La estupefacción en las filas del PNV, acostumbrada siempre a tener en sus manos el botón nuclear que decide el destino de no pocas votaciones parlamentarias trascendentales, es palpable. Y el Gobierno sabe de sobra que ese será un precio a pagar cuando vuelvan a llamar, que lo harán, a la puerta de los nacionalistas vascos. El pacto del Gobierno con EH-Bildu para salvar la quinta extensión del estado de alarma ha dejado descolocada a la formación de Andoni Ortuzar y al lendakari, Íñigo Urkullu.

Consideran distintos sectores del Ejecutivo que se le ha hecho a Bildu un "regalo" en plena precampaña de las elecciones vascas del próximo 12 de julio al haberle dado un instrumento potentísimo, esto es, el compromiso de mayor capacidad de gasto para las entidades locales, forales y autonómicas que no tienen en el resto de España.

El PNV guardó ayer silencio pero hoy ha hablado, y lo ha hecho con claridad para advertir a Pedro Sánchez […]