Con más de 1.700 afiliados en Cataluña, la gran mayoría en Barcelona, y estructura territorial en las cuatro provincias, Vox aspira a convertirse en la sorpresa electoral de las próximas municipales también en esta comunidad. Un territorio en el que la formación de Santiago Abascal fue la protagonista del pasado fin de semana por los ataques sufridos en sus convocatorias en Barcelona, Hospitalet de Llobregat, Sitges y Blanes. Barcelona, por tanto, capital de Vox en Cataluña.

"Vox está en Barcelona para reivindicar nuevamente la indisoluble unidad de la Nación española" y para reafirmar su "compromiso irrenunciable en nuestra lucha sin cuartel contra el separatismo golpista, tanto en los tribunales, como en la calle, como en las instituciones", advertía el pasado 12 de octubre Javier Ortega Smith en la capital catalana. Un mes antes, el número dos de Vox ya había participado junto a su líder, Santiago Abascal, en otra manifestación contra el proceso independentista. En los próximos meses, superadas las elecciones andaluzas, Cataluña volverá a ser uno de los objetivos prioritarios del partido.

Los 1.200 afiliados alcanzados en Barcelona han convertido la capital catalana en una de sus plazas fuertes, equiparable a Sevilla o Valencia, aseguran desde el partido. Y los últimos sondeos apuntan a la posible entrada de Vox en las instituciones catalanas, aunque ni el CEO de la Generalitat ni el Barómetro del Ayuntamiento de Barcelona han introducido al partido de Santiago Abascal en sus estudios.

Según la encuesta de NC Report para La Razón del pasado diciembre, Vox obtendría el 2% de los votos en unas elecciones catalanas. Más aún, según Electómetre Delta, Vox será la gran sorpresa en las próximas municipales en Barcelona. Tras realizar 3.374 entrevistas concluye que Vox entraría con cuatro regidores en el Consistorio, frenando el esperado efecto Valls que se quedaría en un regidor más para C's.

Crecimiento y tensión

Esa creciente implantación corre paralela al rechazo visceral que recibe cada uno de los actos de Vox recibe en esta comunidad. Militantes independentistas y antifascistas han intentado reventar todas sus convocatorias, dando una notoriedad a Vox que jamás conseguiría atendiendo sólo al número de militantes o a su representación institucional.

Los incidentes más importantes se produjeron el pasado día 6, tras las conmemoraciones del 40 aniversario de la Constitución convocadas en Girona y Terrassa. Pero los enfrentamientos se han reproducido en los últimos días en la "paella popular" convocada en Hospitalet de Llobregat, una carpa informativa en Sitges o el acto convocado el pasado sábado en Barcelona.

Fuentes del partido confirman que se ha pedido al Ministerio del Interior medidas específicas de seguridad para sus sedes y actos, pero de momento no han obtenido respuesta.

Competencia de C's

Al margen de estos incidentes, lo cierto es que Vox crece en Cataluña de forma destacada, como confirman desde el partido. Y lo hace, aparentemente, a costa de la intención de voto a Ciudadanos, el partido que el pasado 21 de diciembre de 2017 concentró una gran parte del voto anti-independentista, superando el millón de votos y convirtiéndose en primera fuerza del Parlament.

Contrariamente a lo que ha sucedido en Andalucía, donde el partido de Abascal ha crecido sobre todo a costa del PP, en Cataluña el crecimiento probablemente se produzca a costa de los naranjas y al calor del procés. Los enfrentamientos entre Abascal y el afrancesado Albert Rivera adquieren en Barcelona toda su dimensión.

Aquí el cabeza de lista naranja, el ex primer ministro francés Manuel Valls, ha dejado claro su rechazo a la extrema derecha que representa Vox. Y Abascal lo ha convertido a su vez en uno de los argumentos recurrentes contra C's. Aunque el proceso independentista y la defensa de la unidad de España sigue siendo el principal banderín de enganche de la formación en Cataluña.

"No crecemos gracias al procés sino gracias a nuestra respuesta al procés", matizan desde Vox. Una respuesta marcada por las denuncias contra cualquier iniciativa del independentismo desde 2016. Los partidos soberanistas han denunciado insistentemente la "judicialización" del conflicto político que atribuyen al PP, pero lo cierto es que Vox está en el origen de denuncias como la del Juzgado 13 de Barcelona, determinante en la instrucción del 1-O.

Proliferación de demandas

La querella contra el juez Santi Vidal por asegurar que tenían controlados los datos fiscales de los catalanes dio pie, con el tiempo, a los registros instruidos por el juez Ramírez Sunyer que han puesto al descubierto toda la planificación incluida en el informe Infocats o la moleskine de Josep Maria Jové.

En la actualidad Vox tiene 11 querellas abiertas solo en Cataluña, además de ejercer como acusación popular en el proceso contra los líderes del 1-O que se instruye en el Tribunal Supremo. Entre las querellas catalanas destaca, además de la que instruye el Juzgado 13 de Barcelona, la querella contra la anterior cúpula policial catalana por su gestión de los atentados de Barcelona y Cambrils.

Vox denunció al ex conseller Joaquim Forn, el ex mayor Josep Lluís Trapero y el resto de la cúpula policial por haber obviado los avisos de posibles atentados en Cataluña y a las recomendaciones de medidas de protección física en espacios públicos, así como la gestión posterior a los atentados. Atribuyen a los querellados los delitos de abandono de un servicio público, los de desobediencia y denegación de auxilio, y de prevaricación por omisión.

El partido verde ha denunciado también a la alcaldesa de Girona, Marta Madrenas (PDeCat), por cambiar el nombre de la Plaza de la Constitución por Plaza 1 de Octubre. Vox denuncia la incorporación de una placa en la que se califica el dispositivo policial que se realizó durante la celebración del referéndum ilegal del 1 de octubre como “brutal agresión de las fuerzas de seguridad españolas”. Este cambio de denominación contó además con un acto reivindicativo realizado con fondos públicos.

En el último año, los responsables de Vox han denunciado también los carteles contra Felipe VI en aniversario de los atentados de Barcelona y Cambrils. Sin embargo, también han visto cómo se desestimaba la querella presentada ante la Audiencia Nacional contra el juez belga que aceptó una demanda contra el magistrado Pablo Llarena, instructor del procés.