Encontrar una pizza que sepa buena, sea rápida de preparar y no sea muy calórica, es un reto muy difícil. La mayoría de las que se pueden encontrar en los supermercados llegan ultracongeladas, con masas extremadamente procesadas y un contenido calórico excesivo. Mercadona ha dado un golpe de timón diferente, con una pizza que no solo satisface a los fans de la cocina práctica y rápida, sino también a esos consumidores que intentan hacer dieta sin renunciar a una de las comidas favoritas de muchos.

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La pizza que triunfa en Mercadona

La advertencia está en las bases para pizzas extrafinas Hacendado, un producto que ha ido ganando protagonismo por su simpleza y su posibilidad de personalizar al gusto de cada uno. Se venden en packs de tres unidades por envase, con un peso de unos 140 gramos por unidad, y se distinguen de otras bases que se pueden encontrar en el supermercado porque no contienen aditivos alimentarios; están elaboradas con aceite de oliva virgen extra, lo que favorece su perfil nutricional y les confiere un sabor más auténtico.

Su fina y crujiente textura las hace más digestivas y con menos calorías que muchas alternativas precocinadas; las venta en este formato se convierten en una magnífica alternativa para hacer pizzas caseras más equilibradas, ya sea con verduras, proteínas magras o ingredientes de temporada.

Un precio competitivo

Una de las características que llama la atención es su precio: el pack de tres unidades se encuentra a la venta en Mercadona a 1,80 euros, es decir, a 60 céntimos por base. Frente a las pizzas ultracongeladas que en general se sitúan por un precio significativamente mayor, esta opción se presenta como una solución más económica, al mismo tiempo que supone una alternativa más saludable. Se pueden comprar todos los ingredientes que se requieran en cada momento, evitando así el despilfarro de dinero en la compra de este producto, como el despilfarro de comida.

Ventajas respecto a las ultracongeladas

El éxito de estas masas se justifica en gran medida por su composición. Se trata de masas elaboradas con harina de trigo, malta de cebada, agua, levadura, sal y aceite de oliva. Y nada más. Esta lista corta y sencilla marca la diferencia con respecto a las pizzas ultracongeladas, que suelen llevar conservantes y azúcares perjudiciales para la salud. Con una base neutra, es el consumidor quien decide si hacer una pizza ligera y fresca o una versión contundente.

Una opción adaptable de acuerdo con cualquier dieta

Lo que también destaca de estas bases es su versatilidad, ya que se pueden combinar con ingredientes vegetales como calabacín, champiñón o berenjena, pero también con pollo o con pescado, o incluso con quesos menos pesados. Esto hace que se adapten a vegetarianos y a quienes buscan platos más ricos en proteínas. Así, obtenemos una opción que, dada su facilidad de consumo y su fácil preparación, encaja en personas que dispongan de poco tiempo, sirviendo de gran ayuda cualquier día de la semana.

Cómo elegir la mejor pizza

Si bien esta propuesta de Mercadona ha conseguido hacerse un hueco, conviene señalar que no todas las masas de los supermercados cumplen con las mismas condiciones. Muchas de las versiones que se comercializan son mucho más densas, con más aporte calórico e ingredientes de menor calidad. Por eso es importante siempre leer la etiqueta antes de comprar.

El equilibrio está en la preparación

Aunque estas bases extrafinas resultan un punto de partida saludable, el resultado depende de cómo completamos la masa. Si las completamos con verduras frescas, con proteínas magras, con quesos más moderados, la pizza puede tener cabida dentro de una dieta equilibrada. En cambio, si echamos embutidos procesados o salsas industriales, se pierde ese valor añadido que hace de esta opción una verdadera referencia en Mercadona.

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