Este lunes, los Reyes afrontan en Barcelona una de sus citas mas complejas. La entrega de Premios Princesa de Girona, en el décimo aniversario de la Fundación. Una fecha escogida por la Casa Real para que la Infanta Leonor se estrene como princesa de Girona, tras hacerlo como princesa de Asturias. Y escogida por el independentismo para demostrar de nuevo su rechazo al Jefe de Estado.

En plena campaña electoral para las elecciones generales del 10N y procesando aún la digestión de la sentencia del procés, la visita del Jefe de Estado se ha convertido en blanco tanto de los partidos independentistas como de las entidades que quieren hacer de la protesta permanente la respuesta a la sentencia.

En ese segundo grupo se engloban la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y PicnicxRepublicá, que encabezan la convocatoria, a la que invitan también a los CDR, y Arran a impedir la visita del monarca. Una visita pospuesta la pasada primavera, después de que el Ayuntamiento de Girona expulsara a la entidad en 2018, de modo que la entrega de premios se trasladó al restaurante Can Roca.

Las juventudes de la CUP, sin embargo, han avanzado la protesta a esta noche, cuando han convocado a una cacerolada ante el hotel Rey Juan Carlos, donde Arran anuncia que dormirá esta noche Felipe VI. Por eso ha convocado a sus seguidores a partir de las 20.30 con "material para hacer ruido".

Refuerzo policial

Estas amenazas han llevado al Gobierno a reforzar la dotación policial en Barcelona para esta semana, con el envío de nuevas dotaciones "de refresco" según el Ministerio de Interior, a la capital catalana. En Barcelona se encuentran desde principios de octubre cinco brigadas de la Unidad de Intervención Policial (UIP) que actúan en coordinación con los Mossos d'Esquadra en tareas de orden público.

La ministra de Justicia en funciones, Dolores Delgado, advirtió ayer en Tarragona que "es un acto institucional y esperamos que se desarrolle con total normalidad, que la gente respete esos actos constitucionales y que no haya ninguna alteración del orden público".

Queja a la Junta Electoral

En el plano puramente político, JxCat y ERC presentaron este viernes sendas quejas ante la Junta Electoral Provincial en las que solicitaban la suspensión del acto de entrega de los Premios Princesa de Girona alegando que se trata de una suerte de acto propagandístico del constitucionalismo.

La Junta consideró que la visita del jefe del Estado a Barcelona es "institucional", con motivo de la entrega de unos premios que se otorgan anualmente. Un acto que "carece de contenido electoral alguno", por lo que no se puede aplicar la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG), argumenta.

Una negativa ante la que la candidata de JxCat, Laura Borràs, denunció de nuevo la "falta de imparcialidad" de las instituciones españolas y no aclaró si el partido participará activamente en los actos de protesta contra Felipe VI.

El partido de Carles Puigdemont ha sido la pieza clave en todos los desplantes institucionales al Rey en Cataluña desde 2017. Lo fue el presidente de la Generalitat, Quim Torra, cuando se negó a saludarlo en público en la inauguración de los Juegos del Mediterráneo y lo declaró persona non grata en un acuerdo del Govern.

Y repitió jugada el Ayuntamiento de Girona, gobernado por la neoconvergente Marta Madrenas, al impedir que la FPdGi pudiera celebrar la novena entrega de sus premios en el Palacio de Congresos de la ciudad, de titularidad municipal, como había hecho durante una década.

Para evitar un nuevo desplante en el décimo aniversario, la Fundación optó por trasladar la celebración a este otoño a Barcelona, pero la medida se ha vuelto en contra de la entidad, cuyos premios se han convertido ahora en blanco del independentismo en plena campaña electoral, tras semanas de incidentes provocados para expresar el rechazo a la sentencia del procés.

La organización reconoce que el hecho de que este año la gala se celebre en Barcelona podría dar "mayor visibilidad" a unas manifestaciones contrarias a la Corona que, tal y como han reconocido, se producen todos los años. "Se intentará que no afecten" al transcurso de los actos, ha apuntado la Fundación.

El encuentro no contará, de nuevo, con representantes del gobierno catalán, que el año pasado ya plantó a la Fundación, igual que el Ayuntamiento de Girona. Está por ver si la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que hasta ahora ha secundado todos los boicots independentistas al Rey, repite esta vez y excusa su asistencia a los premios. De ser así, el estreno de la infanta Leonor en esta cita se producirá únicamente ante autoridades estatales.

La Fundación quiere poner en valor, al cumplir sus 10 primeros años, que han conseguido que 7.000 jóvenes estén en programas de desarrollo profesional, que 90.000 alumnos formen parte de sus proyectos educativos y que 3.000 docentes estén ayudando en ellos. En este sentido, han destacado que son la única organización en el mundo que se ocupa específicamente de potenciar el futuro de los jóvenes o ayudarles a que ellos mismos lo cambien.