El verano ya ha llegado y con él la imágenes de playas españolas repletas de turistas, tanto nacionales como extranjeros, ejemplificarán aquello del ansiado plan de sol y playa. Sin embargo, además de protegerse del sol, los bañistas deben estar alerta ante la presencia de vida marina, especialmente de las medusas, que pueden convertirse en unas insidiosas invitadas de cara a disfrutar de la playa.

Este verano que acaba de comenzar, el Servicio de Pesca y Acuicultura de la Región de Murcia ha reportado la presencia masiva de la medusa Cotylorhiza tuberculata, conocida popularmente como "huevo frito", en el Mar Menor. Esta especie es muy particular y se puede encontrar en las costas españolas del Mediterráneo durante los meses de verano. Llaman la atención por su peculiar apariencia, similar a un huevo frito, y por las molestias que sus picaduras pueden ocasionar a los bañistas. Ahora, la presencia masiva de estas medusas en el Mar Menor ha generado preocupación entre los turistas.

Según un informe de La Opinión de Murcia, se han observado "millones de ejemplares en forma de éfiras y metaéfiras", las fases iniciales de desarrollo de estas medusas. Aunque su veneno no supone un riesgo grave para la salud humana debido a su baja toxicidad, las células urticantes de las medusas huevo frito, llamadas 'cnidocistos', pueden provocar irritación y sensación de ardor en la piel al entrar en contacto con ella. Estas células se activan como mecanismo de defensa ante posibles depredadores o al rozar accidentalmente con los bañistas.

Cómo son las medusas huevo frito

Actualmente, las medusas huevo frito encontradas tienen entre ocho y diez centímetros de diámetro, pero pueden crecer hasta alcanzar los 40 centímetros. Estas medusas tienen la capacidad de nadar vertical y horizontalmente, gracias a su musculatura que les permite girar rápidamente para cambiar de dirección. Sus ocho brazos están cubiertos de pequeñas protuberancias con colores en tonos blancos, azules y violetas.

Aunque estas medusas suelen pasar los inviernos en alta mar, durante el verano son comunes en las costas del Mediterráneo. Para su reproducción, necesitan un sustrato rocoso que se encuentra en áreas cercanas a la costa, como las calas. Aunque su picadura no es peligrosa, puede causar irritación en la piel y una sensación de ardor en la zona afectada por los filamentos venenosos.

El informe destaca un aumento significativo en el número de nacimientos de medusas, aunque la baja presencia de zooplancton, parte de su dieta, podría afectar su supervivencia y crecimiento. Estas medusas también se alimentan de luz solar y de pequeños peces, lo que explica su presencia cercana a la superficie del agua.

Qué hacer en caso de picadura de medusa huevo frito

En caso de sufrir la picadura de una medusa huevo frito, lo primero es mantener la calma y salir del agua. Evita frotar la zona afectada, ya que esto podría favorecer la liberación de más veneno. Lava la piel con agua salada y aplica frío para aliviar el dolor y la inflamación. Si los síntomas persisten o se agravan, busca atención médica.

Impacto Turístico y Ambiental

La presencia masiva de medusas puede preocupar a los turistas, quienes podrían optar por evitar las playas afectadas. Sin embargo, esta situación es un indicador positivo para el Mar Menor, que ha enfrentado desafíos ambientales en los últimos años. Estas medusas prefieren aguas cálidas y lagunas, convirtiendo al Mar Menor en un hábitat ideal debido a sus condiciones climáticas y de temperatura.

Además de Cotylorhiza tuberculata, también se han observado en menor medida especies como Rhizostoma pulmo (aguamala) y Phyllorhiza punctata (medusa manchada australiana) en la región.

Aunque las medusas pueden ser una molestia desafortunada para los turistas, su presencia es indicativa de mejoras en la transparencia y calidad del agua, lo cual siempre es una buena noticia para un ecosistema marino tan castigado en el del Mar Menor, después de haber sido noticia en los últimos años por su estado crítico.