Da igual si vuelven al "gallinero" del Hemiciclo o se les deja fuera de la Mesa del Congreso de los Diputados. La formación de Santiago Abascal cree que este tipo de actuaciones "nos da votos. Cuanto más nos marginen o más cordones sanitarios nos pongan, más crecemos", afirma un destacado dirigente de Vox a El Independiente después de conocer la propuesta que el PSOE ha hecho al PP de unir fuezas para excluirles del órgano de Gobierno de la Cámara Baja.

Vox ya quedó fuera tras las elecciones del 28-A, pero entonces era la quinta fuerza política del país y tenía 24 escaños. Ahora son 52, los terceros en número de diputados, y aunque en ningún sitio está escrito que la Mesa deba reproducir el reparto de fuerzas de la Cámara, salvo el compromiso político, que no reglamentario, de ser "representativa", es complicado justificar que este partido no tenga un miembro en la misma.

Otro tanto ocurre con la ubicación del Grupo de Vox en el Hemiciclo. La lógica parlamentaria debería colocarles esta nueva legislatura en los asientos que ocupaban los 57 diputados que Ciudadanos consiguió en las generales de abril, al lado de los del PP, a la derecha del pleno si tomamos como referencia la tribuna de oradores, de la primera a la séptima fila. Pero tampoco descartan acabar de nuevo en las últimas filas del centro, tras las columnas que impiden la visibilidad.

Cuando conocieron su anterior ubicación trasladaron a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, que cuanto más lejos se les situara "más íbamos a gritar". Respondió la socialista que la Cámara tenía "buena acústica y no hacía elevar la voz". "Es evidente que no entendió lo que le decíamos", dicen con ironía las mismas fuentes consultadas.

Abascal quiere tratar con Casado el reparto de la mesa

Santiago Abascal, que el pasado miércoles acudió al Congreso para presentar sus credenciales de diputado, anunció que hablaría estos próximos días con Casado sobre la composición de la Mesa del Congreso, entre otros asuntos, informa Efe. Pero tampoco es que los populares estén, al menos en principio, deseosos de entrar en negociaciones con Vox. El "plan a" del PP es aliarse con Ciudadanos y Navarra Suma, esto es, aunar 100 diputados para intentar hacerse con una vicepresidencia y una secretaría, de los nueves puestos que hay en la Mesa, y dar entrada a los naranjas aunque sólo hayan cosechado diez diputados.

Con respecto a los "52 de Vox", tal y como a ellos les gusta denominarse, el Grupo Popular no quiere hacerles la guerra pero tampoco ir de la mano. El propio Casado dijo este jueves desde Zagreb (Croacia), a donde acudió para participar en una cumbre de los populares europeos, que "nunca participará en cordones sanitarios frente a partidos constitucionalistas", en muy buena medida porque el PP ha sido víctima de esos "cordones" desde el Pacto del Tinell y, también, por la ausencia de respuesta a la llamada telefónica que le hizo a Pedro Sánchez hace ya 12 días, aún sin respuesta.

Mantener las distancias con Vox

El PSOE se ha descolgado con una propuesta muy tentadora para el PP, ya que dice estar dispuesto a ofrecer a los populares y a Ciudadanos cuatro de los nueve puestos en la nueva Mesa a cambio de que colaboren en excluir a Vox de la misma. Si el PP no se suma a este plan, PSOE y Unidas Podemos deberán aliarse con los nacionalistas e independentistas para que les salgan las cuentas.

En el Partido Popular no son pocos los dirigentes, y muy significados, que defienden mantener las distancias con la formación de Abascal, independientemente de que la relación de éste con Casado sea buena y hayan mantenido varias conversaciones desde el 10-N. El argumento de peso de los más alérgicos es que fue, precisamente, el distanciamiento con Vox el que les permitió recuperar terreno electoral en las últimas elecciones generales y es necesario exorcizar el riesgo de un nuevo giro a la derecha.

Además, los populares han comenzado a trabajar en una OPA contra un cada vez más estragado Ciudadanos, que pierde votos y dirigentes a chorros. Estos días ha visto como se le iban José Manuel Villegas o Fernando del Páramo. Nombres que se suman a las salidas de Albert Rivera y de Juan Carlos Girauta.