El tono del "cara a cara" protagonizado en la sesión de control entre Pedro Sánchez y Pablo Casado no permite augurar un pacto de reconstrucción de éxito. Entre un cruce de acusaciones de intransigencia y de mentiras han dejado claro que les alejan muchas cosas. Quizá lo más duro es cuando el líder de la oposición le ha espetado al jefe del Ejecutivo que "puede seguir haciendo el ridículo pero no nos pida que lo hagamos con usted".

Todo ha empezado cuando Casado le ha pedido su valoración sobre la situación económica y social que atraviesa nuestro país como consecuencia de los efectos de la pandemia, con los últimos datos de la EPA sobre la mesa. Sánchez ha admitido que esos datos son "elocuentes sobre una situación gravísima", por eso el Gobierno "ha creado una red de seguridad a empresas y trabajadores", ha puesto en marcha un plan de desescalada "para volver a poner a nuestro país en marcha" y, en tercer lugar, ofrecido un pacto para la reconstrucción. Ahí es donde le ha animado a "dejar su postura intransigente y arrimar el hombro porque es lo que demanda el conjunto de la sociedad española".

Pero lejos de recoger ese guante, el líder del primer partido de la oposición ha exigido que lo primero que debe hacer "es decir la verdad". A continuación le ha acusado de "mentir" el el 8-M, de volver a mentir con las alertas de las OMS, "que ocultó"; de mentir también a los profesionales; de no poder explicar "la compra de material fraudulento"; de hacerlo también sobre los rankings de la OCDE, sobre al cifra de fallecidos, "que podrían ser 40.000"; y hasta a la Unión Europea "sobre el déficit duplicado".

Y no ha parado ahí la retahila de acusaciones, porque Casado, -que le ha vuelto a exigir, sin éxito, que aclare si va a pedir un "rescate" a la UE- ha agregado que Sánchez ha mentido también a las pymes y autónomos y sobre el pago de los Ertes. Además, también miente "cuando dice que quiere pactar con la oposición cuando se entera por al televisión de su desescalada", en alusión a su comparecencia de ayer para presentar las fases de vuelta a la "nueva normalidad".

El líder del PP le ha reprochado enterarse por televisión de su plan de desescalada

Sánchez, que ha intervenido incluso menos tiempo que Casado, se ha limitado a reprocharle que "no tiene tiempo de estudiarse las medidas del gobierno". Y ha marcado distancias al explicar que esta crisis "no va a servir como excusa para abandonar la transición ecológica, recortar la agenda social, precarizar las relaciones laborales ni a abandonar a los que están sufriendo con más contundencia las consecuencias. Es un anhelo de justicia social con el que empatiza este gobierno".

El portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal, se ha centrado en la gestión sanitaria, mientras que el de Más Madrid, Íñigo Errejón, en las ayudas y avales al sector privado.