"No normalicemos la situación de excepcionalidad y urgencia nacional. Recordemos cada día que hay presos políticos y exiliados. No nos desviemos de nuestro camino: la independencia de Cataluña”. Este era el mensaje que, durante semanas, dirigió el Ayuntamiento de Vic a sus conciudadanos. Lo hacía por megafonía, a las 20.00, desde la torre del edificio consistorial, después de que el reloj del Ayuntamiento diera las ocho de la tarde. Desde el campanario de la Iglesia sonaban previamente las campanas con el histórico toque del sometent, las históricas milicias que siglos atrás defendían a las poblaciones de la Cataluña central de los bandoleros, las tropas borbónicas o los liberales en las guerras carlistas.

Ese es el municipio y el Ayuntamiento que regenta Anna Erra, la diputada de JxCat que ayer sembró la polémica e incendió las redes al defender en el Parlament la campaña para que los catalanoparlantes no utilicen el castellano con los inmigrantes. Y lo hizo defendiendo que los "catalanes autóctonos" se dirijan en catalán a "cualquier persona que por su aspecto físico o su nombre no parece catalana".

No ha sido la única polémica protagonizada por la capital de la comarca de Osona desde que estalló la crisis independentista en octubre de 2017. El Ayuntamiento que lidera Erra ha sido muy activo en el apoyo a la causa independentista y a las iniciativas para "visibilizarla" lanzadas desde la ANC y Ómnium, entidades a las que también pertenece. Otro tanto sucedió con la decisión de llenar de cruces amarillas la Plaza Mayor de la localidad, siguiendo la propuesta de la Assemblea que inundó de cruces algunas playas de Cataluña.

En Vic, sin embargo, la iniciativa fue más allá, ocupando ese espacio central hasta que un vecino, temporalmente enajenado según su abogado, irrumpió con su coche en la plaza para llevarse por delante unas cuantas cruces en una plácida mañana de domingo.

El Ayuntamiento se personó como acusación particular contra el conductor, que gracias a las imágenes del incidente fue localizado por los mossos. Se trataba de un vecino de Vic de 52 años, aparentemente con problemas mentales, que aseguró ante el juez que no había llevado a cabo el atropello de cruces por motivos políticos. "Denunciamos enérgicamente este atentado contra la libertad de expresión" había clamado la alcaldesa en redes, reclamando a sus convecinos "no caer en las provocaciones".

Nada demasiado excepcional en la cuna del carlismo catalán, una de las corrientes de las que bebe el actual independentismo, aunque se empeñe en exhibir credenciales de izquierda. Erra sustituyó en el Ayuntamiento de Vic a Josep Maria Vila d'Abadal, alcalde emblemático de Unió y emblemático defensor del independentismo en el partido de Josep Duran Lleida.

Es también el municipio en el que nació y triunfó Plataforma per Catalunya, el único partido abiertamente xenófobo de raíz catalana. El mismo en el que ahora ha resurgido el Front Nacional Català como partido independentista de extrema derecha, que aspira a superar a JxCat en su defensa de la independencia dando la batalla contra los postulados de la CUP.

"Desde Barcelona no se entiende, pero existe toda una parte de Cataluña, la Cataluña interior, en la que el independentismo ya ha ganado, y la gente no entiende por qué no se implementa ya" explicaba recientemente el ex conseller de Justicia Carles Mundó. El ex dirigente republicano reside en Vic. Este es el caldo de cultivo que explica el desafortunado discurso de Erra, que ayer tarde se disculpó en redes sociales tras ver la trascendencia de sus palabras.

"Mi trayectoria política me avala" aseguraba Erra, defendiendo que siempre ha trabajado por la integración y la cohesión social. Es cierto que Erra es una de las alcaldesas más populares de la ex convergencia, una apuesta segura del PDeCat ante el avance aparentemente inapelable de Esquerra en las pasadas elecciones municipales. Erra ganó en Vic con el 43% de los votos y 11 de los 21 regidores del consistorio.

Revalidaba así la alcaldía conseguida en 2015 como sucesora de Vila d'Abadal, entonces pactando con el PSC. Desde entonces, sin embargo, la relación con los socialistas se ha distanciado, especialmente a raíz del referéndum del 1-O, en el que Erra participó activamente abriendo alguno de los "colegios electorales" de la localidad.

Después llegaría su acceso al Parlament, dentro de la lista definida a dedo por Carles Puigdemont desde Bruselas para las elecciones del 21D de 2017. Y un papel cada vez más protagonista como miembro de la AMI y la asamblea de electos que Quim Torra convocó el pasado octubre en respuesta a la sentencia del procés.

Nada despreciable para la profesora de historia del colegio Sant Miquel dels Sants de Vic que en dos mandatos pasó de regidora de Cultura y Educación a alcaldesa, rompiendo por el camino los tradicionales juegos de equilibrios entre CDC y Unió en la designación de candidatos municipales.