Los equipos de rescate han extraído al niño marroquí de cinco años Rayan del pozo de 32 metros de profundidad en el que estaba atrapado desde el pasado martes. Tal y como han comunicado fuentes oficiales del gobierno marroquí, el niño habría fallecido.

Los rescatistas han culminado la operación poco después de alcanzar con un pozo paralelo la misma profundidad a la que estaba el niño, y de abrir un túnel de conexión entre ambos.

Las tareas de rescate comenzaron el jueves y han culminado el sábado ya bien entrada la noche con la dificultad añadida de que el terreno era frágil.

Rayan se cayó a un pozo el martes en la localidad de Ighran, 70 kilómetros al este de Chaouen, una cavidad cercana a la vivienda familiar, que tenía agua pero ahora está seco y muy estrecho, en el que cabe a duras penas una persona delgada.

En las labores de rescate han participado militares, policías y efectivos de protección civil, así como numerosos vecinos.

Los equipos de salvamento introdujeron desde el principio oxígeno y agua con azúcar a través de un tubo al lugar donde se encontraba Rayan para mantenerlo con vida.

El suceso recuerda el caso de Julen, el niño de 2 años que murió tras caer en un pozo de Totalán (Málaga) el 13 de enero del 2019.