Si bien la sesión de control de este miércoles ha estado marcada por Cataluña, la renovación de los órganos públicos o, como no podía ser de otra manera, Venezuela y los nuevos datos sobre la reunión entre José Luis Ábalos y Delcy Rodríguez, uno de los momentos más tensos que se han vivido en la Cámara Baja ha venido a cuenta de la polémica por los abusos sexuales cometidos por la Administración contra menores en Baleares, un asunto por el que ha sido preguntado el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias.

En concreto, ha sido la diputada del PP, Margarita Prohens la que ha calificado al sector que lidera el líder de Podemos como "unidas callamos", después de que PSOE, Més y Podemos impidiesen con sus votos la creación de una comisión de investigación sobre este asunto en el Parlament balear. La primera respuesta de Iglesias, que en primera instancia se ha limitado a decir que "hay cuestiones que no se pueden debatir", ha enfadado a la bancada de la oposición.

Prohens ha aprovechado la contraréplica para reprochar el "falso feminismo" del Gobierno que "no nos defiende a todas". "El responsable de estas niñas es una administración que usted protege porque son de izquierdas", finalizaba la dirigente popular, que sonreía ante el sonoro aplauso de su grupo parlamentario.

Ha sido en este punto cuando el vicepresidente del Gobierno ha estallado duramente contra el Partido Popular, a los que ha acusado de utilizar a "menores prostituidas" para "sacar un rédito político". "Están demostrando una profunda indignidad", seguía Iglesias, que abandonaba la serenidad que le había acompañado durante la sesión de control de la pasada semana. "Estoy hablando de menores prostituidas, y ustedes se están descojonando. Es repugnante", espetaba.

Y la polémica no ha finalizado ahí. El tema alcanzaría cotas máximas de tensión con la intervención de la diputada de Vox, Mireia Borrás, que insistía al Ejecutivo y preguntaba por qué la izquierda había votado en contra de una comisión de investigación sobre los hechos acaecidos en Palma de Mallorca. "Se les debería caer la cara de vergüenza", reprochaba. "Está usted un poco desubicada con el tema", respondía Iglesias. "Tratar de sacar rédito político de que niñas hayan sido violadas es indigno para un político, incluso para fascistas", concluía, ante los murmullos y los reproches de la bancada de la oposición.