Hay una escena en Frances Ha, casi al final de la película, en la que la protagonista, interpretada por Greta Gerwig, intercambia una mirada cómplice con su mejor amiga Sophie, tras presentar su primera coreografía como directora de danza. En esa mirada caben todo el cariño, satisfacción y orgullo que sienten la una por la otra. Un breve instante de revelación que ejemplifica perfectamente cómo puede mirar la Greta Gerwig de hoy en día a su 2023.

A sus 40 años, la actriz, guionista y directora californiana ha sido, sin lugar a dudas, uno de los nombres propios del año. Su Barbie se ha convertido en todo un fenómeno cinematográfico, cultural y marketiniano que se estudiará en el futuro, confirmado por los 1.380 millones de dólares que ha recaudado en las taquillas de todo el mundo.

Greta Gerwig, del 'indie' a icono pop sin perder su estilo

Más allá del debate sobre si estamos ante una película feminista o un lavado de imagen de Mattel, Gerwig ha logrado revitalizar en Barbie un icono pop desgastado y algo rancio, confeccionando un producto de entretenimiento inteligente, divertido y capaz de suscitar algunas reflexiones interesantes. Y, lo más importante de todo, como artista ha sabido dar definitivamente el paso del indie al mainstream sin perder su estilo.

Greta Gerwig y Margot Robbie en Barbie (2023)
Greta Gerwig y Margot Robbie en Barbie (2023)

Gerwig se hizo un nombre en el mumblecore, es decir, cine independiente de bajo presupuesto donde la improvisación y la naturalidad priman sobre el guion. Precisamente llevando este estilo a la escritura, se destapó como guionista en Frances Ha (2012), película dirigida por su pareja Noah Baumbach, que la aupó como algo más que una musa indie. Su estreno como directora en solitario llegó en 2017 con Lady Bird, película de tintes autobiográficos con cinco nominaciones a los Oscar, incluidos el de mejor película y mejor directora. Después, adaptó y dirigió un clásico como Mujercitas (2019), en lo que fue su primer trabajo para las majors, y con el que logró seis candidaturas y un galardón a Mejor Vestuario. Por último, este año con Barbie ha salvado con gran habilidad el reto más ambicioso de su carrera.

Sin embargo, su reputación, lejos de haberse empañado por el éxito comercial, no ha hecho más que crecer. El hecho de que la organización de Cannes, el festival por excelencia del cine europeo e internacional, haya confiado en su criterio para presidir su jurado, es una evidencia más de que el prestigio de Greta Gerwig está por las nubes.

En el plano personal, la cineasta también ha vivido un año muy especial, en el que después de 12 años de relación con el también director y coguionista de Barbie, Noah Baumbach, ambos se han dado el sí quiero. Sin olvidar el nacimiento de su segundo hijo juntos en marzo, tal y como confirmó Gerwig en una entrevista con la edición británica de la revista Elle en julio.

La gran esperanza de Hollywood

Lo que viene a partir de ahora no es para menos, pues los próximos planes de la directora californiana pasan por Netflix y el encargo de adaptar dos películas basadas en Las Crónicas de Narnia de C.S. Lewis. Y es que en un Hollywood en el que los blockbusters están de capa caída y donde parece que ya no funcionan ni las pelis de superhéroes, una firma independiente como la de Gerwig se ha convertido en la gran esperanza de la industria.

Greta Gerwig en 'Frances Ha' (2012)
Greta Gerwig en 'Frances Ha' (2012)

Además, esta etapa de idilio personal y profesional en la que parece haberse instalado la californiana podría mantenerse también durante el 2024. Teniendo en cuenta que el 23 de enero se darán a conocer las nominaciones a los Oscar y a nadie le sorprendería que Barbie arrasase. Gerwig, que no es nueva en estos premios, vivirá el anuncio con la satisfacción de haber alcanzado un aplastante triunfo popular, y haberlo hecho siendo fiel a su estilo.