Los 77,1 millones de euros con los que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha multado a Atresmedia y Mediaset por sus conductas anticompetitivas pueden calificarse como un castigo histórico, pues equivalen al 4% de sus ingresos durante 2018, tal y como adelantó El Independiente. Para hacerse una idea del volumen, si Telefónica España hubiese sido sancionada con el mismo porcentaje, tendría que abonar una multa superior a los 500 millones de euros. En este caso, la dueña de Telecinco deberá pagar 38,9 millones, mientras que su principal competidor, 38,2. Todo, en el supuesto de que pierdan la batalla en los tribunales.

Dentro de la CNMC, no ha existido unanimidad con respecto al expediente. De hecho, su tramitación se ha retrasado varias semanas sobre la fecha prevista debido a las dudas que ha generado la resolución. Principalmente, por la parte en la que se establecen una serie de prohibiciones y restricciones a los dos principales operadores de televisión españoles a la hora de vender sus espacios publicitarios.

Entre otras cosas, a partir de ahora los dos grupos audiovisuales tendrán que poner a disposición de la CNMC la documentación que les requiera con respecto a sus ofertas comerciales y a sus acuerdos con los anunciantes y las centrales de medios.

Estas últimas, ejercen de intermediarios entre las empresas anunciantes y las compañías de televisión y, principalmente, se ocupan de ‘llenar’ los espacios publicitarios con spots. Su negocio, por cierto, se verá alterado después de que la CNMC haya vetado la posibilidad de que pacten cuotas mínimas de inversión con Atresmedia y Mediaset; y que reciban incentivos (extraprimas) dentro de sus contratos.

Voces críticas en la CNMC

Según ha adelantado Vozpópuli, hubo dos consejeros que dejaron patente su disconformidad con la resolución. En concreto, votaron en contra del informe que emitió la Sala de Supervisión Regulatoria sobre el expediente antes de su aprobación. Una de estas vocales era la vicepresidenta del organismo, María Fernández, según han detallado fuentes internas.

En los debates que se han producido durante las últimas semanas en el regulador, se ha cuestionado el elevado importe de la sanción, que, de hecho, fue reducido hace unas semanas –en el borrador de la resolución- del 5 al 4,5% de los ingresos anuales de las televisiones; y, finalmente, del 4,5 al 4% en la sesión celebrada este martes en la Sala de Competencia, presidida por José María Marín Quemada.

Los consejeros críticos también han cuestionado si las restricciones que se han impuesto a las televisiones realmente mejorarán la competencia en el sector y ayudarán a los pequeños canales a obtener más ingresos.

En las deliberaciones de la Sala de Supervisión Regulatoria se ha llegado a plantear la posibilidad de que la resolución del expediente contenga puntos que exceden las competencias de la propia CNMC, ante las restricciones que impone a las televisiones en el mercado. Alguno de los consejeros consideraba que consideraba, de facto, regular el mercado, algo que le corresponde –a su juicio- al legislador; nunca a la autoridad de competencia.

Una sanción de récord

La mayoría de los diez vocales ha avalado, sin embargo, una sanción en la que se explicita que las prácticas comerciales de Atresmedia y Mediaset han limitado la capacidad del resto de canales de televisión para captar ingresos por publicidad, con riesgo de verse expulsados del mercado. En concreto, en el período 2014-2017.

Las televisiones han emitido este miércoles sendos comunicados en los que han criticado la sanción y han reiterado su intención de recurrirla ante los tribunales. También han anunciado que pedirán medidas cautelares para evitar los efectos sobre su negocio de las restricciones que les impone.

Atresmedia ha denunciado lo “desproporcionado” del castigo, así como la forma en la que se ha instruido el procedimiento, cuyas conclusiones parecían decididas desde su inicio. “Resulta incomprensible y alarmante que la CNMC penalice ahora actividades comerciales no sólo completamente legales sino que además forman parte del funcionamiento lógico y natural del negocio publicitario en todo el mundo y de muchos otros mercados en España”, ha expresado.

Atresmedia ha denunciado lo “desproporcionado” del castigo, así como la forma en la que se ha instruido el procedimiento, cuyas conclusiones parecían decididas desde su inicio.

Mediaset, por su parte, ha afirmado que las conductas investigadas son las mismas que se han llevado a cabo “desde hace décadas, no sólo en España, sino en otros países europeos”; habiendo sido objeto de conocimiento y posibilidad de control con ocasión de las concentraciones operadas hace años en el sector.

El grupo audiovisual comandado por Paolo Vasile también ha lamentado “la incorrecta caracterización del mercado relevante, al seguir considerando como tal el mercado publicitario televisivo, cuando resulta patente su (cada vez más) subsunción en el de la publicidad audiovisual, donde la principal competencia viene del mundo internet”.

Google y Facebook

La firma Fidentiis se ha pronunciado hace unas horas sobre la sanción y ha incidido en que la CNMC se ha adherido a la política de otros reguladores europeos –como el Ofcom británico-, que en sus decisiones sobre el sector audiovisual doméstico no han tenido en cuenta expansión de los gigantes estadounidenses que se ha producido en el viejo continente durante los últimos años.

De hecho, ha señalado que, mientras las ventas de Atresmedia y Mediaset descendieron el 8% durante el tercer trimestre, Facebook (28%) y Google (22%) “incrementaron su dominio” sobre el mercado publicitario global.

Cabe recordar que hace dos años surgió en España una asociación de pequeños operadores de la TDT –comandada por Blas Herrero, presidente de Kiss Media- que reclamaba al legislador la adopción de medidas para evitar que Atresmedia y Mediaset reforzaran su posición de duopolio. Actualmente, con el 55% de la audiencia de la TDT, aglutinan alrededor del 85% del mercado publicitario.

Desde las televisiones privadas, han sido especialmente críticas con la hipocresía de estas empresas, que consiguieron licencias de televisión y alcanzaron acuerdos de alquiler encubierto a empresas como Viacom, Discovery o Disney; y mientras apenas si invertían recursos en sus canales, Atresmedia y Mediaset destinaban cientos de millones de euros. Eso, a su juicio, explica, en parte, su posición destacada en el mercado.

En la CNMC, consideran que han incurrido en conductas anticompetitivas –que no en prácticas colusorias- y les han impuesto una multa ejemplar. Próximamente, los hechos llegarán a la sede de la Audiencia Nacional, tras los recursos presentados por las sancionadas.