El ataúd con los restos de Francisco Franco saldrá de la basílica del Valle de los Caídos a hombros de sus familiares, sin banderas ni honores militares, y posteriormente será trasladado en un helicóptero Superpuma del Ejército del Aire hasta el cementerio madrileño de El Pardo-Mingorrubio.

Según el dispositivo diseñado por el Gobierno, dentro de la basílica sólo estarán los operarios estrictamente necesarios para extraer la losa que cubre la tumba, de 1.500 kilos; un forense; la ministra de Justicia en funciones, Dolores Delgado, como notaria mayor del Reino y encargada de levantar acta de la exhumación, así como 22 familiares del dictador que ya han mostrado su deseo de asistir, entre nietos y bisnietos del dictador.

El Ejecutivo instalará un escáner y un detector de metales para que nadie pueda grabar imágenes o sonido de los actos de exhumación, de manera que los 22 familiares de Franco (nietos, cónyuges y bisnietos) que han confirmado que estarán presentes en los actos, autoridades y operarios que participarán en la maniobra habrán de pasar sus pertenencias por el escáner y ellos por el detector de metales.

Como medida de seguridad adicional, se levantará una carpa cubierta sobre la tumba del dictador en la Basílica del Valle a la que sólo podrán acceder dos familiares (Cristóbal y María del Mar Martínez-Bordiú Franco), los operarios que participen en los trabajos (entre cuatro y seis), un forense y las autoridades del Estado presentes: Dolores Delgado; el secretario general de la Presidencia, Félix Bolaños, y el subsecretario del Ministerio de la Presidencia, Antonio Hidalgo.

La losa sepulcral será trasladada a un almacén no visitable cuya ubicación trata de mantener en secreto el Gobierno

Los restos del dictador se encuentran en una caja de zinc sellada, introducida a su vez dentro de un ataúd de madera. En función de cómo se hayan conservado, los operarios los sustituirán o no por otros. Lo más probable, según la información que el Gobierno ha recibido de expertos en la madera, es que al menos la caja de zinc esté en perfecto estado. En este caso, el féretro no sé abrirá dado que en 1975 el entonces notario mayor del Reino dio fe de que en su interior se había introducido el cuerpo de Franco.

Uno de los elementos que hacen pensar que el féretro se conserve en buen estado es que la actual tumba está cubierta por hormigón y plomo, lo que debería haber funcionado como protección ante corrientes subterráneas de agua.

Junto a la losa sepulcral se colocarán cuatro gatos hidráulicos, que serán los encargados de levantar la tapa para que se pueda introducir un rodillo y que aquélla pueda rodar. La pieza de granito se transportada por una excavadora a un almacén fuera de la basílica que no es visitable y cuya ubicación mantendrá en secreto el Gobierno.

A petición de la familia, el prior de la abadía del Valle de los Caídos, Santiago Cantera, bendecirá los restos cuando estos salgan de la carpa, pero ningún monje más benedictino podrá estar presente en el interior de la basílica en ese momento.

Sin bandera ni honores

El féretro será sacado de la iglesia a hombros por los familiares de Franco hasta la explanada adyacente, donde esperará el coche fúnebre. No se les permitirá cubrir el ataúd con bandera alguna, como habían solicitado, ni tampoco se rendirán ningún tipo de honores.

Para el traslado del féretro a Mingorrubio, la primera opción que contempla el Gobierno es la del helicóptero, siempre que las condiciones climáticas lo permita, lo que no se podrá saber con una mínima exactitud hasta 48 o 24 horas antes. En cualquier caso, el Gobierno asegura que la exhumación, que se iniciará a las 10.30 horas, no sé verá retrasado por la meteorología.

El Ejecutivo está tomando todo tipo de precauciones para que nada falle ese día, como demuestra el hecho de que serán dos los helicópteros Superpuma Cougar del Ala 48 -adscritos al Grupo 45 del Ejército del Aire- que se desplazarán hasta Cuelgamuros por si uno fallase.

Si el tiempo no lo permite, el traslado se hará por carretera, lo que elevaría el viaje a Mingorrubio a unos 30-40 minutos frente a los 10-15 minutos que ofrece la aeronave. En el traslado acompañará al féretro, en representación de la familia, su nieto Francis Franco.

Misa y símbolos, sólo en Mingorrubio

Ya en Mingorrubio, y dentro de lo que el Gobierno entiende como una ceremonia íntima de enterramiento, a petición de la familia habrá una misa que oficiarán el prior Cantera y el sacerdote Ramón Tejero, hijo del militar golpista del 23-F y párroco de La Cala del Moral y de Totalán (Málaga).

En el interior del panteón la familia sí que podrá cubrir el ataúd con las banderas o elementos que quiera. Y es que el Ejecutivo subraya que ese espacio es un panteón familiar, aunque la titularidad del edificio sea de Patrimonio del Estado.

TVE en régimen de pool retransmitirá la señal desde la explanada del Valle de los Caídos, ya que al resto de medios de comunicación sólo se les permitirá estar en la puerta de entrada al Valle. Lo mismo ocurrirá en Mingorrubio, dónde sólo TVE y fotógrafos de Efe podrán aproximarse al panteón.

Toda la operación de exhumación, traslado e inhumación tiene un coste que el Gobierno calcula en al menos 63.061,40 euros. Lo más costoso ha sido adecuar el panteón de Mingorrubio con la instalación de una puerta blindada, unas nuevas rejas en ventanas y la construcción de una nueva losa, que ha supuesto un gasto que supera los 39.000 euros.

Según fuentes del Gobierno, los servicios funerarios se han adjudicado por algo más de 11.000 euros, mientras que el enlosado con el que se cubrirá el hueco que dejará la retirada de la losa sepulcral supondrá un gasto de 4.932,92 euros. Estos dos conceptos suman más de 15.000 euros.

Esta cantidad es cinco veces superior a la que dijo Patrimonio Nacional en la memoria que enviaron el pasado 15 de noviembre a la subsecretaria del Ministerio de Justicia, Cristina Latorre. Ésta fue la alto cargo que tramitó el expediente administrativo previo al acuerdo por el que el Consejo de Ministros acordó el pasado 15 de febrero sacar los restos de Franco del Valle de los Caídos.

El coste, cinco veces superior

En dicho documento, los servicios técnicos de Patrimonio Nacional cifraron en 3.738,90 euros el coste económico que supondría retirar la losa que tapa el sepulcro del dictador en la basílica del Valle de los Caídos y restituir el solado de mármol para devolver el espacio al estado anterior al enterramiento.

Extraída la pesada pieza, ésta se trasladaría mediante una traspaleta hasta las dependencias que se determinen y se procedería a tapar el hueco con seis baldosas de mármol negro ‘Marquina’ de 75,4 por 65 centímetros «con las mismas características que las existentes en la faja circundante», reponiéndose las losetas anexas que hubieran podido quedar dañadas durante las actuaciones. Para ello sería necesario levantar muretes de un pie de ladrillo perforado apoyados en el fondo del hueco excavado y la realización de un forjado mediante colocación de rasillones y una capa de compresión de hormigón de cinco centímetros de espesor, según detalla el documento.