Nadie sueña con que el trabajo de fin de grado que te imponen para acabar tu carrera sea tu plan de vida, tu proyecto de ensueño o la estructura para tu futuro trabajo. Nadie, excepto Sofía Ellar. Esta hispanobritánica es empresaria y cantante a partes iguales. Un trabajo 'tocho' de unas 50 páginas que nació de un "¿y si..?" le sirvió a la artista para crear la persona que es hoy, independiente, no sólo en términos personales, sino también empresariales. Sofía es de las pocas mujeres que autoedita sus discos y que, además, gestiona un equipo completo que asume con una gran responsabilidad.

Una carrera de Administración de Empresas, unas letras, una guitarra y las ganas "de una tía joven" que sólo quería -y quiere- comerse el mundo. Cuatro factores que se juntaron en el mismo espacio tiempo, allá por el 2016, para despertar a la cantante que hace maravillosas letras con títulos pensados a fuego lento que regalan siempre un juego de palabras.

Sofía Ellar presentó en su último trabajo de universidad un plan de empresa basado en cómo sería gestionar una carrera musical de manera independiente, se lanzó a la piscina, lo puso en práctica, y gracias a eso, a día de hoy, podemos escuchar sus muchas producciones, incluida Y 23, el último single que salió a la luz el pasado jueves, perteneciente a su próximo álbum Libre, donde muestra esa energía positiva que le caracteriza y que ha dejado reflejada en esta entrevista para El Independiente.

Pregunta.- ¿Por qué 23?

Respuesta.- Es un número muy especial que, además, resulta que habiéndolo comentado en redes sociales también es especial para mucha gente. Es un número que debe ser particular. Y bueno, de repente llegó a mi vida y desde entonces me ha hecho remontar de muchísimas cosas y me ha devuelto la ilusión, las ganas de vivir, de sentirme viva, de quererme, de volver a ser yo, como siempre he hecho, y es un número que lo llevo tatuado en el corazón.

P.- ¿Antes no te querías a ti misma?

R.- No pero hay que hacer mucho trabajo. Y llevamos unos años un poco complicados. Lo que pasa que cuando eres una persona acostumbrada a dar y dar y dar y dar, llega un punto que te dejas para lo último. El 10% de batería es lo que te queda para darte a ti misma y eso no puede ser. Creo que hay que saber gestionar la batería del corazón y de la energía, para también guardarse un poquito a uno mismo.

Estos años no han acompañado porque tanto en lo profesional, ha habido mucho parón, le hemos podido dar al coco, no hemos podido salir a las calles, no hemos podido relacionarnos, y todas estas cosas nos han influenciado y han influido muchísimo en que estemos ahora un poco como 'que tengo un bajón y no se por qué' ¿no?, que parece que no salimos de una y entramos en una guerra. Hay que devolver un poco el buen rollo, la alegría, los colores, las canciones y hay que volver a enamorarse de la vida otra vez, hay que darle una oportunidad más.

P.- La canción pertenece al nuevo álbum, que se publica en octubre, llamado 'Libre', ¿cómo ha sido la producción?

R.- La producción es una de las cosas que más vais a notar porque, acostumbrados a haber tenido siempre un sonido acústico y muy orgánico, es un trabajo en equipo donde se unen muchas cabezas y muchos corazones, donde hay guitarras muy estridentes, hay un sonido de batería muy potente, hay pop muy muy 'tocho' y creo que canciones lentitas sólo hay dos, y para llorar.

P.- ¿Tocas algún instrumento además de la guitarra?

R.- Sí, me gustaría seguir con la guitarra y tener más tiempo para seguir además con el piano. Pero bueno, tener un proyecto independiente significa tener que estar pendiente de otras mil millones de cosas más, de tu equipo, de la gente que está trabajando en él... De las altas, las bajas, las seguridades sociales, todas estas cosas de papeleo que en nada tiene que ver con la música pero que son empresa.

Sofía Ellar presenta 'Y 23'
Sofía Ellar presenta 'Y 23' Cedida por Be The One Media

P.- Como artista independiente, autoeditas tus propios discos, ¿te ves diferente al resto de compañeros?

R.- No, no me veo diferente. Yo creo que cada uno tiene la fórmula que sabe le encaja y hay muchos compañeros que deciden que su tranquilidad reside en un formato un poco más discográfico pero que ellos lo que quieren es cantar, componer, dedicarse a la música y que todo el rollo lo haga otra persona y bueno, eso es lícito. Y es más, yo creo que cada vez estoy más cerca de decir 'no puedo más', porque tú te metes en la cama con una serie de problemas de empresa, de gestión de personas, que son muchas cosas. Y en el fondo yo creo que el artista tiene ese don de hacer arte y debería estar centrado en eso.

P.- Todo surgió a raíz de tu Trabajo de Fin de Grado, ¿cómo fue ese proceso? ¿Por qué decidiste ser independiente?

R.- Pues porque dije, 'no quiero quedarme con el ¿y si..?', y si he estudiado algo de herramientas de empresa y soy una tía joven con ganas y energía, pues voy a empezar a 'pericuetear' por aquí. A ver qué ocurre, a ver hasta dónde puedo llegar, qué retos me depara esta aventura. Entonces en ese contexto creo que -resopla- desde que salí de la universidad he madurado a la velocidad de la luz porque, de repente te ves con una responsabilidad siendo una chavala de 22 años pagando sueldos a gente de 30 y pico con hijos, con familias y en un mundo que es complejo. Y bueno, asumes una responsabilidad ya no solo en las redes, que también, a mí cuando me hacéis la pregunta famosa de 'eres influencer' digo 'bueno, depende de para tí qué es ser influencer', posar con modelitos y tener fotos de 'vivo la vida de ensueño' no es ser influencer, para mí ser influencer es generar una influencia positiva en la gente que me sigue, y eso es una responsabilidad que no está pagada.

Posar con modelitos y tener fotos de 'vivo la vida de ensueño' no es ser influencer

P.- Y hablando de pagar, cómo fue ese inicio, ese empezar tú sola a pagar a otras personas, ¿de dónde salió el dinero?

R.- Primero sale un disco y de ese disco nace una inversión. Esa inversión estaba calculada en un final statement, o sea, en un plan financiero de tres escenarios, el positivo, el neutral y el negativo, entonces yo lo que hice fue unirme con una serie de inversores y decir 'mira, yo voy a hacer un disco churro a precio de nada, porque yo con un ordenador me saco un disco en una semana. Pero era una gran inversión entonces a lo mínimo que me senté ahí con mi chaquetita haciendo el Power Point a tres inversores, amigos de la familia, y cada uno sacó un poquito por allí y un poquito por allá, sacamos el disco y de repente vimos que se recuperó en cuestión de 5 meses, que era por encima del escenario positivo que yo tenía. Y a partir de ahí empiezas a hacer inversiones y de lo que fui ganando del disco llamé a unos músicos porque no me voy a seguir yendo por ahí con la guitarra sola. Entonces vas haciendo una gestión de todo lo que vas realizando en los conciertos. Lo vas invirtiendo y reinvirtiendo en una start up.

P.- Dices que no te consideras influencer, ¿pero te consideras un fenómeno como artista?

R.- ¿Fenómeno? No, ¡qué va! No creo que sea un fenómeno, yo creo que soy una persona que trabajo una barbaridad, workaholic a saco, que he tenido suerte porque el factor suerte... cuando la gente dice 'no, no es suerte' o 'ha sido suerte', ¡pues claro que sí! ¿Por qué no? ¿Por qué tenemos que renegar de la suerte? Claro que la suerte va acompañada de mil millones de cosas más. Si no eres una persona peleona y con ganas de currar una barbaridad, ningún sueño te va a llamar a la puerta. Ningún éxito va a llover del cielo. Hay que ser currante.

Hay una frase que dice que hay que estar en el momento adecuado, en el sitio adecuado, a la hora adecuada, pues todo eso influye. Y por supuesto un factor suerte que cuando yo empecé en ese momento, la ventana de Instagram estaba empezando y aunque no era una plataforma pensada para la música, yo tenía 15 segundos para que alguien se enganche a la guitarrita y a la niña que está cantando.

P.- Hablabas de formar una familia en un futuro, ¿tienes un plan b con respecto a la música?

R.- Cuando llegue tocará pero yo creo que, volviendo al mundo de la empresa y las herramientas, a mí la música es algo que me llena y hay muchas maneras de dedicarte a la música, desde el back office, escribir las canciones, no tienes por qué ser un showman o una showwoman todo el rato, entonces si me llega, ya tendré la manera de darle una vuelta y dedicarme a la música desde otro plano que me permita tener esa familia y esa estabilidad que seguro que querré en ese momento. O no, no se sabe. Ya te digo, de momento, que la vida haga de las suyas, yo sigo viviendo.

P.- En noviembre de 2021 creas tu alter ego que fue Mademoiselle Madame, para demostrar de alguna manera que la gente critica el cambio de otras personas sin saber qué es lo que realmente ocurre, ¿por qué? ¿Se dio alguna situación?

El arte no es te vendes a nada porque el arte es libre

R.- Lo que pasa es que estoy cansada de escuchar a gente criticando a artistas porque 'se ha vendido'. El arte no es te vendes a nada porque el arte es libre. Entonces si nosotros nos estamos dedicando a las canciones y al arte es porque el arte es libre, porque no tiene fronteras, porque lo dice mi canción de Barrer a casa, dice "la mejor canción no entiende de murallas". Cada artista tiene que poder experimentar e igual que pasas del impresionismo al realismo en la pintura, ¿por qué tienes que estar encasillado? Vamos a hablar de libertad, que yo creo que es lo que más me define.

P.- ¿Y por qué ese nombre, 'Mademoiselle Madame'?

R.- Para mí fue una manera de decir 'no tengo narices a sacarlo como Sofía'. Además tenía una frustración un poco como actriz y dije 'yo también quiero ponerme las uñas esas largas y pintarme los labios' cosas que Ellar no puede hacer porque toca la guitarra. Y ya no sólo el cambio a nivel estética y musicalidad. Queríamos venir de la mano de un mensaje potente y hacer alusión a la importancia de la salud mental, que es una cosa que parece que la pandemia está normalizando, el tema de los psicólogos que digo 'mira, otra cosa positiva que sacamos de la pandemia'. Que ya no es '¿qué te pasa, estás chiflado y vas a terapia?', no, es que creo que al igual que me hago una analítica y me chequeo por dentro a ver cómo estoy o me rompo una pierna y me pongo una escayola, también tengo que estar yendo a terapia, porque la cabecita es lo que nos acompaña en el día a ida y cada uno tenemos nuestros traumas, nuestras mochilas, nuestras piedras y cosas que tenemos que seguir trabajando.

P.- Las recaudaciones de 'Humanidad en Paro' fueron destinadas a diferentes entidades que apoyaban a los individuos sin hogar, ¿de dónde nace esa idea?

R.- Es una historia muy bonita y, la verdad, me agradezco que me la preguntes porque seguimos con las donaciones de esa canción. Todo lo que se vaya escuchando de esa canción, cada seis meses, hacemos las liquidaciones de manera semestral. Y bueno, esta canción la escribí un día viendo la tele y de repente '¡oye apagad la tele que vamos a comer', que es lo típico que pasa siempre en las casas, el típico 'a comer' de mamá, que luego es un engaño porque no ha puesto la mesa y es como un reclamo para que pongas la mesa y palmes tú (se ríe). Y entonces estaba viendo en las noticias el tema de los refugiados y todas las miserias que hay en el mundo, como ahora puede estar siendo el tema de la guerra de Ucrania, la pandemia, ¿cuántas vidas se han perdido? ¿cuántas personas se han quedado sin despedirse? Y entonces, el contraste de apagar la tele que vamos a comer y toda la miseria que hay en la tele me inspiró a escribir esta canción.

Y entonces un día, yo quería que esta canción fuese una donación a alguien, y me puse a investigar acerca de distintas ONGs con las que pudiese comulgar y que me pareciese que es seria, a ver quien podía comulgar con mis valores también, y yendo en AVE a Sevilla a uno de mis conciertos, estaba hablando por teléfono sobre que quería hacer un videoclip '(hablando de Humanidad en Paro)', que quería que fuese en blanco y negro y que saliesen personas que de verdad han vivido en las calles, que lo han pasado mal, y quiero destinarlo etc., y había un señor sentado a mi lado que había estado callado durante todo el trayecto. Pero cuando llegamos a Sevilla me dice "bueno, perdona que te diga todo esto pero te he escuchado un poco, que te tenía al lado" y me dice "mira, yo trabajo en esta ONG y te he escuchado tan joven y hablando con ganas de ayudar y yo solo quería decirte que enhorabuena" y yo dije 'esto no puede ser casualidad. Déjame tu tarjeta'. Y resultó ser Javier Ruiz, que es una de las personas que lideran World Vision, que lidia mucho con los más vulnerables y de ahí surge una grandísima historia. Y la otra fundación con la que también hemos trabajado es Rais Fundación.

Y no te tienes que ir muy lejos, hay muchas personas que están pasándolo mal en las calles de Madrid.

P.- También participaste en 'Ucrania Unidos por la Paz', ¿cómo fue?

R.- Pues maravilloso. Creo que en un mundo donde el mal hace más ruido que el bien todavía hay gente que está queriendo hacer de este mundo un lugar mejor. Y si nosotros podemos hacerlo con las canciones, pues vamos a seguir haciéndolo. Y cada uno que lo haga a su manera. Yo no paro de ver gente, amigas jóvenes que se han ido con sus furgonetas cargadas, llenas de alimentos, llenas de abastecimientos, a las fronteras a hacer eso. Otras colaboran de otro tipo de forma y cualquier tipo de ayuda o colaboración es bienvenida. Cuando parece que es espléndido lo de ayudar a veces digo 'es que no es espléndido es que es lo que tendríamos que hacer. No deberíamos alabar a nadie por ayudar a causas sociales porque es que el mundo es eso y nosotros estamos aquí para servirnos el uno al otro, que somos todos seres humanos.

P.- Se hizo viral un vídeo que se publicó de una niña cantando en un búnker, donde se hizo el silencio nada más empezó, ¿crees que la música ayuda en estas situaciones?

R.- La música yo creo que siempre va a servir como altavoz y como medicina natural. Desde un desamor hasta la pérdida de un ser querido, hasta una guerra. Creo que las canciones siempre van a ser esa vía de escape, que nos van a dar esperanza. Entonces, mientras sigan existiendo esas canciones, tendremos algo a lo que agarrarnos.

P.- Qué es lo mejor y lo peor de las redes sociales?

Estamos todos hechos de lo mismo, no por tener no se cuántos 'k' de seguidores te dejan de pasar cosas

R.- Las redes sociales son un arma de doble filo, hay que tener mucho cuidado porque se va a cuestionar el aire que respires sí o sí. Entonces, nunca sabes como hacerlo mejor pero bueno, lo mejor de las redes sociales es que puedes utilizar tu responsabilidad social y pública para lo que de verdad importa. También hay que mostrar lo duro que es este trabajo y esta profesión, los quebraderos de cabeza que suponen, los días que no son buenos, por qué no son buenos qué siente Sofía Ellar, ha tenido mejores días, días peores, tiene ansiedad. Todas esas cosas hay que normalizarlas porque estamos todos hechos de lo mismo y nos pasan cosas muy parecidas, no por tener no se cuántos 'k' de seguidores te dejan de pasar cosas.

P.- ¿Y qué te han aportado a ti las redes sociales?

R.- Todo. Sin las redes sociales, tal y como planteaba mi proyecto al principio, no hubiese podido hacerlo. Las redes sociales me han permitido esa ventana que era impensable hace unos años.

P.- Has sido premiada en varias ocasiones por -leído literalmente- " ser independiente siendo mujer", ¿vives ese techo de cristal?

R.- Bueno, quiero dejar esto muy claro. Yo soy una persona que siempre va a ver el vaso medio lleno y no medio vacío. Porque ya vivimos rodeados de desgracias todo el rato, entonces ¿para qué voy a estar lamentándome? No. Yo creo, y voy lanzar un mensaje positivo pero también voy a decir que queda mucho por hacer, yo siento real admiración por todas esas mujeres que en épocas donde sí que era difícil de verdad, se han sacado las castañas del fuego. Una Rosana ¿no? que se ha hecho medio mundo con una guitarra y los pies descalzos en un mundo donde las mujeres tenían muchas menos posibilidades y han conseguido tantísimas cosas, que nos han pasado un relevo con una responsabilidad también a nosotras, entonces, ese relevo viene de la mano de responsabilidad y de seguir trabajando para que encima a las que vengan después de nosotras todavía lo tengan mucho más favorable. ¿Que sigue habiendo cosas donde te das cuenta que sí, que por ser mujer tienes una serie de handicaps? Pues sí, no te voy a mentir, pero es que seguimos trabajando en ello, así que voy a tirar por el positivismo y por ese relevo para que la próxima generación tenga muchísimas más posibilidades.