes subsaharinos tras ser rescatados cerca de la isla de Alborán.
Un grupo de subsaharianos en el puerto de Motril (Granada), tras ser rescatados cerca de la isla de Alborán. | EFE

Ya no son un coladero. Superar la frontera que da acceso a nuestro país si se aspira a hacerlo de modo irregular es tirar una moneda al aire con casi las mismas posibilidades de éxito que de fracaso. No hace tanto, hacerlo era prácticamente darse un paseo con el éxito casi asegurado. En apenas una década el escenario ha cambiado completamente. El año pasado una de cada dos detenciones por aplicación de la ley de extranjería se produjo en la frontera. De haberlo intentado hace poco más de un lustro es casi seguro que no le hubieran atrapado. En años como 2010, 2011 o 2012 apenas se detectaba y arrestaba a uno de cada 14 ciudadanos que intentaban  acceder a nuestro país de modo ilegal, el resto lo lograban sin grandes problemas. Hoy las entradas de miles de ciudadanos se producen más por otros lugares, lejos del puesto fronterizo.

Sin duda, el reforzamiento de los controles de vigilancia ha permitido que aquellos porcentajes de detenciones en frontera -que oscilaban entre el 5 y 8%- se hayan disparado actualmente al 50%. Sólo en los doce meses de 2017 las autoridades españolas detuvieron a 23.266 ciudadanos en los puestos fronterizos cuando intentaban entrar de modo ilegal. Supone la mitad de los detenidos por aplicación de la ley de extranjería en todo el ejercicio (47.100). Es el resultado de una evolución evidente de control que se comenzó a acentuar en 2014 y que se ha intensificado hasta la actualidad.

La radiografía de la inmigración en España arroja un constante incremento en la llegada de ciudadanos que desean instalarse en España. Sin embargo, aún no ha alcanzado los niveles de entrada que se producían antes de la crisis, a comienzos de 2008. Aquel año nuestro país acogió casi 600.000 inmigrantes, ciudadanos dispuestos a ubicarse en nuestras ciudades, algunos de modo legal y otros, camino de ello.

Naturaleza "clandestina"

La inestabilidad económica que poco después se agravó frenó en seco la llegada de inmigrantes hasta tocar fondo hace cinco años, con poco más de 280.000 extranjeros venidos de fuera para instalarse en España. Desde entonces la situación ha mejorado y la recuperación ha sido significativa y con ella la llegada de inmigración. Al cierre de 2017 se había contabilizado la entrada de 532.000 personas.

Una llegada de ciudadanos extranjeros que no siempre deja rastro y constancia. La entrada de ciudadanos de modo irregular, es según reconoce el Gobierno por su propia “naturaleza clandestina” y por tanto no permite elaborar estimaciones “fiables” de su incidencia real. Sin embargo, sí facilita tener una aproximación de su incidencia los datos que sobre expulsiones y detenciones de ciudadanos en situación irregular lleva a cabo la Policía.

Así, hace una década la entrada de inmigración irregular en nuestro país duplicaba a la actual, según consta en el número de arrestos dados a conocer por el ejecutivo en una respuesta parlamentaria a EH Bildu. Los casi 93.000 extranjeros detenidos en 2008 por encontrarse en situación ilegal en España representan un volumen muy por encima de los poco más de 47.000 que se arrestaron el pasado año, incluso pese al leve repunte que se produjo respecto a lo que sucedió en 2014, cuando la cifra cayó hasta los 44.246.

La secuencia se repite si se analiza el nivel de expulsiones que se adoptan por parte de las autoridades. También en este punto el descenso es muy notable, con una caída del 61% en la última década. Las 10.616 expulsiones de inmigrantes decretadas hace diez años suponen más del doble de las apenas 4.000 dictadas en todo el año pasado. La reducción ha sido constante en todos estos años.

Fundamentalmente, marroquíes

Sin duda, la mayoría de ellas se aplican a ciudadanos de origen marroquí, la nacionalidad que en los últimos diez años ha estado presente en uno de cada tres casos de expulsión. Así, desde 2008 España ha expulsado de nuestro país a 31.426 ciudadanos de Marruecos por encontrarse de modo irregular. En las nacionalidades con mayor número de ciudadanos a los que se les ha ordenado que abandonen España el segundo lugar en este periodo corresponde a los ciudadanos bolivianos (7.366), seguido por los brasileños (6.286), colombianos (5.357) y argelinos (4.035).

Sin duda la estancia irregular en España es el motivo mayoritario para decretar la expulsión, presente en tres de cada cuatro expedientes, pero no el único. Elementos como el quebranto de una orden de prohibición de entrada, no haber abandonado el país en el plazo concedido o estar condenado por alguna causa de la Justicia son otras de las razones más presentes.

El fenómeno de la inmigración irregular ha registrado un cambio significativo respecto a la vía de entrada. La llegada por el mar es una realidad que se ha visto incrementada en los últimos años. Este verano el Ejecutivo reconoció que la vía marítima había registrado un incremento importante el primer semestre de este año, casi triplicando la entrada de inmigrantes del mismo periodo de 2017 y que fue similar al ya detectado en 2016. Se ha comprobado además un cambio de tendencia en las rutas de inmigración marítima, al desviarse las rutas oriental y central del Mediterráneo hacia la occidental un cambio que comenzó a ser una realidad desde 2015.

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