Ese rosco de Pasapalabra era el rosco de España. Tanto que hasta el PSOE de Sánchez, que va cogiendo de allí y de aquí como de una dulcería para hacer de mil sabores a su presidente, aparecía últimamente en Twitter dentro de un rosco similar, o dentro de la ruleta de la suerte, o algo así. En todo caso, dentro de ese como rosetón de catedral de la religión televisiva del españolito, de esos pétalos que deshojamos rezando a la suerte, al delantero, al cuponero o al presidente del Gobierno, muchas veces indistinguibles.

Para seguir leyendo Regístrate GRATIS