La tensión entre Estados Unidos y China vive un nuevo capítulo. En esta ocasión, por Hong Kong. China ha suprimido libertades en la antigua colonia británica, lo que ha llevado al presidente de Estados Unidos a anunciar que va a eliminar el trato preferencial a Hong Kong. Pekín ha exigido que EEUU no interfiera en los asuntos internos y ha advertido que habrá represalias si Trump lleva a término sus amenazas.

"He firmado un decreto que pone fin al trato preferencial de Estados Unidos hacia Hong Kong. Ahora les trataremos igual que a la China continental", lo que incluye la imposición de aranceles, ha declarado Trump en una rueda de prensa este martes en la Casa Blanca.

Trump, además, responsabiliza a China de las acciones opresivas contra el pueblo de Hong Kong. El presidente de EEUU ha dicho que Pekín ha acabado con las libertades en Hong Kong, lo que llevará a un éxodo de ciudadanos y beneficiará a EEUU, al eliminarse un serio competidor.

El gobierno chino aprobó a finales de junio una ley con la que criminaliza la secesión, la sedición, la subversión y el terrorismo con el fin de contener las revueltas en Hong Kong. Con esta medida impone su ley en Hong Kong y acaba con el modelo "un país, dos sistemas".

El Congreso de EEUU ha aprobado una ley para penalizar a los funcionarios chinos que apliquen estas leyes en Hong Kong. Esta medida afecta a los bancos que tengan transacciones con ellos.

El Ministerio chino de Exteriores ha emitido este miércoles un comunicado a través de su página web en el que acusa a EEUU de injerencia en sus asuntos internos. "China dará la respuesta adecuada e impondrá sanciones al personal y las autoridades estadounidenses competentes", señala el texto.

"Instamos a Estados Unidos a que corrija sus errores... y deje de interferir en los asuntos internos de China, incluidos los de Hong Kong...Si Estados Unidos hace lo que quiere no hay duda de que China responderá", destaca el comunicado.

El activista Nathan Law, ya en Londres

Reino Unido considera también que la ley de seguridad de Pekín viola el acuerdo de 1997 por el que se retornó Hong Kong a China, siempre y cuando se garantizara durante 50 años la independencia judicial y legislativa de la antigua colonia británica. Reino Unido se abre a recibir a los hongkoneses a quienes dará facilidades para acceder a la ciudadanía británica.

China reaccionó también con fiereza: "Nos reservamos el derecho a tomar las medidas apropiadas... Si la parte británica cambia unilateralmente la regla actual, constituiría una violación de su propia posición y del derecho internacional", dice un comunicado de la embajada china en el Reino Unido.

Amparado en esta medida británica ha llegado a Londres el activista Nathan Law, que se expone en Hong Kong a la cadena perpetua. China aplicará esta pena a los que acuse de subversión, según la nueva Ley de Seguridad Nacional. Law, que cumplió 27 años el día que aterrizó en la capital británica, asegura que la lucha en Hong Kong seguirá. "Los hongkoneses nunca se rendirán", ha concluido.