Xavier Novell, hasta hace poco obispo de Solsona y, desde hace unos días, hombre casado con una experta en satanismo, era hace años, tanto para creyentes como no creyentes en Cataluña, una especie de estrellita mediática local, casera, alguien que desataba tanto interés como reacciones en contra, y que pululaba por los platós de televisión y las redacciones de periódico con frecuencia. A Novell, desde luego, le gustaban sobremanera las cámaras y la fama y, poco después de su consagración episcopal, el 12 de diciembre del 2010, con tan sólo 41 años (se convirtió en el obispo más joven de España), dio entrevistas a El Mundo y El País y apareció en el late night de Andreu Buenafuente. En junio del 2011 publicó un libro —Carta a los jóvenes (editorial Espasa)—y en el 2018 autorizó una biografía suya —El obispo Novell. Quién es y qué piensa el prelado más joven de España, escrito por Noemí Vilaseca (editorial Milenio). Pero fue en el 2013 cuando dio su gran salto a la palestra televisiva catalana: Albert Om, uno de los presentadores más famosos de TV3, lo entrevistó para su programa El convidat, el invitado. 

En todos estos lares, Novell daba una imagen de joven tímido, atractivo, con aires modernos y ciertamente carismático. Que se declarara abiertamente independentista, animara a votar a sus feligreses el 1-O y no dudara en visitar en la prisión de Lledoners a Jordi Turull y Josep Rull le hizo ganar muchas simpatías entre un gran número de catalanes, los cuales vieron en él al tipo de iglesia catalanista, secesionista y desacomplejadamente activista que la gran mayoría anhelaban. 

Sin embargo, bajo esa fachada inmaculada se escondía un tipo controvertido y reaccionario. Más allá de un “pastor de almas”, era un radical, un hombre ultraconservador, ultracrítico con la homosexualidad, que había llegado a defender las infames “terapias de conversión” y sobre el cual no todos dentro de la iglesia tenían buena impresión. Para Sor Lucia Caram, la monja con más presencia en las pantallas catalanas desde Teresa de Calcuta, “era un hombre que no estaba en su sano juicio”. 

Actualmente, Xavier Novell está en boca de todos por haber renunciado al obispado para casarse con una psicóloga y escritora con gustos literarios bastante particulares, centrados en el erotismo más explícito y el satanismo. Pero más allá del chismorreo sobre su vida privada —que tiene su morbo, para qué negarlo—, Novell está cuestionado por sus creencias sobre la homosexualidad y por su inclusión en una denuncia del colectivo 'No es Terapia' ante el Ministerio de Igualdad contra el fomento de terapias criminales para “curar” el amor a personas del mismo sexo, como avanzó NacióDigital.

La carrera meteórica del 'cura moderno'

Vayamos por partes. Comencemos por la trayectoria de un joven catalán, nacido en el pequeño pueblo de Montfalcó d’Agramunt, en Lérida, en 1969, que decide hacerse cura muy joven. Se había licenciado en Ingeniera Agrónoma, llevado una vida algo bohemia y había tenido algunas novias —“me han dicho que las engatusaba con mi mirada y habla”, explicó años más tarde—. Pero descubrió su verdadera vocación y entró en el seminario. Era sumamente inteligente y, aunque no se le podía definir como un díscolo, sí tenía opiniones rupturistas en cuestiones como el celibato —creía que debía ser voluntario— y el papel de la mujer —defendía que se las ordenase sacerdotes—. 

El obispo auxiliar de Barcelona, Jaume Traserra, lo envió a estudiar a Roma, donde se licenció en 1997 en Teología por la Universidad Pontificia Gregoriana y, siete años más tarde, se doctoró. Aquellos viajes le hicieron cuestionarse muchas de sus ideas y, poco a poco, fue adoptando una línea muy dura respecto al aborto —lo ha definido como “el mayor de los genocidios”— y, sobre todo, la homosexualidad, de la cual ha asegurado públicamente que “es una enfermedad que debe curarse” y que, entre otros motivos, se debe “a la falta de una figura paterna”. Semejantes comentarios, hechos en voz alta y sin cortarse un pelo, le han valido la repulsa de muchos feligreses e incluso el ayuntamiento de la localidad catalana de Cervera lo declaró persona non grata

Pero semejantes desplantes parecían importarle poco a Novell, el cual disfrutó de una carrera meteórica y se convirtió en obispo a una edad muy temprana. La diócesis de Solsona no cuenta con un gran número de fieles —Solsona es un lugar muy pequeño al fin y al cabo y tan sólo cuenta con 9.137 habitantes—, pero tiene mucha historia y gran trascendencia simbólica. Además, cuenta en su haber con un obispo histórico bastante insigne: Vicente Enrique y Tarancón, el cual jugó un papel muy destacado en la transición. 

2015: los exorcismos entran en escena

Fue en 2015 cuando a Novell se le comenzaron a torcer las cosas. Ese año, y por falta de un candidato viable, lo nombraron exorcista titular de la diócesis de Solsona, un tema que, en principio, no había despertado en él excesivo interés, pero sobre el cual comenzó a obsesionarse. Durante años estudió compulsivamente sobre demonología y, a través de sus investigaciones, fue como conoció a una psicóloga especialista en estos temas. Su nombre era Silvia Caballol Clemente. 

Silvia, natural de Suria, catorce años más joven que él, divorciada y madre de dos hijos, había estudiado Psicología en la universidad de Barcelona y, en los últimos años, había probado suerte como escritora de novelas de dudosa calidad literaria, entre ellas una titulada El infierno de la lujuria de Gabriel. El primer pecado capital contra el ser (editorial Altera), donde según la sinopsis, “el lector es transportado a través del mundo de prisiones, psicopatías, sectas, sadismo, locura y deseo”. Dados los gustos en común no es de extrañar que ambos comenzaran a charlar, pero al poco tiempo se dieron cuenta de que estaban enamorados, algo que Novell debió vivir con consternación. 

Según un blog de temática religiosa llamado Germinans Germinabit, algunas personas próximas al obispo llegaron a afirmar que la influencia de ella sobre él acabó siendo tan grande que incluso se rumoreó que Novell había sido “poseído”. Incluso ABC llegó a publicar que el propio Papa Francisco, cuando fue conocedor de la situación, pudo haberle sugerido someterse a un exorcismo. 

Ni siquiera el agua bendita pudo calmar el amor que Novell sentía por Silvia. Al final escribió a Roma para anunciar que quería dejar el obispado. El Papa Francisco aceptó su renuncia y Novell anunció su marcha. Aunque era vox populi que había una mujer en su vida, él no dio razones para justificar su decisión, por lo que los rumores fueron aún más intensos. El obispado se afanó en explicar que “había obedecido a razones estrictamente personales” y el administrador apostólico, Romà Casanova, aseguró rezar por el antiguo obispo “con toda la esperanza puesta en Dios”. Pero las televisiones y muchos medios de comunicación no fueron tan parcos en palabras y el tema comenzó a ser la comidilla de medio país. La combinación entre obispos, exorcismos, satanismo y amor prohibido era excesivo como para dejarlo pasar. 

Su historia de amor se ha consumado hace poco: el lunes 22 de noviembre del 2021 ambos se casaron por lo civil en el juzgado de paz de Suria. Sólo había dos testigos con ellos —la madre de ella y la pareja de ésta—, pero a la salida de los juzgados les esperaban las cámaras de televisión. El programa Planta Baixa de TV3 dio la exclusiva a bombo y platillo. Ahora la rumorología está puesta en un posible —aunque no confirmado— embarazo. Incluso se especula con gemelos. Todo son suposiciones, obviamente, pero no deja de ser curioso que alguien que hasta ahora defendía que el sexo no debía ser placentero más allá que con fines reproductivos, ahora haya descubierto los deleites de la carne. 

En todo caso, su boda no es la única controversia que arrastra. Siguen saliendo más testimonios de jóvenes que fueron sometidos a horrorosas “terapias de conversión de la homosexualidad” a través de asociaciones como Verdad y Libertad que Novell habría defendido. Las susodichas terapias, por lo que se ha explicado, son agresivas, destructoras y psicológicamente traumáticas. La Santa Sede prohibió taxativamente este tipo de prácticas hace tiempo, pero por lo que ha salido a la luz, siguen dándose y cuentan con el beneplácito de algunos jerarcas importantes.