En las poco más de 250 páginas que publicó Luisa Carnés en 1934 con su novela autobiográfica Tea Rooms. Mujeres obreras (Hoja de lata), se puede conocer un Madrid aún luminoso pese a las revueltas, repleto de desigualdades pero también de varios personajes, sobre todo femeninos, que se resisten a estas.

Ahora, La 1 ha decidido ampliar el universo creado por Carnés en una serie diaria cuyo estreno llegará este miércoles 27 de septiembre en formato multicanal y en prime time: los dos primeros capítulos se podrán seguir desde las 22: 40 horas en La 1 , La 2 , Clan y RTVE Play. Desde el jueves, cada tarde habrá un capítulo en La 1 y RTVE Play.

La ficción espera contagiarse del éxito de La Promesa, ficción ambientada en 1913 y que ha superado a TardeAR y Ahora Sonsoles en audiencias los últimos días, además de ser uno de los productos de la televisión pública más consumidos en diferido, desde RTVE Play.

En la presentación en los platós donde se rueda La Moderna, a la que asistió El Independiente; el director de cine y Ficción de RTVE, José Pastor, definió así esta apuesta por un género que ha dado un salto cualitativo durante los últimos años, el de las series diarias:

"En un entorno en el que el consumo de la ficción ha cambiado y cada vez nos acostumbramos a ver los episodios que queremos cuando queremos, nos parece importante utilizar este formato de ficción que acompaña al espectador todos los días".

Del instituto Zurbarán al salón de té La Moderna

Pese a contar con exteriores en sitios como los Jardines de Sabatini y el Retiro, así como con escenas desarrolladas en la histórica estación de Metro de Chamberí, la mayoría de escenas se han grabado en dos platós situados en Boadilla del Monte, que suman más de 2.500 m2 y donde, curiosamente, también se rodó Física o Química.

En la visita que ofreció RTVE a los medios hace unos días, los actores consiguieron que pareciese que habíamos retrocedido noventa años con sus cuidados estilismos protagonizados por los vestidos midi, las pulidas medias melenas y los tocados propios de los años treinta en ellas y los tirantes y los chalecos en ellos:

Allí se graba de lunes a viernes y de 08:00 a 19:00 horas, cumpliendo con el ritmo frenético que exigen las series diarias. La magia está en el interior, donde destaca un sinuoso pasillo que no aparece en la novela de Carnés y que emula una prototípica galería comercial parisina, aunque esto también llegó a Madrid, como es el caso del pasaje Mathéu, que albergó las primeras terrazas de la capital.

El particular escenario, muy teatral y más cerrado que otros sets de rodaje, dificulta el trabajo de los cámaras, según explicaron desde el equipo, pero ayuda a la ambientación y al viaje en el tiempo que necesitan hacer los actores.

Mujeres en La Moderna: ni casadas, ni propinas, ni descanso

En la galería está, por ejemplo, el cine Garriluz, donde se anuncia El misterio de la Puerta del Sol, de Francisco Elías Riquelme, que fue estrenada en 1929. Pero también cuenta con una librería, con prensa de la época y con el salón de té, en el que destaca un escaparate repleto de suculentos pasteles y embutidos que, según nos contó la actriz protagonista, Helena Ezquerro, son reales.

Los actores fueron presentando a sus personajes en cada uno de estos espacios y dando pistas de lo que se podría esperar de ellos: Matilde Garcés, interpretada por la anteriormente citada Helena Ezquerro (y una de las actrices de Las chicas están bien) es hija de Rosario y la mayor de cuatro hermanos. Su objetivo será cumplir la petición que le hizo su padre antes de morir: cuidar y mantener unida a su familia, pero encontrará como obstáculos la pobreza y las desventajas de la clase más humilde. Comenzará a trabajar en el salón de té, donde rápidamente se revolverá al ver que las mujeres cobran menos que los hombres, que estos traten de protegerla, que ellas no tengan derecho a propinas mientras que ellos sí o que pretendan que trabaje en sus horas de descanso.

El motivo es que proviene de una familia que, aunque es humilde, aboga por la educación y no pliega sus rodillas ante el poder. Miryam Gallego, Rosario Martín en la serie, cuenta a los medios que necesitaba un papel así, que dignifique a las personas obreras y que la aleje de la hipersexualización que se le ha ofrecido durante tantos años con personajes calco de La Marquesa de Águila roja.

Por su parte, Helena comentó que la serie le ha hecho interesarse mucho más en la historia y escandalizarse ante aquello que no ha cambiado. Un amigo de la infancia de su personaje, Matilde, es Íñigo Peñalver, interpretado por Almagro San Miguel (Hernán, Estoy vivo, La caza. Guadiana...).

Mientras muestra "su casa" a los periodistas asistentes, habla de Íñigo como alguien "puro" que le ha hecho darse cuenta de lo bien que le quedan los años treinta, una época que le apasiona pese a sus luces y sus sombras, al igual que le ocurre con la Colonización de América.

"Hay que conocer la historia para que no se repita"

"Hay que enfrentarse a la historia, conocerla para que no se repita. Y en eso ayuda esta serie, que además pone sobre el mapa a Luisa, a la que por desgracia no conocía, y eso que fue de la Generación del 27", apuntó, sorprendido.

Interpretada por Stéphanie Magnin (Cerdita), Carla de Morcuende es una de las espinas del zapato de Íñigo, pues no le deja hacer su vida pese a estar casada con su jefe por interés, Jaime Morcuende. A este le da vida José Luis García-Pérez (Las noches de Tefía), que pone en valor cómo su personaje rompe el estereotipo de los jefes en la pequeña pantalla, pues es bondadoso pese a su poder.

Todas estas historias se desarrollan en unos platós en los que destaca también la recreación de una corrala del siglo XIX en la que viven los personajes más humildes de la serie. Al igual que La Promesa, Amar es para siempre o El Secreto de Puenteviejo; Salón de té La Moderna aspira a ser éxito en Italia.

Un guiño a la audiencia potencial italiana

Esa es una de las premisas tras el personaje de Pietro, interpretado por Andrea Fiorillo, el pastelero de La Moderna, por lo que graba muchas de sus escenas en el obrador del set de rodaje.

Además de ser un guiño al público italiano, representa a un hombre que emigró a España tras el fallecimiento de su esposa y que aspira a que su hijo Giancarlo, idealista, revolucionario y antifascista; pueda vivir con él en Madrid.

Este interactúa mucho con Esperanza (María José Parra), empleada de la limpieza del salón de té y culpable de varios de los momentos más cómicos de la serie. Y, en medio de todo, hay tiempo para el amor.

Interpretado por Llorenç González, quien regenta la librería que está junto al salón de té, Miguel está casado con una de las empleadas mejor valoradas, Trini; y tienen su relación en secreto porque en el salón de té no pueden trabajar mujeres casadas, pues se presupone que, en tal caso, deben relegarse al ámbito privado y ser amas de casas.

Esto hace que Miguel y Trini se pidan matrimonio cada día, al colocarse las alianzas que no pueden llevar en público cuando se encuentran en su hogar. En la serie tiene un papel especial la música en directo, presente en las escenas desarrolladas en el cabaret. Además, Pastora Soler ha sido la encargada de interpretar la canción introductoria, La Moderna, compuesta por Tony Sánchez-Ohlsson.