Esther Argerich, la propietaria del piso de Barcelona señalada con nombres y apellidos por Irene Montero por subir el alquiler a una familia de 1.000 a 1.300 euros, ha salido a la palestra y cargado contra los dirigentes de Podemos. Y contra el Sindicato de Inquilinos. Argerich, cuyo piso tiene 140 metros cuadrados, está en un lugar privilegiado de la capital catalana y podría arrendarse por hasta 2.000 euros según su valor de mercado, ha contado su versión, según la cual la familia afectada, un matrimonio y tres hijos, tiene recursos para pagar lo que ella pide.

“Los inquilinos, de los que yo no diré el nombre porque no lo veo necesario, alquilaron el piso por primera vez en agosto de 2007 con una renta pactada de 1.100 euros mensuales", ha dicho Argerich a Idealista News. Según la propietaria, que asegura haber tenido episodios de ansiedad, se trata de un piso que vale mucho más y que "por las circunstancias económicas por las que pasó medio país, se decidió que pasaran a pagar 1.000 euros, en vez de los 1.100 pactados". "Es más", añade, "en alguna ocasión se intentó ofrecerles la opción de que alquilaran otro piso que tenemos, en otra zona y algo más pequeño, por un precio más asequible, pero se cerraron en banda, ya que ellos querían vivir en ese barrio: es decir, vivir en un barrio de clase alta a precio de ganga”.

2.500 euros al mes y dos hijos trabajando

Argerich ha revelado la situación personal de la familia que, según el Sindicato de Inquilinos, está al borde del desahucio. "Si bien la mujer no trabaja el marido, que es empleado del sector de la sanidad, cobra unos 2.500 euros al mes, y tres hijos; uno tiene 14 años y los otros dos tienen 25 años y 21 años y, según me consta, trabajan".

“Llegado el momento de la finalización del contrato, mi marido y yo comentamos qué precio se podía pedir por el piso, que heredé de mis padres", continúa. Ellos nos dijeron que por las características del piso y la situación actual del mercado, tenía un valor de unos 1.500 euros, pero nos pareció mucho, por lo que decidimos que, al ser unos inquilinos que llevaban mucho tiempo en el piso y que hasta entonces no habíamos tenido ningún problema con ellos, quedamos que la renta se subiría a 1.300 euros como una consideración hacia ellos”. Su respuesta, según la propietaria, fue que “no aceptaban la subida y que tampoco se iban a ir del piso”.

A partir de ahí entraron en conflicto con el Sindicato de Inquilinos local. La propietaria denuncia que pusieron carteles con su nombre y apellidos. Hasta que la aparición de dirigentes de Podemos en Twitter haciendo lo mismo desbordó el vaso.

"Yo no soy la mala de la película, y me gustaría decirle que tiene mucha cara y lo que ha hecho es ilegal, y obviamente tendrá consecuencias”, dice Argerich. “Ella manifiesta que está defendiendo derechos constitucionales por abuso, pero ¿y los derechos constitucionales que me está vulnerando ella a mi qué? Derecho a la propiedad privada, el derecho de imagen, el derecho de honor...”.

“Si tanto le importa la situación, animo a Irene Montero a que les busque ella un pisito de 1.000 euros de otro propietario que esté de acuerdo con su política".