Cayetana Álvarez de Toledo no ha dado, por el momento, un paso adelante para abandonar su plaza como portavoz parlamentaria del PP. Pero su cargo "está siempre" a disposición de Pablo Casado, según pronunció ella misma en una entrevista este domingo. El cese de Gabriel Elorriaga, persona de confianza de la dirigente, como jefe de asesoría parlamentaria ha sido entendido por su entorno como "una operación de mobbing" por parte de Génova para que sea ella quien dé el paso y no Casado quien tenga que firmar su salida.

Pero la decisión sobre su cese está tomada, según confirman a El Independiente fuentes de la dirección popular, aunque aún no se ha definido quién sería el candidato idóneo para sustituirla al frente del Grupo Parlamentario Popular. Precisamente, sonaba para el puesto el nombre de la ex alcaldesa de Logroño y actual vicesecretaria general de Política Social del PP, Cuca Gamarra, uno de los ya denominados como 'perfiles gestores' que busca Casado para marcar la nueva etapa política basada en la moderación y la "responsabilidad" como partido de oposición y, llegado el momento, como "alternativa" sólida al Gobierno de coalición.

Por el momento, "hay dudas" respecto a las posibilidades reales de que Gamarra pueda llegar a ocupar ese puesto y, según referencian las citadas fuentes, la intención del partido es enfriar el asunto de la salida de Cayetana hasta que no haya un sustituto completamente cerrado.

Mientras, la historia de la guerra entre la portavoz parlamentaria y el sector encabezado por el secretario general del partido, Teodoro García Egea, sigue sumando episodios. De hecho, este domingo Álvarez de Toledo rompía su silencio en una entrevista para El País y se pronunciaba sobre el cese de Elorriaga urdido por la dirección del partido, "una invasión de competencias" de Génova a ojos de la también diputada por Barcelona.

Cayetana ha desmentido además la versión oficial aportada por el partido sobre la salida del hasta ahora asesor parlamentario que aportó el propio vicesecretario de comunicación del PP, Pablo Montesinos, en una entrevista en COPE hace unos días, en la que explicó que Elorriaga no había sido cesado, sino relevado por la incompatibilidad del cargo que ocupaba hasta ahora con su acta como diputado, a la que accedió cuando la ex ministra de Rajoy, Isabel García Tejerina, salió definitivamente del Congreso hace unas semanas. "Cuando se ha pasado a formar parte como diputado del Grupo Popular, los Estatutos aclaran que no puede formar parte de la dirección del gabinete. Por lo tanto, se enmarca dentro de la más absoluta normalidad esta decisión", aclaraba.

"Los estatutos no establecen esa incompatibilidad", contradecía Álvarez de Toledo, quien recuerda a la dirección que las normas internas fueron modificadas en una reunión plenaria el pasado 6 de febrero. "Estos estatutos establecen que el nombramiento del jefe de asesoría se realiza a propuesta del portavoz", y ella "no lo hubiera destituido. Ejercía su responsabilidad con una notabilísima eficacia", censura la líder del Grupo Parlamentario popular.

Cayetana se sale del margen... otra vez

Las declaraciones de Álvarez de Toledo para el citado medio han generado cierto malestar en Génova, no sólo por contradecir públicamente a miembros de la dirección del partido, sino por el enésimo desmarque de la portavoz parlamentaria respecto a la línea oficial marcada por Casado en asuntos como la Corona.

Así, mientras el argumentario del PP está marcado por una defensa férrea de Juan Carlos I, de su legado y de la monarquía, Cayetana no teme decir que la salida del emérito es "un error" que "ha perjudicado al rey Felipe VI", ya que "debió someterse al escrutinio de la propia Casa Real y, por supuesto, dar una explicación a los españoles".

Tampoco ha dejado de insistir en su propuesta de levantar un Gobierno de concentración en España a pesar de que Casado ya se opuso a esta iniciativa y la dirección continúa poniéndose de perfil ante la remota posibilidad de sumar fuerzas con PSOE y Ciudadanos.

"Un Gobierno de concentración constitucionalista habría evitado la grave crisis política que vivimos, y permitido encarar las profundas reformas que España necesita", ha suscrito la portavoz. "Como proyecto moral tiene sentido, es urgente y seguiré defendiéndolo", insistía.