En la Real Fábrica de Tapices de Madrid ha aparecido Ken Follett (1949, Cardiff, Reino Unido) con chaqueta blanca y corbata negra. El británico ha venido a España a presentar el quinto y último volumen de Los pilares de la Tierra, La armadura de la luz (Plaza & Janés), que se publicó el pasado 26 de septiembre y con el que asegura que ha cerrado una etapa.

"Ya llevo cinco libros con esta saga y pienso que son suficientes. Creo que hay que dejarlo antes de que los demás se aburran, no después. No es que haya hecho un voto de volver a escribir pero con este libro quiero acabar un ciclo", ha asegurado ante decenas de periodistas.

Follett ha explicado que ha elegido la revolución industrial y la larga guerra de las naciones europeas contra Francia porque "donde no hay conflicto no hay historia". "En todo lo que cuento me gusta que el drama surja de la Historia misma. En este libro estamos en medio de la revolución industrial, cuando se trastocan las vidas de muchas personas por las máquinas. Son las vidas de estos personajes, sus amores, sus esperanzas... Pero todas vienen de la Historia, en mayúscula. En aquella época se generaron conflictos enormes: muchos perdieron su empleo, subieron muchísimo los precios y la guerra provocó una subida de impuestos", añade.

Para narrar lo que pasó elige, otra vez, a una protagonista femenina que tras ver cómo su trabajo como hilandera pierde valor por la aparición de las máquinas y tras entrar a trabajar a una fábrica, comienza su propia revolución. "El primer personaje que conocemos en la novela se llama Sal, ella es hilandera, coge una bola de lana o de algodón crudo y con una rueca va girando la rueda para crear el hilo que luego se utiliza para tejer. Ella descubre desde el principio que su rueda ha quedado obsoleta porque hay una máquina nueva que puede hilar como 150 hilanderas a la vez", ha explicado y ha continuado diciendo que es entonces cuando surge el conflicto. Sal decide sindicarse en una época en la que era casi ilegal e intenta luchar contra un progreso que a ella y a muchos otros les está dejando sin pan.

"Uno de los puntos clave de este libro es cuando se produce la revuelta de las amas de casa, cuando las mujeres asaltaron las panaderías para robar pan para sus familias. Otro, cuando los soldados retornaron del frente para encontrarse con los mismos conflictos que tenían antes de irse", ha añadido.

"Hay tres semejanzas entre mi libro y el ahora. La guerra tecnológica en Europa, la guerra física y el aumento de precios. Y lo que ha sucedido en la Historia ya lo sabemos"

KEN FOLLETT

Follett encuentra muchos paralelismos a la historia de La armadura de la luz con la situación actual. "Hay tres semejanzas entre mi libro y el ahora. La guerra tecnológica en Europa, la guerra física y el aumento de precios. Y lo que ha sucedido en la Historia ya lo sabemos, los hombres destrozan las máquinas porque las culpan de sus desdichas. Muchos de los personajes de esta novela van a Bélgica y participan en la batalla de Waterloo para conseguir un mundo mejor y al volver se encuentran con un mundo igual o peor", ha afirmado.

También que ya sabemos cómo acabó. "En el siglo XVIII se legalizaron los sindicatos, se acabó la guerra, los precios volvieron a precios razonables" pero que "no sabemos lo que va a pasar ahora". "No puedo adivinar el futuro", ha asegurado.

El escritor británico, que ha vendido 188 millones de ejemplares de sus ocho libros, asegura que en lo que más se fija a la hora de elegir una parte de la Historia para una futura novela es en las situaciones que provocan conflictos personales. "La luchas de las personas por la libertad aparecen en muchas de mis novelas, en una novela conté el sufragio femenino, en otra la lucha de los científicos contra la Iglesia... La libertad es algo muy inusual, todos los países hemos vivido bajo una tiranía", ha asegurado.

Además, que le interesan estas historias porque las protagonizan personas que han ganado a favor de esa libertad. "Los que luchan por los derechos son siempre los oprimidos y débiles. En los últimos siglos han empezado a ganar los más débiles y han logrado parte de sus objetivos. En Europa, muy lentamente, hemos logrado la libertad religiosa, hasta hace no mucho nos matábamos entre católicos y protestantes".

Y que nunca hay que olvidar que lo primero en lo que tiene que pensar un escritor es en llamar la atención de los lectores. "En la ficción popular lo primero es la narrativa, lo que te hace seguir leyendo pero solo resulta interesante si el lector conecta con la emocionalidad de los personajes. Lo importante es que el lector la sienta porque es lo que hace que no quieras cerrar el libro. Que cuando cuentes algo aterrador, les asustes; que si pasa algo feliz, les alegres y que se indignen si ocurre algo injusto. Lo importante es lo que sentimos".