¡A Victoria le han dado el Premio Nacional de Televisión! Así se ha escuchado la noticia en la redacción de El Independiente, prácticamente vacía a la hora de comer. Ella ha llegado a media tarde, tranquilamente. Un buenas tardes y la redacción, ya en pleno funcionamiento, ha aplaudido a la compañera, directora adjunta, figura icónica del periodismo español y, desde ahora, Premio Nacional de Televisión.

Un galardón que suma a la larga lista de distinciones que hoy hemos recordado, como el Antena de Oro 1995, el Luca de Tena 2015 o su reciente investidura como Doctora Honoris Causa por la Universidad Rey Juan Carlos.

El Premio Nacional lo empezó a ganar en 1974 en un telediario experimental de la segunda cadena de RTVE, allí se presentó a una audiencia de “11 o 12 millones de espectadores” sin ningún miedo. “Nunca en mi vida me ha dado el más mínimo respeto ponerme delante de una cámara”.



Vídeo: G. M. Piantadosi| M. Viciosa | R. Ordoñez

De la televisión en la que Victoria Prego tenía 9 o 10 millones de espectadores (y le parecía que había tenido un fracaso de audiencia) a la televisión de ahora han cambiado muchas cosas. A la veterana periodista, la televisión que hacía José María Iñigo, le parece “infinitamente mejor, la televisión ha bajado la calidad”. Pero no es el único problema que ve en el medio hoy: “Los jóvenes han dejado de ver la televisión”, asegura Prego apuntando hacia un “futuro incierto”.

Quien es también presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid reconoce que casi no ve la tele porque lleva “una vida muy arrastrada”. Con todo, echa de menos un formato televisivo de debate más sosegado, “porque la situación política en España es muy compleja, es muy incierta. Me gustaría asistir a debates sosegados, fundamentados, respetuosos que permita entender el argumento, que el argumento no se quede a la mitad porque ha sido interrumpido por una voz más alta”.

Victoria Prego nos ha confesado dos datos importantes a tener en cuenta para quien quiera ser Premio Nacional de Televisión. Nunca ha metido la pata en televisión, no tuvo un momento vergonzoso, lo recuerda en la radio, pero no en la tele. Y nos ha revelado que posee un don poco extendido: “no me duermo nunca viendo la tele”.