En el PSOE de Madrid se han cansado ya de oír nombres de candidatos al ayuntamiento de la capital de España patrocinados por Ferraz. "Si Pedro Sánchez no hubiese sufrido las dimisiones de Màxim Huerta o de Carmen Montón, a lo mejor no le importaría enviar a algún ministro a Madrid. Pero a estas alturas ni los ministros quieren disputar la alcaldía con Manuela Carmena ni nadie cree que Sánchez vaya a quitar a alguien de su Gobierno para disputar el Palacio de Cibeles", dicen militantes bien relacionados. Se ha especulado mucho con Grande-Marlaska, con Reyes Maroto, con Dolores Delgado o con Pilar Llop, delegada del Gobierno para la Violencia de Género. Ayer salió el nombre de Alfredo Pérez Rubalcaba. Se ha especulado tanto, que por lo pronto no hay candidato oficial.

Lo que sí hay es desconcierto y alarma en las filas internas. En el grupo municipal (nueve concejales de 57) las personas consultadas describen una situación de desazón ante la incertidumbre de no saber ni quién encabezará las listas ni quién repetirá en las mismas. A lo que hay que sumar la fortaleza de Carmena, que en la actualidad tiene serios problemas para negociar con Podemos su propia candidatura. "No estamos aprovechando el momento", lamentan los consultados.

Ni se sabe quién liderará las listas ni quién irá en ellas

Un ejemplo de la incertidumbre se vivió el pasado 16 de diciembre en el Comité Regional del PSOE autonómico, cuyo secretario general es José Manuel Franco. El cónclave llevaba sin convocarse desde la friolera de febrero de 2017. Se elegían los alcaldables de municipios de más de 20.000 habitantes, un trámite que se superó sin problemas con resultados a la búlgara. Pero en las intervenciones -limitadas a dos minutos cronometrados- saltaron las críticas por la ausencia de candidatos al ayuntamiento de la capital, y por no simultanear todos los procesos de primarias. Intervinieron representantes de Izquierda Socialista y otras corrientes.

Aunque para arquetipo de la anarquía socialista, la tormentosa relación entre José Manuel Franco y la bancada socialista en el Consistorio madrileño. Tras la moción de censura que aupó a la Presidencia del Gobierno a Pedro Sánchez el 1 de junio, Ferraz cimentó la relación entre el PSOE y el equipo de Carmena en agradecimiento a Podemos, aliado clave en el derrocamiento de Mariano Rajoy. El PSOE ha colaborado activamente con Ahora Madrid en la puesta en marcha tanto de Madrid Central como en la reforma provisional para apaciguar las molestias que la A-5 causa a los vecinos en el término municipal. Uno de los ediles más implicados ha sido José María [Chema] Dávila.

El secretario general ha chocado con la bancada municipal

Pero estas medidas no han contado con el beneplácito de los alcaldes del sur de la Región con deficientes servicios de Cercanías, quienes se han rebelado. Y Franco con ellos, ya que su liderazgo básicamente depende de los apoyos en el antiguo cinturón obrero: Alcorcón, Getafe, Móstoles o Leganés. "En la A-5 no queremos semáforos todavía", se desahogaba hace un mes el secretario general del PSOE-M. El fuego cruzado ha pillado con el pie cambiado a dirigentes como Dávila, que ha contado con el respaldo de la portavoz Purificación Causapié. Pero solo agrava las cosas antes que mejorarlas a cinco meses de la cita electoral.

Así que el año termina un desencuentro clamoroso entre el aparato regional y el grupo municipal, este último con el tímido respaldo de Ferraz. "He escuchado en una reunión al diputado José Ángel Gómez-Chamorro defender que los vehículos de las localidades del extrarradio tienen derecho a conducir hasta la capital, al nivel de Ciudadanos o PP", revela un afiliado. Gómez-Chamorro es un veterano militante de Alcorcón muy crítico con la precariedad sanitaria de la Comunidad de Madrid.

El tomasismo se ha desperdigado entre críticos y afines

Los equilibrios en el antiguo PSM (refundado en julio de 2015 para alejarlo de la mácula del defenestrado Tomás Gómez) son complicados. Y hay explosiones descontroladas a lo largo y ancho de la Comunidad de Madrid. En Collado Villalba un centenar de militantes se ha dado de baja entre acusaciones de "pucherazo", y la secretaria de Organización local ha llegado a celebrar que la salida de esos afiliados ha permitido "serenar" al partido (donde han ingresado de golpe y porrazo 50 nuevos militantes). En Majadahonda también se han largado una docena de militantes. El tomasismo se ha desperdigado y está con los afines y los detractores, y los ecos de la guerra por la Secretaría General entre Susana Díaz y Pedro Sánchez aún perviven.

En el Pleno del Ayuntamiento de Madrid el desconcierto es total. El que se mueva no saldrá en la foto, cuentan. En la Comisión Ejecutiva Regional aparecen están los concejales Ignacio de Benito, el malogrado Dávila y el recién llegado Pedro Barrero. En el Comité Federal del PSOE estatal solo está Mercedes González, que lleva cuestiones de Urbanismo en el Consistorio desde la oposición. Todos aguardan el dedo de Ferraz, cuyo secretario de Organización es el ministro de Fomento, José Luis Ábalos.

De la Rocha se retiraría si se presentara Narbona"

Solo hay un candidato y no es el de Ferraz, pero la inexistencia de rivales ayuda cada vez más a sus aspiraciones: el veterano Manuel de la Rocha, ex alcalde de Fuenlabrada, ex diputado nacional y autonómico y eterno portaestandarte de Izquierda Socialista. Tiene 71 años, una edad provecta (Carmena tiene 73 años); y de momento es el único en anunciar en público sus aspiraciones. "Todo esto se solucionaría si se presentara Cristina Narbona. Hasta De la Rocha ha dicho en privado que retiraría su candidatura", relata alguien curtido en batallas internas. "El problema es que Narbona, como Rubalcaba, quiere estar alejada de la primera línea".