El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha justificado este sábado el pacto firmado por el PSOE, Podemos y Bildu en el que se comprometían a derogar de forma íntegra la reforma laboral a cambio de aprobar la prórroga del estado de alarma. Un acuerdo posteriormente rectificado por el PSOE, que lo limitó sólo a los aspectos más lesivos, tras un terremoto en el Gobierno que acabó con la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, tachando en público el plan de "absurdo" y "contraproducente".

De esa crisis, Pedro Sánchez ha culpado al PP. El presidente, como antes ya habían hecho la portavoz del Gobierno María Jesús Montero y el diputado Rafael Simancas, ha dicho que toda la secuencia es responsabilidad del Partido Popular por haber votado que 'No' a la prórroga del estado de alarma en el pleno de este miércoles.

Ese 'No', dice Sánchez, hace "que se abran otros debates que nada tienen que ver con la emergencia sanitaria". Sánchez ha esquivado dar su opinión sobre los términos del acuerdo, sobre la rectificación y sobre los desacuerdos en el seno del Gobierno, con ministros de PSOE y Podemos dando versiones contrapuestas sobre el asunto. Ha descartado cualquier cambio en el Ejecutivo y ha negado que haya "dos Gobiernos", además de rechazar la posibilidad de que la legislatura se acorte si el Ejecutivo queda aislado en el Congreso.

Sin embargo, sí se ha alineado con las palabras de Nadia Calviño al asegurar que plantear el debate sobre la reforma laboral, en este momento, "no tiene ningún sentido". Ello pese a que fue su propia portavoz en el Congreso, Adriana Lastra, quien estampó su firma en el acuerdo junto a las de Pablo Echenique y la portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurua.

"El Gobierno no tenía garantizada esa votación", ha dicho Sánchez sobre la votación del miércoles, confrontado con la realidad de que los votos de Bildu ni siquiera eran necesarios para la prórroga, toda vez que tenía los de Ciudadanos y, después, los del PNV.

Sobre una nueva prórroga del estado de alarma, Sánchez no ha querido confirmar si se pedirá una sexta ampliación. "Lo estamos estudiando porque es nuestro deber", ha dicho el dirigente socialista, pero ha matizado que "tenemos que ver cual es la evolución estos próximos 15 días".

"La reforma laboral de 2012 no fue pacífica, fue impuesta por la mayoría absoluta del Partido Popular y en contra del diálogo social", ha dicho Sánchez, que sin embargo ha evitado referirse a la derogación íntegra que firmó con Bildu.

"Tengo buena relación con el presidente de la CEOE, creo que es un patriota", se ha referido Sánchez a Antonio Garamendi, presidente de la patronal, después de que los empresarios se levantasen de la mesa del diálogo social tras el escándalo. Sánchez ha dicho "esperar" que vuelva a la misma.

El presidente del Gobierno también ha anunciado que finalmente el Ingreso Mínimo Vital irá al Consejo de Ministros este sábado, y ha cifrado su coste en unos 3.000 millones de euros anuales. Sánchez ha asegurado que empezará a cobrarse en junio "en función de las solicitudes".

Ambiente social

Sobre el ambiente social, caldeado con las movilizaciones de las últimas semanas y las de este mismo sábado, con las caravanas convocadas por Vox, Sánchez ha lamentado que "clama en el desierto en algunos líderes políticos" cuando pide "concordia, respeto y tolerancia", valores que ha contrapuesto al "odio" y la "ira".

En ese sentido, Sánchez ha denunciado los escraches contra miembros del Ejecutivo y ha dicho que los han sufrido más ministros además de Pablo Iglesias, Irene Montero y José Luis Ábalos, aunque no hayan trascendido por, según su versión, no ser tan conocidos.

El dirigente socialista ha dicho que esa concordia "se la debemos a los muertos" y ha confirmado que, a partir del martes, se declararán diez días de luto oficial en todo el país".