El PSOE no está dispuesto a levantar el veto que ya impuso a Vox en la anterior legislatura para evitar que presidiera alguna comisión parlamentaria en el Congreso de los Diputados. Que la formación de Santiago Abascal haya crecido de los 24 escaños del 28-A a sus actuales 52, convirtiéndose en la tercera fuerza política de la Cámara, no varía los planes de los socialistas, dispuestos a cerrar el paso a la derecha populista de Vox.

Andan estos días los distintos Grupos Parlamentarios negociando la composición de las comisiones y Vox, que reclama una "cuota lógica" acorde con su peso parlamentario, sabe que para presidir alguna necesita del concurso del grupo mayoritario, esto es, del PSOE. Es el partido a quien corresponde acordar qué comisiones deja en manos de la oposición si así lo estima conveniente, porque no hay nada, salvo la costumbre y la cortesía parlamentaria, que le obligue a ceder cuotas de poder en la Cámara.

El artículo 41 del Reglamento del Congreso se limita a establecer que las comisiones "eligen de entre sus miembros una Mesa, compuesta por un Presidente, dos Vicepresidentes y dos Secretarios. La elección se verificará de acuerdo con lo establecido para la elección de la Mesa del Congreso, adaptado al distinto número de puestos a cubrir"

El PSOE "no se va a sentar con Vox" como tampoco quiere hacerlo con Cs

Y el Grupo Parlamentario Socialista, con Adriana Lastra al frente, "no se va a sentar con Vox" como tampoco quiere hacerlo con Ciudadanos, en represalia por la actitud de Inés Arrimadas durante la segunda jornada de la sesión de investidura. La más que segura sucesora de Albert Rivera aprovechó la intervención de la portavoz del PSOE para sacar un cartel cuestionando su trayectoria profesional, limitada a los cargos que ha ido teniendo en el partido desde joven y el PSOE no se lo perdona.

Sí está negociando el PSOE con el Grupo Popular, que aspira a ampliar su número de presidencias y que poco puede hacer en este asunto por Ciudadanos a pesar de abogar por la unidad de acción del centro-derecha, que se ha traducido en la presentación conjunta de iniciativas como la petición de una comisión de investigación sobre la reunión del ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, con la vicepresidenta del gobierno venezolano, Delcy Rodríguez. Además, fueron socialistas, populares y Unidas Podemos los que pactaron no aumentar el número de comisiones, dejándolas en 21, aunque lo haya hecho el de Ministerios.

Por su parte, Vox dice no confiar en recibir ayuda de los populares -"Del PP no esperamos absolutamente nada", dijo recientemente su portavoz parlamentario, Iván Espinosa de los Monteros- y no parece que esté muy errado, aunque lo cierto es que en la anterior legislatura, gracias a PP y a Ciudadanos, consiguió hacerse con tres vicepresidencias y una secretaría.

Sin embargo, la bronca entre PP y Vox a cuenta de la composición de la Mesa del Congreso, que hizo que el centro-derecha se quedara con tres asientos y no los cuatro previstos, así como por el "pin parental", ha desgastado las relaciones entre ambos partidos a pesar de la buena relación personal entre Pablo Casado y Santiago Abascal. De hecho, desde Vox acusan al PP de connivencia con la mayoría de la Mesa, esto es, con el PSOE y Unidas Podemos, partidos con los que los populares «se alinean», dicen, para perjudicar su posición en la Cámara.