Es una escultura de madera de tamaño natural. Su autor es un desconocido carpintero mexicano y lo único que se sabe es que llegó a Filipinas en 1606, cargada en un barco desde Acapulco. Es el Nazareno Negro y es una de las estatus más enigmáticas y veneradas de Filipinas.

Incluso su color es un misterio. Según la tradición popular se debe a un incendio que destrozó el barco cerca del archipiélago, que entonces formaba parte del Imperio Español. Otra versión de la leyenda atribuye este carácter distintivo a que el tallador mexicano quiso imprimir a la obra su misma tonalidad de piel.

Sus devotos le atribuyen incontables milagros por haber sobrevivido a numerosos desastres naturales y guerras, como los terremotos de 1645 y 1863, los incendios que calcinaron en dos ocasiones su morada en la iglesia de Quiapo, en 1791 y 1929. Alrededor de la imagen se creó una Cofradía y el papa concedió la indulgencia plenaria para los fieles que la veneraban.

Las vicisitudes del Nazareno Negro se complican cuando aparece otra estatua, probablemente una copia. Es ésta la que ahora se conserva en la Basílica Menor en Quiapo, cerca de la capital Manila. La original fue destruida en el bombardeo de Manila de 1945.

A pesar de representar Jesús en un paso del Via Crucis, el momento de máxima veneración del Nazareno Negro es el 9 de enero, cuando miles de fieles invaden las calles del casco histórico de Manila para una procesión. El año pasado más de 1,5 millones de personas acudieron a la procesión, en la que hubo más de un millar de desmayados y heridos debido a que numerosas personas tratan de aproximarse a la parihuela que porta el Cristo para tocarlo con la confianza de que esto les traerá buena fortuna.

El Gobierno filipino ha decretado una prohibición total de portar armas  durante dos días

Este año se cree que la procesión congregará a más de dos millones de asistentes. Las medidas de seguridad incluirán drones que sobrevolarán el itinerario y francotiradores del Ejército para neutralizar posibles ataques de grupos terroristas.

El Gobierno filipino ha decretado una prohibición total de portar armas  durante dos días, se han suspendido las clases en toda Manila y se cortará el tráfico en varias calles y avenidas. Las fiestas del Nazareno Negro están entre los eventos  más peligrosos que se celebran  en el país asiático.