El diputado de ERC Gabriel Rufián la ha vuelto a liar este martes en el Congreso de los Diputados. Durante la comisión que investiga la presunta financiación ilegal del Partido Popular, Rufián ha mantenido un tenso intercambio con Francisco Álvarez Cascos, que por lo general ha eludido sus preguntas sobre los sobresueldos y la Caja B. La sesión se ha salido del guion definitivamente cuando el diputado de ERC se ha dirigido a la vicepresidenta de la comisión, Beatriz Escudero, llamándola "palmera", para indignación de la diputada popular que ha terminado abandonando la sala tras discutir a gritos con Rufián: "¡No me guiñes el ojo, imbécil!".

No es la primera vez que Rufián se convierte en el protagonista de una comisión parlamentaria. Ni es la primera vez que se convierte en el protagonista de la comisión parlamentaria que investiga la financiación irregular del PP. Ni siquiera es la primera vez que lo hace por usar el término "palmeros". Es el mismo que utilizó el 10 de abril durante la intervención en ese mismo escenario de la expresidenta madrileña Esperanza Aguirre. Entonces Rufián ya provocó la indignación de la bancada popular y obligó a intervenir al presidente de la comisión, el diputado de Nueva Canarias Pedro Quevedo.

"A ver si aprendemos la etimología de las cosas, palmeros son los que palmean y aquí no ha habido ni aplausos ni palmas, así que ruego se abstenga de montar el pollo que está usted acostumbrado a practicar", le lanzó Quevedo a Rufián, que acabó pidiendo que se retirasen sus palabras del Diario de Sesiones. El resto de su intervención fue igualmente bronca, definiendo a Aguirre como una "damisela entre gángsteres", y preguntando si en el cuento del PP ella era "Maléfica o La Bella Durmiente".

El 'carcelero' Aznar

Rufián también acaparó titulares en esta misma comisión recientemente, durante la intervención del expresidente del Gobierno, José María Aznar. Ya desde su aparición en la sala, a la que Rufián acudió vestido con una camiseta que decía "José Couso asesinado", en referencia al periodista que falleció en Irak en el año 2003 en un ataque del ejército norteamericano, al que Aznar apoyó en su intervención sobre el país.

Durante el cuestionario al expresidente, Rufián empleó todo tipo de calificativos: llamó a Aznar "carcelero" y "padrino de un cartel" y, después de múltiples referencias a la boda de su hija, acabó deseando verle en un tribunal de Derechos Humanos. Aznar se negó a responder algunas de las cuestiones, se quejó al presidente Quevedo del tono "tabernario" del diputado y le recomendó no seguir su trayectoria parlamentaria por el camino del "histrionismo": "No le va a ir bien".

Bronca con el PDeCat

Lo cierto es que Rufián, cuando se trata de alzar la voz en las comisiones parlamentarias, no se detiene ni ante sus compañeros de ideario. De hecho, una de sus broncas más sonadas en el último año le enfrentó al convergente Feliu Guillaumes, diputado del PDeCat que preside la comisión que investiga el accidente moral del Alvia del año 2013.

En ese órgano, un consenso amplio de los partidos había establecido que no se reproducirían grabaciones contenidas en el sumario de la investigación, pese a lo cual Rufián insistió en hacerlo, utilizando para ello su turno de palabra y reproduciendo un vídeo junto a su micrófono. Guillaumes le retiró el turno de palabra, provocando el enfado del parlamentario de ERC.

En esa misma comisión, Guillaumes retiró dos veces más la palabra a Rufián por excederse en su límite de tiempo, lo que le valió el calificativo de "miserable". "Vigile sus expresiones", le recomendó el diputado del PDeCat, que no consiguió amilanar al portavoz de ERC, que le volvió a atacar personalmente: "Deje de temblar, que preside usted una comisión muy importante".