Messi, en el partido de Argentina contra Arabia Saudita.
Catástrofe nacional Argentina en Lusail. La selección entrenada por Scaloni ha caído en su debut en el Mundial de Qatar por 1-2 ante Arabia Saudí, a priori el rival más débil de su grupo. El resultado deja contra las cuerdas a Argentina, que queda sin margen de error tras su estreno, en serio riesgo de caer a las primeras de cambio.
El partido comenzó con todo de cara para Argentina, con una ocasión de su estrella Lionel Messi a los pocos segundos y con un penalti anotado por el rosarino en el minuto 10. El arranque era ideal, Messi participaba y que cayera el segundo gol para Argentina parecía cuestión de tiempo. Antes del minuto 30 Messi ya había perforado dos veces las mallas saudís, aunque la segunda de ellas en fuera de juego, posición que sería protagonista en el resto del encuentro.
El sistema de Arabia Saudí, con líneas muy juntas y defensa adelantada, evitó que Argentina tejiera su fútbol en el centro del campo y provocó que los delanteros, particularmente Lautaro -que anotó dos tantos de manera irregular- entraran en fuera de juego una y otra vez.
La épica saudí esperó su momento y en apenas seis minutos fue capaz de cambiar el estado de ánimo de dos países: los árabes experimentaron la locura y los sudamericanos palparon la tragedia.
Primero Al Shehri con un zurdazo cruzado después de ganar el duelo a Romero y después Al Dawsari con un golazo ya histórico, Arabia Saudí sumía a Argentina en un estado de nervios del que ya no se pudo recuperar. Los cambios de Scaloni y el empuje de una Argentina volcada en la banda de Di María y desesperada por la derrota, estuvieron a punto de poner la igualada; sin embargo, la disciplina táctica y el buen tono físico de los saudís consumaron el milagro.
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