Forman parte indispensable de la red de cuidado a los mayores, y su trabajo es cada vez más conocido y valorado. Los centros de día representan un eslabón clave de la sociedad de los cuidados. Son fundamentales para que las personas de edad puedan mantener su autonomía y permanecer en su entorno familiar y doméstico el mayor tiempo posible. Y, aunque suelen estar en instalaciones independientes, en ocasiones están integrados en residencias. Una convivencia muy positiva tanto para quienes viven en ellas como para los usuarios que vuelven cada día a sus domicilios.

«Los residentes y los usuarios del centro de día comparten todas las actividades y servicios de rehabilitación, fisioterapia u ocio», explica a El Independiente Silvia Ramón, directora desde 2017 de la Residencia CleceVitam Gerohotel en Laguna de Duero, Valladolid. Un centro en el que más de 50 profesionales atienden las necesidades de 103 residentes y de hasta 30 usuarios del centro de día. 

Atención personalizada

Las privilegiadas instalaciones de Gerohotel ofrecen una atención flexible y personalizada a quienes acuden a su centro de día. «Nos adaptamos a las necesidades de cada persona y de cada familia. Hay quien viene solo unas horas y quien pasa todo el día con nosotros», en una franja horaria entre las 8 de la mañana y las 8 de la tarde. Además de participar de la rutina residencial, los usuarios del centro de día disfrutan de las mismas atenciones del equipo médico y de terapeutas que el resto de residentes.

La toma de contacto con el ambiente de la residencia es muy positivo para los usuarios del centro de día. Establecen relaciones de amistad con personas afines y se familiarizan con el personal y el ambiente del centro. Si en un futuro se convierten en residentes a tiempo completo, ya se sienten como en casa.

Servicio flexible y de calidad

Hay residencias, que aunque no cuentan con centro de día, aprovechan la disponibilidad de sus instalaciones para acoger a usuarios diurnos. Es el caso de CleceVitam Altos Hornos, ubicada a orillas del Nervión, en el emblemático edificio que fue sede central de la empresa siderúrgica en Baracaldo. Además de estancias permanentes, esta residencia ofrece estancias temporales para rehabilitación o los llamados respiros familiares –para cubrir situaciones específicas o facilitar el descanso de la familia o los cuidadores–, además del uso diurno.

Las personas mayores que acuden diariamente a CleceVitam Altos Hornos «disfrutan de todos los servicios del espacio residencial pero regresando por la noche a casa con la seguridad de que el equipo de profesionales que les atiende trabaja constantemente por mejorar su autonomía desde la cercanía, el trato humano y la calidad» del centro, asegura su directora, Eva Díaz.

Mejorar la vida de las personas

Los servicios en los centros de día se suspendieron durante buena parte de la pandemia. Se han ido reanudando, en el caso de Gerohotel con total normalidad, aunque todavía a un tercio de su capacidad. La residencia vallisoletana puede presumir de haber sido uno de los centros de mayores que no ha sufrido un solo caso de Covid, gracias a la rapidez en la toma de decisiones y a las medidas de protección. «Desde el minuto uno, Clece nos proporcionó EPIs de todo tipo, además de PCRs semanales para todos», señala su directora.

La profesionalidad de un equipo consagrado a mejorar la vida de las personas, sean residentes o usuarios del centro de día, se ve recompensada por la confianza de todos ellos. Muchos de los que acuden al servicio de día de Gerohotel prueban el servicio de estancias temporales y se convierten con el tiempo en residentes a tiempo completo. La mejor prueba de que estar allí es estar como en casa.