Tras el resultado de las elecciones andaluzas del pasado 2 de diciembre, la derecha llamó a sus fieles a las urnas para repetir resultado y la izquierda hizo lo mismo para evitarlo. Los partidos pretenden que las de 2019 sean las elecciones generales de la participación, pero las encuestas de momento enfrían sus ánimos. Pocas pronostican una asistencia a las urnas mayor del 70%.

Un umbral que no se produce desde 2008, en la reelección de José Luis Rodríguez Zapatero, cuando votaron el 73,85% de los españoles. Desde entonces, en 2011 el dato bajó hasta el 68,94%, en 2015 remontó levemente hasta el 69,67% y en la repetición de junio de 2016 se hundió hasta el 66,48%, la participación más baja de la historia.

En el extremo contrario, las elecciones más masivas de la historia democrática de España fueron las de la primera victoria de Felipe González, en 1982. Votó entonces un 79,97% del electorado. Ni siquiera las primeras de la democracia, en 1977, llegaron a tanto: participó el 78,83% del censo.